La protesta antirracista en EEUU rebaja su intensidad y el jefe del Pentágono veta la idea de Trump de usar militares en activo
Tras los últimos disturbios de anoche, en los que unas 280 personas fueron arrestadas en Nueva York, la nueva jornada contra el racismo y la violencia policial en Estados Unidos está dejando de momento imágenes de protestas cargadas de simbolismo, además de algún desplante en el entorno de confianza del presidente Trump. El jefe del Pentágono no está dispuesto a enviar militares en activo a sofocar los altercados.
Este miércoles, además, el Fiscal General de Minnesota Keith Ellison ha aumentado los cargos contra Derek Chauvin a segundo grado por el asesinato de George Floyd y también ha acusado a otros tres oficiales. Así lo ha anunciado en su perfil de Twitter la senadora Amy Klobuchar, que ha declarado que “se trata de un importante paso para la justicia”.
En cuanto a las convocatorias simbólicas, hoy el hijo de George Floyd, Quincy Mason Floyd, y el abogado Ben Crump, que ha estado representando a la familia Floyd, han visitado el sitio en el que fue asesinado. Según cuenta The Guardian, Crump y el joven Floyd se arrodillaron en el lugar y el abogado declaró que tanto él como la familia “creen absolutamente que fue torturado hasta la muerte”, y que están “seguros” de que los cuatro policías serán acusados.
En el frente político, Trump ha vuelto a ver cómo uno de sus cargos de confianza le enmienda la plana. El secretario de Defensa de EEUU y responsable del Pentágono, Mark Esper, se ha desmarcado del presidente y se ha mostrado en contra de que se empleen militares en activo para controlar las revueltas. Así lo cuenta el Washington Post, que recoge unas declaraciones de Esper en las que expresa que este uso debe ser “el último recurso” y además, para ello, tienen que darse situaciones “más urgentes y graves”. “No estamos en una de esas situaciones ahora. No apoyo invocar la Ley de Insurrección”, ha remarcado.
Detenciones en Nueva York
Aunque miles de personas desafiaron el toque de queda impuesto a partir de las 20.00 horas en Nueva York y continuaron manifestándose hasta la medianoche, en esta ocasión se registraron solamente incidentes y robos puntuales, en contraste con la noche anterior, que acabó con más de 700 personas detenidas. Además, dos o tres agentes resultaron heridos, en comparación con los siete de la noche del lunes al martes, según medios locales.
“Situación muy tranquila”, describió a través de Twitter el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, alrededor de las 11 de la noche, tres horas después del inicio del toque de queda, una medida que consideró que estaba ayudando.
Este miércoles vuelve a haber convocadas protestas antirracistas en distintos puntos de la ciudad. Por el momento, en la mañana el ambiente es tranquilo. Y aunque no hay escaparates rotos ni vidrios por el suelo, se sigue trabajando para garantizar la seguridad. Múltiples tiendas y establecimientos siguen blindados con tablones de madera y seguridad privada para evitar cualquier rebrote de violencia y saqueos.
Además de en Nueva York, también se han desarrollado protestas en otros puntos del país. En Los Ángeles, miles de manifestantes pacíficos inundaron las calles desde la mañana a la noche del martes en una de las jornadas más multitudinarias. Dentro de la ciudad, de nuevo, Hollywood volvió a empaparse de la rabia y la indignación de las protestas.
La otra gran manifestación del martes se dio en el centro de Los Ángeles con miles de personas tomando pacíficamente los alrededores del Ayuntamiento, donde, aunque la protesta fue aflojando según se acercaba el toque de queda, cientos de manifestantes permanecieron de forma pacífica en el lugar. Según EFE, guardaron varios minutos de silencio y cantaron a capela “Lean On Me” de Bill Withers.
Este carácter pacífico de las protestas fue algo que destacó la Policía de Los Ángeles, que publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que aseguraron que continuarán “facilitando el derecho de la primera enmienda para reunirse pacíficamente”.
Apoyos alrededor del mundo a las protestas
A lo largo de este miércoles, el mundo se ha pronunciado respecto a la situación que se está viviendo en EEUU en relación a las protestas antirracistas. En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha expresado su preocupación con las formas “tan autoritarias” en que se ha respondido a ellas.
Así, ha considerado que hay que unirse para combatir “el mal de nuestro tiempo”, según dice, la ultraderecha, y se ha solidarizado con unas manifestaciones que, ha dicho, “tienen en su génesis alguno de los elementos más difíciles en la construcción de un gran país”, Estados Unidos, al que ha expresado su respeto.
Alemania también ha respaldado las protestas. El Gobierno las ha calificado de “legítimas pacíficas” y ha recordado que se produjeron por la “muerte horrible y evitable” de George Floyd, ocurrida en medio de un episodio de “violencia policial y racismo”.
“Esperamos que las protestas pacíficas contribuyan al fin del racismo”, ha declarado el portavoz del Gobierno de Angela Merkel, Steffen Seibert, en un encuentro con los medios de comunicación.
En el Reino Unido, su primer ministro, Boris Johnson, ha expresado que la muerte de George Floyd a manos de un policía de EEUU es algo “atroz” e “inexcusable”. Por tanto, ha dicho, entiende “perfectamente” el derecho a protestar por lo ocurrido aunque, “las protestas deberían tener lugar de una manera pacífica y razonable”.
Este miércoles, en la protesta en Londres, se han visto escenas de tensión con la Policía frente a la residencia del Primer Ministro, en el número 10 de Downing Street. Al menos dos manifestantes forcejearon con los agentes que custodiaban las puertas de esa calle, cerrada al tráfico por una verja metálica, y uno de los policías recibió un puñetazo, según “Sky News”.
En torno a treinta policías, vestidos con su uniforme habitual y sin equipos de protección especial, formaron una barrera para contener a la multitud de cientos de personas que se agolpaba en la avenida Whitehall con carteles en los que se leía “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”, en inglés).
Horas antes, miles de personas se habían concentrado en el céntrico Hyde Park para condenar el racismo y expresar solidaridad por la muerte de Lloyd. Durante la tarde, además, algunos agentes de la Policía londinense se arrodillaron al paso de la manifestación, en señal de solidaridad con las reivindicaciones.
A las protestas en EEUU también ha reaccionado el Papa Francisco, que condenó la muerte de Floyd: “Queridos amigos, no podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión”. Al mismo tiempo, el pontífice no respaldó la violencia de las protestas, porque “es autodestructiva” y “nada se gana con violencia y se pierde tanto”.
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