La parafernalia electoral de Trump: de tarjeta romántica a muñeco de vudú
La tez naranja y el tupé amarillo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, han servido de inspiración para muchos emprendedores a la hora de crear objetos con su cara, la lista va desde muñecos troll hasta rollos de papel higiénico, pasando por un juego tipo lego en el que se puede construir su famosos muro o tarjetas de San Valentín.
Algunos objetos, como los relacionados a la limpieza del retrete, están destinados a un público antiTrump. “Me encanta, lo puse a escondidas en el cuarto de baño de mi hermano republicano. ¡Ja, ja!”, cuenta en Amazon un cliente que se hizo con el pack de una escobilla amarilla que simula que el cepillo es el tupé del mandatario y un rollo de papel higiénico con su cara.
No sólo se pueden comprar rollos de papel del baño decorados con el rostro del magnate: hay compañías que también venden rollos repletos de tuits del presidente. Así, el material de lectura puede ser un post de Trump como: “Los mejores tacos se hacen en Trump Tower Grill. Amo a los hispanos”, un mensaje que el político compartió en sus redes en 2016 para celebrar el 5 de Mayo, el día en que los mexicano-americanos celebran su día en Estados Unidos.
Trumps con hechizos
El muñeco de vudú también está destinado a los que más detestan al presidente. Estas “mágicas” figuras magnéticas están confeccionadas a mano en Ucrania, según explica a elDiario.es la abogada norteamericana que las vende y que prefiere sólo dar sus iniciales, M.M.
“No puedo desvelar de dónde viene el vudú, eso es un secreto de creación”, dice entre risas la mujer, que explica que este peculiar proyecto empezó tras una conversación en Facebook cuando varias mujeres comentaron lo útil que sería tener un muñeco de vudú del presidente ruso Vladímir Putin, que fue la primera figura que crearon. Con las elecciones presidenciales de Estados Unidos se animaron a crear también muñecos de la candidata demócrata, Hillary Clinton, y de Trump y venderlos por 19.99 dólares (16,9 euros).
M. M., que se encarga del marketing y de la distribución del producto, comenta que el muñeco más popular es el de Trump y que han vendido diversas versiones, como una en la que se puede leer en el pecho del muñeco de tela “Il Douche” -expresión que en inglés se usa para decir que alguien es un gañán- “covfefe” -que hace referencia a un tuit de Trump sin sentido aparente- o “impeach” -el proceso de destitución al que se enfrentó el presidente a principios de año-.
Pese al éxito que esta pieza satírica consiguió en 2016, cuando vendieron miles de imanes, este año no están teniendo el mismo éxito, pues Facebook, que es por dónde hacen su campaña, les está poniendo muchas trabas.
“Facebook hizo muy difícil anunciarnos por esa vía, ya que considera nuestras publicidades como campañas políticas”. Ya han tirado en esa red la toalla, pese a que siguen teniendo cientos de muñecos listos para que los compradores les claven agujas.
Construir el muro
El juego de “Bloques de construcción MAGA”, que replica en construcciones el muro que Trump prometió construir entre los Estados Unidos y México, está diseñado para los votantes republicanos. En su página web, los diseñadores explican que el pack cuenta con más de cien piezas -la mayoría ladrillos- y un muñeco rubio tipo lego con una gorra en la que se puede leer “Make America Great Again”.
La web aprovecha para defender la construcción del muro que no se ha plasmado en realidad y atacar a los inmigrantes centroamericanos con las palabras de Trump, acusándoles sin pruebas de delitos como el tráfico de niños o el terrorismo.
Las grandes frases de Trump siempre a mano
No todos los gadgets que ha inspirado Trump están polarizados. Ejemplo de ello es el bolígrafo parlante que Jay Kamhi creó y que está ideado para hacer gracia tanto a demócratas como a republicanos. “Si eres liberal o demócrata (tras jugar con el bolígrafo) dirás: ‘Trump es superestúpido’ y si eres republicano o conservador dirás: ‘Es genial’. Ninguna de las dos personas pensará que estoy con el otro bando”, explica Kamhi.
Algunas de las frases que este pálido Trump dice cuando se le aprieta el tupé son: “América nunca será un país socialista” o “China tiene mucho respeto por el gran cerebro de Donald Trump”. “Antes de escoger las frases, pregunto a mi entorno si mi selección les ofende”, detalla el empresario que durante años trabajó como vendedor ambulante por las calles de Estados Unidos vendiendo sus propias creaciones.
Además de a varios bolígrafos y muñecos, Kamhi ha puesto la cara y voz de Trump en muchos más objetos, como tazas y tarjetas para celebrar el día del padre, de la madre, Navidad y hasta San Valentín -dónde el presidente dice: “Compartimos un corazón y un destino glorioso”, frase que estaba en su discurso de inauguración.
El presidente de Kamhi World sospecha que Trump conoce sus creaciones. De lo que sí que está seguro es que el periodista ultraconservador Rush Limbaugh se “partió de risa” al recibir una de sus tarjetas, pues lo hizo en directo. “Ahora todo el mundo en el país quiere esa felicitación”, dice el emprendedor que lleva más de cuatro años dedicándose a vender este tipo de productos de manera on-line.
De ídolo a bolígrafo
Este emprendedor conoció a Trump en 1991 cuando estaba vendiendo en la acera de la Quinta Avenida su creación estrella en aquel momento, manos movedizas inspiradas en el personaje más pequeño de la Familia Adams. El multimillonario, que acababa de salir de su torre, se paró para contemplar la “handbag” -una mano saliendo de un bolso- y la “handwich” -una mano en un bocadillo-.
“Trump miró a las manos, me miró a mí y volvió a mirar mis creaciones y a mí antes de irse. Él no pudo entender por qué alguien compraría esas cosas y por qué las estaba vendiendo enfrente de su torre”, recuerda Kamhi.
“Cuando le conocí había leído su libro ‘The Art of the Deal’, en el que decía que cuando una persona sin éxito ni dinero se topa cara a cara alguien de éxito piensa: ‘¡Vaya! Tal vez un día yo pueda ser así’ y entonces sueña con su nuevo futuro. Y eso fue lo que me pasó a mí cuando le vi delante de su torre”, añade el que fue vendedor ambulante durante siete años.
El futuro que visualizó Kamhi, quien en ese momento estaba acostumbrado a correr si la policía le encontraba vendiendo en la calle, fue tener su propio negocio lejos de las calles.
Pese a esa mini revelación que tuvo con el ahora presidente, el emprendedor se mantiene alerta frente a Trump, ya que el hecho de usar su nombre y voz le trajo problemas en sus inicios. “Tengo un muy buen abogado y es él quien se encarga de todo para asegurarse de que lo estoy haciendo todo legalmente”.
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