Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Un Mazón acorralado tratará de 'vender' reconstrucción para tapar su gestión
Ribera se remite al código de conducta: dimitiría si se lo pidiera Von der Leyen
Opinión - Ni liderazgo ni autoridad. Por Esther Palomera

Una escuela de música en Colombia mantiene a 400 niños lejos de las calles y de la violencia

Varias alumnas de la Escuela de Múscia Vallenata de Andrés 'El Turco' Gil

Cristina Armunia Berges

Valledupar (Colombia) —

A los pies de la Sierra Nevada que inspiró a García Márquez y custodiado por el río Guatapurí, que baja directo y helador desde esas mismas montañas, descansa la ciudad de Valledupar. Esta localidad al norte de Colombia cuyo motor principal es la producción agrícola y ganadera se esfuerza ahora por mostrar al mundo su cara más cultural y renovada. Además de inaugurar avenidas, asfaltar calles e idear decenas de monumentos que relatan de alguna manera la historia de la capital del departamento del Cesar, Valledupar cuenta con dos aliados esenciales: el vallenato y el profesor Andrés 'El Turco' Gil.

Aunque es posible que nada de esto te suene en absoluto si no has estado en el país, para los colombianos ambas cosas son casi como una religión. El vallenato es un estilo musical que inunda calles, casas y salas de música. 'El Turco' Gil es el director de la escuela musical de la ciudad que saca a los niños de las calles para que dediquen su vida al canto, a la percusión y a las acordeones.

Roza los 70 años, se encarga de que los niños no se dispersen y se agrupen en el escenario, les acerca los micrófonos y recuerda, siempre que tiene ocasión, que visitó la Casa Blanca y que Bill Clinton habla de él en uno de sus libros. 'El Turco' Gil inauguró esta escuela hace 36 años y explica con voz pausada la labor social que lleva realizando desde hace tanto tiempo esta fábrica de 'juglares'.

“Se puede decir, incluso lo dijo Bill Clinton en uno de sus libros, que aquí hay muchos niños vulnerables y desplazados que nosotros rescatamos de la violencia para que no estén por la calle. Ya sabes que la vagancia no trae nada bueno. Aquí formamos a los niños. Un niño que empuñe un acordeón o cualquier otro instrumento no está pendiente de tomar un arma”, dice en un tono cansado a las puertas de la escuela sin que en ningún instante dejen de escucharse los acordes de alguna Hohner.

En Colombia y, en general, en toda América Latina las tasas de violencia siguen siendo muy altas. En 2017, tras el acuerdo de paz firmado con las FARC, hubo una gran disminución en los casos de asesinatos en el país; en total, se dieron alrededor de 12.000. Esta es la cifra más baja en 30 años y las autoridades esperan que esta tendencia continúe en los próximos años. Sin embargo, en ese mismo año, los casos de robo de teléfonos móviles y de coches aumentaron un 27%.

Valledupar es una ciudad de acogida. Ha recibido a desplazados procedentes de áreas calientes marcadas por la guerrilla y, ahora también, acoge a ciudadanos venezolanos que llegan al país vecino en busca de mayores oportunidades. Según datos oficiales, en estos momentos hay más de medio millón de venezolanos en territorio colombiano y, cada día, cruzan las fronteras con Colombia unos 35.000. No todos se asientan de manera definitiva, muchos deciden seguir su camino y llegar hasta otros países.

“Aquí hay desplazados de todas las regiones de Colombia. El Cesar ha sido una región muy azotada por la violencia en Magdalena, la Guajira, Sucre... nosotros somos vecinos de todos estos departamentos”, apunta 'El Turco' Gil, mientras algunos de sus alumnos le miran desde el otro lado de la valla que separa una calle con puestos de arepas del patio en el que decenas de niños cantan y bailan.

“La escuela tiene 36 años. Llevamos todo este tiempo fomentando nuestra linda cultura. Yo fui el pionero, fui el primero en montar una escuela de música vallenata en Valledupar”, dice emocionado.

En estos momentos, la escuela tiene 400 alumnos que vienen de todas las partes del país. Pero, como suele pasar a menudo en estos casos, tienen grandes problemas para conseguir dinero, comprar instrumentos y pagar las facturas. “Esta escuela se financia con las uñas. Necesitamos ayuda porque nuestra fundación está muy apurada. Tenemos muchos gastos como por ejemplo los servicios de electricidad, agua... realmente es muy duro. Estamos muy comprometidos con los niños”.

El músico y profesor no cree que estas últimas elecciones, que han aupado al político derechista Iván Duque al poder, vayan a cambiar muchas cosas en su escuela. “El resultado electoral no nos afecta directamente. Los mandatarios siempre han apoyado a la escuela, el propio Juan Manuel Santos nos ayudó con la escuela cuando fue ministro de Hacienda para que tuviéramos los recursos para construirla”, concluye 'El Turco' Gil y se da media vuelta para seguir de cerca los avances de sus alumnos que visten con orgullo de los pies a la cabeza los colores de la bandera de Colombia.

La agencia ProColombia ha financiado el viaje de la periodista a Colombia.

Etiquetas
stats