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The Guardian en español

Cómo fue la misteriosa captura en Libia del exagente secreto de Gadafi acusado del atentado de Lockerbie

Fotografía fechada el 21 de diciembre de 1988 de la sección de morro del vuelo 103 de PanAm en un campo cerca de la localidad escocesa de Lockerbie.

Jason Burke

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Mohammed Abouagela Masud, el ex agente de los servicios de espionaje libios acusado de preparar la bomba que en 1998 derribó el vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie (Escocia), está bajo custodia estadounidense después de ser secuestrado en su domicilio por un conocido señor de la guerra y de permanecer detenido por milicias armadas durante dos semanas, según ha informado The Guardian.

Masud compareció brevemente este lunes ante un tribunal de Washington, en EEUU, acusado de ser la persona que activó el temporizador de la bomba que destruyó el Boeing 747 y mató a 270 personas en el atentado terrorista más letal hasta el momento sobre territorio británico.

El Departamento de Justicia estadounidense anunció este fin de semana que había detenido a Masud, pero no dio detalles sobre cómo había llegado a Estados Unidos.

Capturado en su casa

Fuentes con conocimiento del caso en Libia dicen a The Guardian que las fuerzas leales a Abdel Ghani al-Kikili, conocido como 'Gheniwa', habían capturado a Masud en su domicilio del barrio de Abu Salem, en Trípoli.

La familia acusó en ese momento a las autoridades de Trípoli de guardar silencio sobre el secuestro y declaró a los medios locales que Masud había sido raptado por hombres armados.

Masud vivía en su casa tras salir hace seis meses de la cárcel, donde cumplió una condena de 10 años por crímenes cometidos bajo el extinto régimen de Muamar al Gadafi.

En torno a una semana después, su familia, que trataba desesperadamente de localizar al desaparecido, se puso en contacto con las personas que lo tenían en su poder. Según las fuentes, les aseguraron que Masud regresaría a casa sano y salvo en poco tiempo.

Abdulmenam Marimi, sobrino de Masud, dijo este lunes a la agencia de noticias Reuters que la familia no supo nada de que había sido trasladado a Estados Unidos hasta que salió por las noticias.

Aunque no ha sido posible confirmar todos los detalles descritos por las fuentes, que están bien situadas para conocer el caso, los expertos dicen que su relato es “muy verosímil”.

Violaciones de derechos humanos

Amnistía Internacional (AI) ha descrito a Al-Kikili como un violento jefe de milicias cuyos subordinados tienen un “historial perfectamente documentado de crímenes contra el derecho internacional, así como otras violaciones graves contra los derechos humanos”.

La SSA, milicia que según AI está dirigida por Al-Kikili, es responsable de las detenciones en casos de “seguridad nacional”. “Durante más de diez años, las milicias bajo su mando [de Al-Kikili] aterrorizaron a los habitantes del barrio de Abu Salim, en Trípoli, con desapariciones forzadas, torturas, homicidios ilegales y otros crímenes contra el derecho internacional”, dijo la organización en mayo de este año.

Al-Kikili ha desmentido las acusaciones de la ONG diciendo que la SSA tiene “mucho interés en aplicar la ley libia en primer lugar, que tiene en cuenta las normas de justicia y los derechos humanos, y funciona dentro del marco de las instituciones oficiales del Estado”.

El periódico The National, con sede en Emiratos Árabes Unidos, informó este lunes de que el sobrino de Masud había declarado que las fuerzas vinculadas al Ministerio de Defensa del Gobierno de Unidad Nacional de Libia, reconocido internacionalmente, detuvieron el 17 de noviembre a su tío y lo trasladaron a Misrata, a 200 kilómetros de la capital.

Libia está dividida en dos administraciones y es escenario de una disputa por la influencia entre países como Egipto, Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y naciones occidentales. El Gobierno de Unidad Nacional es el que tiene su sede en Trípoli.

No está claro cuál es la milicia que retuvo a Masud en Misrata, pero todas ellas han sido acusadas una y otra vez de múltiples abusos contra los derechos humanos, como torturas, detenciones ilegales, ejecuciones extrajudiciales, desplazamientos forzosos y explotación de migrantes.

“Hoy es un buen día porque Masud se enfrentará a la justicia por su presunta responsabilidad en el atentado de Lockerbie de 1988”, dijo este lunes durante una rueda de prensa en la Casa Blanca Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos. “Diré que se ha hecho de forma legal, de acuerdo con los procedimientos establecidos, para más detalles sobre cómo ocurrió, les remito al Departamento de Justicia porque ellos son los que están mejor situados para poder hablar sobre eso”.

El Departamento de Justicia de EEUU no ha respondido inicialmente a una petición de declaraciones. En un comunicado, Michael H. Glasheen, director adjunto en funciones de la oficina del FBI en Washington, declaró: “La detención legal y la comparecencia ante el tribunal del presunto autor de los atentados... es el producto de un arduo trabajo y de colaboraciones en todo el mundo”.

Los fiscales escoceses, que han participado activamente en la investigación, han dicho que la extradición de Masud a Estados Unidos se comunicó a los familiares de las víctimas.

La detonación del vuelo de Londres a Nueva York

El 21 de diciembre de 1988, el vuelo de Pan Am procedente del aeropuerto londinense de Heathrow con destino al John F. Kennedy de Nueva York explotó sobre Escocia a 31.000 pies de altura [unos 9.500 metros]. Un total de 259 personas murieron a bordo. Cuando llegaron a tierra, los restos en llamas del avión explosionado mataron a otras 11 personas en Lockerbie.

Según la declaración jurada estadounidense, Masud es una figura clave del complot, junto con Abdelbaset al-Megrahi y Al-Amin Khalifah Fhimah. En 2001, tres jueces escoceses condenaron a cadena perpetua a al-Megrahi en un tribunal especial en Países Bajos por asesinato en masa. Fhimah fue absuelto posteriormente en un juicio.

Los investigadores dicen que Masud se reunió con los otros dos en Malta, donde un alto cargo de los servicios de espionaje libios le había indicado que volara con una maleta preparada. Los otros dos hombres le pidieron que pusiera en marcha el temporizador. La maleta viajó a través de vuelos de conexión hasta llegar a la bodega del Boeing 747.

Según Estados Unidos, Masud y Fhimah se reunieron con el entonces líder libio, Muamar al Gadafi, tres meses después del atentado y él “les dio las gracias por cumplir un gran deber para la nación”.

En aquel momento, Gadafi estaba enfrentado a Occidente, pero bajo su liderazgo Libia terminó renunciando al terrorismo y aceptó en 2003 la responsabilidad por el atentado contra el avión a cambio de un alivio en las sanciones económicas.

A Masud, que durante muchos años fue un experto en explosivos del servicio de espionaje del país, lo detuvieron las fuerzas de seguridad libias tras la caída de Gadafi.

En 2017, las autoridades estadounidenses recibieron una copia de una entrevista que las autoridades libias habían hecho a Masud poco después de su detención. En la entrevista, según EEUU, Masud admitía haber fabricado la bomba del atentado de Pan Am, así como haberse puesto de acuerdo con los otros dos acusados para colocarla en el avión. Dijo que los servicios secretos libios habían ordenado la operación y que, después del atentado, Gadafi le había dado las gracias a él y a los otros, de acuerdo con la declaración jurada del FBI.

A finales de 2020, el Departamento de Justicia estadounidense presentó cargos contra Masud. Sin embargo, al estar bajo custodia libia, su procesamiento seguía siendo en gran medida teórico.

Con información de David Smith en Washington.

Traducción de Francisco de Zárate.

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