Un grupo de activistas ha colgado una pancarta en la que se leía: “La FIFA mata. Copa del Mundo 2022: 6.500 muertos” durante breves minutos en el Pont des Arts, uno de los puentes más famosos que surcan el río Sena de París, en protesta por los miles de trabajadores inmigrantes fallecidos en Qatar para construir el Mundial que comienza este domingo.
La autoría de este acto de protesta efímero corresponde al colectivo francés de Les Dégommeuses, que se presenta como un equipo de fútbol compuesto sobre todo por lesbianas y personas trans que tienen como meta luchar contra las discriminaciones.
“Otorgar esta Copa del Mundo a un país que pisotea los derechos de las mujeres y las personas LGBT+ e ignora que la catástrofe climática ya está en marcha solo aumenta nuestro disgusto”, ha indicado 'Les Dégommeuses' en un hilo -sucesión tuits conectados- en su perfil de Twitter. “Llamamos a todos los que defienden un deporte popular, emancipador, inclusivo, alejado de los intereses capitalistas, a continuar y ampliar su resistencia”, han añadido.
Los pocos minutos en los que la pancarta -de 16 metros de largo por 4 de altura- ha estado visible han servido para llamar la atención de algunos transeúntes y turistas. Las activistas han encendido además bengalas de color rojo y verde.
Más protestas en París
Por la tarde, los grupos Le bruit qui court, Carton rouge Catar ('Tarjeta roja a Qatar', en español) y Fridays for future han ido a la plaza de la República de París y han escalado para vestir a la estatua femenina que simboliza a la República Francesa, a la que han puesto una camiseta que rezaba: “Catar está lleno de muerte”. La base de la imponente estatua tenía también un crespón multicolor, en homenajes a los colectivos LGTBI.
En torno a la estatua, varios balones de fútbol pinchados pretendían encarnar las vidas perdidas para construir las instalaciones del Mundial en Qatar. Los activistas también han mostrado unas simbólicas tarjetas rojas al evento.
El torneo dará comienzo esta tarde a las 17.00, con el partido inaugural entre la anfitriona -dirigido por el español Félix Sánchez Bas- y Ecuador. Desde que el país del Golfo ganó en 2010 una votación rodeada de polémica para acoger el Mundial de 2022, Qatar ha invertido alrededor de 200.000 millones de dólares en infraestructuras que no han logrado acallar las críticas por las condiciones laborales de los trabajadores, las acusaciones de corrupción, la persecución de la comunidad LGTBI, la discriminación de las mujeres y la falta derechos como la libertad de expresión y asociación.
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