Francia organiza su primer concierto-test con 5.000 personas sin distancias: “Ha sido una pizca de lo que nos espera en 2022”
“Buenas noches y bravo a todos los voluntarios. Quizás, juntos, esta noche podemos cambiar el mundo”. Así daba la bienvenida Nicola Sirkis, líder de la banda de rock francesa Indochine, a los 5000 asistentes que este sábado han participado en el primer concierto-test organizado en Francia. El proyecto, bautizado como Ambition Live Again, ha sido calificado de “prioridad nacional” por el gobierno francés, que a partir de este estudio pretende diseñar un protocolo seguro para celebrar grandes espectáculos en el futuro.
En el estadio AccorHotel Arena de París, popularmente conocido como Bercy, estas 5000 personas saltan, bailan y cantan sin mantener la distancia social, aunque con máscara quirúrgica. Tienen entre 18 y 45 años, no presentan vulnerabilidades y para poder formar parte del experimento han tenido que someterse a dos pruebas: una PCR negativa de máximo 72 horas de validez y un test rápido de antígenos horas antes del concierto. Paralelamente, otras 2.500 personas han realizado el mismo procedimiento, aunque en vez de ir al espectáculo se han quedado en casa. Dentro de siete días, los 7.500 voluntarios deberán hacerse un tercer y último test PCR.
El Ministerio de Cultura francés y representantes del mundo del espectáculo llevaban meses organizando este experimento, inspirado en el ensayo clínico en la Sala Apolo de Barcelona que tuvo lugar en diciembre. “Queríamos hacer un verdadero estudio, no sólo un concierto” detalla Angelo Gopee, director general de Live Nation, una de las organizaciones que participa en el ensayo clínico. “Compararemos el riesgo de contagios entre ambos grupos, cosa que no ocurrió en los conciertos de Barcelona. Más que vigilar a la gente, nuestro objetivo es controlar la multitud”. Durante el concierto, también se ha implementado una nueva tecnología que, mediante cámaras y algoritmos, permitirá detectar cuántas personas han llevado la máscara adecuadamente.
“Es muy raro y a la vez emocionante” comenta una pareja, minutos antes del concierto, mientras hacen cola para entrar en el recinto. Alex y Aline viven en París, llevan camisetas con el logo de Indochine y se apuntaron al experimento tras verlo anunciado en Facebook. “Tenemos ganas de ver cómo reacciona la gente, si actuaremos con total normalidad o si tendremos el reflejo de guardar las distancias después de tanto tiempo sin mezclarnos”.
En los accesos al pabellón es poco común ver a gente sola. La mayoría de voluntarios han decidido apuntarse en grupo. “Teníamos ganas de retomar la vida de antes. Llevamos máscaras, pero no nos importa” explica Jean-Phillipe, fan de la banda, y que ha convencido a su amigo, Grégoire, para que le acompañase. “Él no conoce a Indochine y era la excusa perfecta para romper con la rutina pandémica”. En Francia, hasta el pasado 19 de mayo, la cultura y la restauración habían permanecido cerradas durante más de seis meses y el toque de queda empezaba a las 19 horas.
De cinco a ocho de la tarde, el estadio que anteriormente ha visto actuar a artistas como Lady Gaga, U2 o Shakira vuelve a vibrar después de más de un año sin actividad. Antes de que Indochine tome el escenario, el DJ francés Étienne de Crécy ha recibido al público con una sesión de electro.
Al terminar el concierto, la gente se dirige ordenadamente a las puertas de salida para volver a casa. Camisetas empapadas de sudor, conversaciones animadas entre grupos y poca prisa para abandonar el estadio, a pesar de que falte menos de una hora para el toque de queda, ahora a las 21 horas.
“Esto ha sido una pizca de lo que nos espera en 2022” comentan Laetitia y Juan. “La máscara no nos ha molestado, estábamos tan metidos en el concierto que nos hemos olvidado de ella”. Para Gary, parisino de 30 años, la experiencia no ha sido tan llevadera. “Llevo gafas, hace calor… Y soy un poco aprensivo. La garantía de no contagiarse no existe, pero el propósito del estudio lo merece. Además, me he vacunado recientemente con la primera dosis”. En Francia, hace dos semanas que todos los adultos pueden vacunarse si logran encontrar cita disponible de un día para otro, a último minuto. A partir de este lunes, ya podrán hacerlo con normalidad.
Mezclar infectados con gente sana en Marsella, un ensayo descartado
Un segundo concierto-test en Marsella también estaba previsto para este sábado. En este caso, los organizadores pretendían realizar pruebas PCR a todos los voluntarios, aunque sin filtrar a los infectados con coronavirus entre los asistentes. De este modo, se quería realizar un experimento lo más realista posible. La propuesta generó polémica y finalmente el gobierno francés no ha dado luz verde al experimento.
Entre los espectadores del AccorHotel Arena, la prueba en Marsella también suscita controversia. “Tendría que haberse hecho, no entendemos por qué la anularon” exclaman un grupo de cuatro amigas. “Yo no lo hubiera hecho, me parece demasiado arriesgado”, confiesa Jean-Phillipe, mientras que Grégory, su acompañante, asegura que a él no le habría importado.
Las conclusiones del ensayo Ambition Live Again se publicarán a finales de junio. Desde el Elíseo, hay esperanza para reactivar la oferta cultural en el país. El ministro de Sanidad, Olivier Véran, y la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, asistieron al concierto, aunque desde una zona VIP, se reunieron con los organizadores del ensayo y hablaron con algunos de los voluntarios al terminar el espectáculo. “5000 personas cantando juntas el aventurero”, opinó Olivier Véran en Twitter, refiriéndose a uno de los temas de Indochine. “Muchas esperanzas esta noche en Bercy para el primer concierto de prueba francés”.
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