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Comienza el juicio contra Ghislaine Maxwell, “mano derecha” de Jeffrey Epstein

Fotografía de archivo de la conferencia de prensa donde se anunciaron los cargos contra Ghislaine Maxwell.

EFE

30 de noviembre de 2021 00:18 h

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El juicio contra Ghislaine Maxwell, expareja y “mano derecha” del millonario Jeffrey Epstein, que se suicidó en prisión en 2019, ha comenzado este lunes en un tribunal de Nueva York, donde se juzgará si Maxwell fue la responsable de captar y convencer a menores para que el magnate abusara de ellas.

El esperado juicio contra Maxwell, de 59 años e hija del polémico hombre de negocios Robert Maxwell, ha convocado a un numeroso público y medios de comunicación, lo que ha obligado a la jueza que dirige el caso, Alithon Nathan, a habilitar cinco salas donde poder seguir la vista a través de un circuito cerrado de televisión.

La Fiscalía, que dio comienzo al proceso con su argumento de apertura, ha descrito a Maxwell como una “mujer peligrosa” que engañó a niñas “para que Epstein abusara sexualmente de ellas”.

“Entre 1994 y 2004, la acusada explotó sexualmente a chicas jóvenes a las que manipuló” para entregarlas a Epstein, ha asegurado la Fiscalía, que presentará los testimonios de cuatro mujeres que aseguran haber sido víctimas de Epstein con la ayuda de Maxwell.

En la presentación de los hechos a los miembros del jurado, la ayudante del fiscal, Lara Pomerantz, ha arrancado la acusación contando el relato de una de las cuatro principales testigos: “Os quiero hablar de una joven llamada Jane”, una chica de 14 años a la que supuestamente Epstein y Maxwell cautivaron para abusar de ella, ha dicho. Según Pomerantz, Maxwell “traficaba con niños por sexo”.

Modus operandi

De acuerdo con el relato de la Fiscalía, la manera de actuar de la acusada y el fallecido magnate, a quienes describió como “socios criminales”, se repetía con cada supuesta víctima.

Primero, se acercaban a las jóvenes, “muchas de las cuales eran de familias a las que les costaba llegar a fin de mes” y, después, “se ganaban su confianza, les daban esperanzas y les prometían el mundo” ofreciéndoles becas, viajes y contactos. “Les hacían creer que sus sueños se harían realidad”, que podrían ser actrices, modelos, músicas, pero todo “era un engaño”.

Según Pomerantz, una vez ganada su confianza, Maxwell comenzaba a hablarles abiertamente de sexo hasta que acababa convenciéndolas para que le hicieran un masaje a Epstein. “Pero el masaje era una excusa para que Epstein las tocara” y acabara “abusando sexualmente de ellas”.

En algunos de esos encuentros, según la Fiscalía, Maxwell estaba presente y llegaba a participar activamente. Estos abusos tuvieron lugar supuestamente en las casas que Epstein tenía en Florida, Nueva York, Islas Vírgenes, Santa Fe (Nuevo México) y París.

Esta manera de actuar cambió a partir del año 2000, cuando supuestamente Maxwell empezó a pagar a chicas para que realizaran los masajes e incluso para que captaran a otras jóvenes. “La acusada jugó un papel esencial en la trama. Sabía exactamente lo que hacía, era peligrosa, estaba preparando niñas para un depredador”, ha subrayado Pomerantz, que ha recordado que Maxwell tiene seis acusaciones en su contra relacionadas con el tráfico de menores y la explotación sexual.

“Actúan por dinero”

Por su parte, la abogada de Maxwell, Bobbi Sternheim, que ha asegurado sentirse orgullosa de defender a su clienta, ha dicho que las cuatro víctimas que testificarán a lo largo del juicio “actúan por dinero para cobrar millones del fondo creado para las víctimas de Epstein”.

Según Sternheim, su recuerdo de los hechos es lejano, ha sido manipulado y no puede ser corroborado por otros testigos o pruebas.

“Los recuerdos se desvanecen con el tiempo, y en este caso, aprenderemos que no solo los recuerdos se desvanecieron, sino que han sido contaminados por información externa”, ha agregado.

Para la letrada, Maxwell no es sino “el chivo expiatorio que está siendo juzgada en lugar de Epstein”, quien se suicidó en una celda neoyorquina en agosto de 2019 antes de que arrancara su juicio por tráfico sexual de menores.

“No estamos aquí para juzgar a Epstein (...) Ella no es Epstein y no es como Epstein ni como los otros hombres que abusaron de niñas”, ha insistido la abogada a los miembros del jurado antes de subrayar: “Ustedes escucharán testimonios sobre la conducta de Epstein, pero no de la de Ghislaine”.

El caso ha recibido enorme atención mediática porque varias importantes figuras del mundo de la política y el espectáculo han sido relacionados con Epstein, entre ellas el príncipe Andrés de Inglaterra -actualmente acusado en otro caso en Nueva York por una de las supuestas víctimas del empresario-, el expresidente Bill Clinton o el cofundador de Microsoft Bill Gates.

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