“El Gobierno no dará marcha atrás, el cierre de la televisión griega es un hecho”
Hace justo un mes, Dimitris Apokis ejercía como periodista y analista de relaciones internacionales para la radiotelevisión pública griega (ERT). Vivió 17 años en Estados Unidos como corresponsal de la empresa pública y en 2011 volvió a Atenas. Tras el cierre de la ERT, Apokis apoyó la ocupación de su sede. Ahora, desde el jardín de su casa solo cree en una solución.
¿Es la televisión pública una cabeza de turco griega que ha pagado los platos rotos del Gobierno?
Creo que vieron la ERT como un objetivo fácil para cumplir con las exigencias de la troika, no esperaban generar tanto ruido. Sabíamos que la televisión pública griega tenía serios problemas y que era necesario un cambio pero la forma de cerrarla fue demasiado abrupta.
¿Por qué era necesario este cambio?
Era una organización anticuada. Necesitaba desesperadamente una modernización, una reorganización tanto de los trabajadores como de la misma entidad. Nos habíamos quedado anclados en el pasado.
Dora Makri, corresponsal de la ERT en España, desmintió la acusación de despilfarro afirmando que en realidad la radiotelevisión pública contaba con un superávit de 40 millones tan solo en el primer trimestre de este año. ¿Cómo se entiende esta contradicción?
El truco aquí es que sucesivos gobiernos han usado la ERT como saco de boxeo y han colocado mucha gente con salarios desorbitados. Esto no tiene nada que ver con los empleados. Las declaraciones del Gobierno fueron que la ERT era un ejemplo de despilfarro pero el año pasado tuvimos en total más de 100 millones de ganancias, gracias a la emisión de determinados eventos deportivos y a la publicidad.
Usted apoyó inicialmente la ocupación de la sede de la ERT, ¿por qué decidió apartarse?
No hay punto de comparación con los primeros diez días, todos estábamos allí, éramos centenares, ahora sólo quedan algunas docenas de trabajadores. Continuar con la ocupación trabajando gratis es una utopía. La mayoría de nosotros tenemos familias y deudas que pagar.
¿Entonces es partidario de aceptar la propuesta del Gobierno?
Sí, creo que es una buena oferta. El paquete de propuestas consiste principalmente en una indemnización de unos 15.000 euros por trabajador y algunos podrían llegar a cobrar hasta 60.000 por su despido. Es mucho dinero. En segundo lugar ofrecen contratar de nuevo a unos 2.000 trabajadores para la fase intermedia, en la cual se migrará de la antigua a la nueva televisión pública. Por último, priorizarán a los extrabajadores de la ERT en la contratación para los puestos de la nueva televisión.
En esta fase intermedia transitoria se van a ofrecer contratos temporales de dos meses con opción a prórroga. ¿No es esto una precarización absoluta de su trabajo?
Sí, pero la otra opción es esperar cuatro o cinco años en los tribunales e hipotéticamente, en un futuro, ganar el juicio. ¿Qué conseguiré? ¿A quién pediré la recompensa? La ERT ya no existirá. En cambio, ahora podemos aceptar la indemnización de miles de euros, trabajar en la fase de transición y contamos con una alta posibilidad de trabajar para la nueva entidad.
¿Ha adoptado la unión de trabajadores una posición común frente a la oferta propuesta por el viceministro encargado de la negociación?
El desacuerdo es máximo, la mitad de la gente prefiere continuar con la ocupación, y la otra mitad creemos que la propuesta es razonable y realista. Preferimos empezar a trabajar en la fase intermedia e intentar conseguir un mejor trato desde dentro. El Gobierno no dará marcha atrás, el cierre de la ERT es un hecho y no podemos volver al pasado. Debemos aceptar que esta es la situación a día de hoy. Si un ciudadano cualquiera de la calle se enterara que un periodista de la ERT puede tomar mañana mismo 60.000 euros, tener una posición en la fase intermedia transitoria y optar a un 60% de probabilidades de ser contratado para la nueva televisión pública, ¿qué cree usted que pensaría?
De acuerdo pero no todos los trabajadores serán contratados de nuevo. La mitad de ellos no tendrá cabida en esta nueva televisión.
De las 2.650 personas, alrededor de 500 estaban cerca de la jubilación. El Gobierno les ha ofrecido incentivos para acogerse de forma anticipada a su jubilación. Lo que están haciendo con la ocupación de la sede quedará pronto obsoleto. Empezarán la emisión de nuevos programas y telenoticias. La gente empezará a mirar la nueva televisión pública, así que no entiendo cuál es el objetivo a seguir con la lucha. No estoy seguro de cuánto tiempo más la gente y los medios internacionales van a prestar atención a lo que pasa en la ERT.