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Rueda vuelve al discurso ultra sobre el gallego y relaciona la enseñanza en lenguas cooficiales con “bajo rendimiento escolar”

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en la sesión de control del 23 de octubre de 2024

Daniel Salgado

23 de octubre de 2024 12:29 h

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Alfonso Rueda ha decidido alfombrar la reunión de su conselleiro de Cultura e Lingua con los partidos de la oposición para, en teoría, reconstruir el consenso sobre el gallego con un regreso a los tópicos ultras sobre el idioma cooficial de la comunidad. Como si el Partido Popular, que rompió unilateralmente los acuerdos, no llevase 15 años seguidos gobernando y dictando políticas que han desembocado en los últimos datos aportados por el Insituto Galego de Estatística: el 32% de los niños de entre 5 y 14 años no saben hablar gallego, el doble que en 2009. El presidente de la Xunta arremetió contra los peligros de una presunta imposición y llegó a relacionar la enseñanza en lenguas cooficiales con el bajo rendimiento escolar. En concreto la inmersión lingüistica, que incluso el Consejo de Europa afeó al Gobierno gallego.

El ejemplo utilizado por Rueda fue el catalán, y para ello remitió a un documento de la Revista Española de Pedagogía que, dijo, vinculaba la inmersión lingüística en Catalunya con un descenso de 21 puntos en rendimiento escolar. “Aquí tenemos 23 puntos de diferencia a favor del rendimiento escolar de los niñas y niñas que van a la escuela en Galicia”, respondió a Ana Pontón, líder del BNG, quien había preguntado por el asunto en la sesión de control parlamentario, “lucharé para evitar lo que ustedes quieren, quedar bien con sus socios [en referencia al independentismo catalán] e igualar por abajo en rendimiento escolar con la inmersión lingüística”.

El PP de Rueda encabeza la Xunta desde 2009, y en su primera legislatura -Feijóo era el presidente- decretó el primer retroceso de la enseñanza del gallego en los colegios, con la opinión en contra de toda la comunidad educativa, la oposición y las instituciones culturales más importantes. El propio Alfonso Rueda asistió en 2007 a una manifestación contraria al gallego junto a sectores ultraespañolistas. Se lo recordó Pontón. “Empezó detrás de una pancarta en contra del gallego y ha terminado votando en contra del gallego en este Parlamento”, afirmó la nacionalista. Los populares se opusieron en el Congreso, en el Senado y también en la Cámara gallega a que las lenguas cooficiales se puedan usar en las instituciones estatales.

El informe de la Revista Española de Pedagogía sobre la enseñanaza en catalán al que se agarró Rueda contrasta con todos los informes, cifras y declaraciones de organismos especializados sobre el gallego que prefirió ignorar. Del Consejo de Europa a la Real Academia Galega, de la última Enquisa Estrutural dos Fogares del IGE a los estudios del Consello da Cultura Galega, todos coinciden en mostrar una caída del uso y el conocimiento de la lengua cooficial de la comunidad. Sí los mencionó Pontón, lo que le valió los descalificativos del presidente gallego: catastrofista, negacionista, amargura. Y ninguna autocrítica, pese a sus 15 años en los sucesivos gabinetes del PP, desde 2022 como jefe del mismo. “Cualquier presidente estaría alarmado con estos datos sobre el gallego, pero usted prefiere buscar culpables, los inmigrantes, las redes sociales o el IGE”, expuso la líder de la oposición.

Rueda se reafirmó en señalar a la inmigración. “Hay 115.000 personas extranjeras que han venido a Galicia, 25.000 niños, que no son gallegohablantes y hay que atraerlos a la lengua. No es la causa única, pero es una”, dijo, justo antes de acusarla de “dogmatismo nacionalista”. Pero la argumentación de Pontón había ido por otra vía, a la que el presidente no entró: “Le está robando a los más jóvenes su libertad y su derecho de hablar en gallego”. Y ante la letanía del bilingüismo cordial que repite desde hace décadas el PP, ella le preguntó dónde está el 50% de gallego en la justicia, dónde en la sanidad, dónde en los estrenos de las salas de cine, dónde en la enseñanza. Rueda no respondió. Tampoco a si la reunión de este jueves con el conselleiro José López Campos supondrá recuperar el Plan Xeral de Normalización Lingüística, aprobado por unanimidad parlamentaria en 2004 y cuyo consenso el PP hizo saltar por los aires a partir de 2007 bajo la dirección de Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda.

“Presupuestos grises y poco ambiciosos”

Antes, José Ramón Gómez Besteiro, portavoz y secretario general del Partido Socialista, había consumido su turno en la sesión de control con una valoración sobre los Orzamantos de la Xunta para 2024. “Son grises y poco ambiciosos”, dijo, y criticó las previsiones de crecimiento que maneja el Gobierno gallego, por debajo de la media estatal. La partida dedicada al pago de la deuda, 1.700 millones de euros, también fue objeto de discusión. “No quiere ni le interesa una condonación de la deuda”, acusó Besteiro, quien lamentó que el dinero público destinado a normalización lingüística esté por debajo del 1%. El presidente gallego optó por repetir su retórica de los últimos días sobre las cuentas, “conservadoras y realistas”, y por tirar de argumentario madrileño contra el PSdeG -“le hacen la pelora al señor 1”, “no nos interesa la amnistía”-, un partido que, a su juicio, debía ser “mucho más importante”.

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