Así reciben los palestinos el fin de la era Netanyahu: alegría, sorpresa y escepticismo ante el nuevo gobierno
“Es el fin de la oscura era de Netanyahu”, dice Kareem Hassanian, de 44 años, psicólogo palestino que vive en la Franja de Gaza, un lugar que aún no se ha recuperado de la última y devastadora guerra entre Israel y Hamas.
“Y es el comienzo de una nueva era oscura. La actual coalición no será diferente a la anterior. Israel sigue ocupando Palestina. No veremos el fin de la ocupación en los próximos años”, agrega rápidamente.
Los palestinos de Gaza todavía limpian los destrozos provocados por la guerra de 11 días que enfrentó de nuevo a Palestina e Israel. Entre muchos otros daños, el conflicto provocó la demolición total de dos bloques de edificios.
La mirada de los palestinos que viven en los territorios ocupados sobre los cambios en gobiernos israelíes es siempre complicada. La idea de que el primer ministro Benjamin Netanyahu abandone su puesto no lo es tanto.
Sin voto en las elecciones israelíes, los palestinos que viven en estas áreas no participan en la decisión a pesar de que la política israelí tenga grandes consecuencias a la hora de definir cómo viven ellos.
El anuncio del posible Gobierno de coalición que terminará con 12 años de mandato ininterrumpido de Benjamin Netanyahu genera sentimientos encontrados desde Gaza a Cisjordania. “Hemos visto gobiernos políticamente más de izquierda que este”, agrega Hassanian, expresando la mirada pesimista de muchos, “pero la construcción de nuevos asentamientos [judíos] y la persecución de palestinos en Cisjordania y Gaza ha continuado”.
Una característica de este posible Gobierno que pretende unir a izquierda y extrema derecha y que sí desconcierta a muchos es la discutida participación de un partido que representa a ciudadanos palestinos de Israel, la Lista Árabe Unida de Mansour Abbas. “Es extraño que Mansour Abbas sea parte de esta coalición”, comenta Hassanian.
Basem abu Shanab, de 37 años, maestro de Gaza, comparte el mismo pensamiento. “Estoy contento de que el criminal Netanyahu no vuelva a estar en el poder. Ese es el final de cualquier criminal. Pero Naftali Bennett y Yair Lapid –los dos líderes israelíes que planean rotarse en el puesto de primer ministro– no será ncapaces de traer un cambio real en la relación con los palestinos”.
“Seguiremos como siempre, con una relación beligerante con la ocupación, sin importar quién sea el primer ministro, porque la experiencia dice que no hay una diferencia real en las políticas israelíes hacia los palestinos”.
Para algunos en Gaza, las noticias del nuevo Gobierno parecen irrelevantes. “No sigo las noticias de Israel”, dice Latifa al-Nafar, de 36 años, ama de casa. “No me importa quién esté en el poder. No conozco ni a Bennett ni a Lapid. Lo que me importa es la vida aquí”.
“Hemos vivido en estado de sitio durante muchos años. Nuestras vidas se han vuelto difíciles. No fue Netanyahu quien impuso el sitio, sino que los sucesivos gobiernos israelíes han impuesto las mismas políticas sobre nosotros en Gaza”, dice. “Queremos vivir en mejores condiciones. No sé quién es responsable de esto [...]. Lo que a mí me importa es vivir en paz y en mejores condiciones”, añade.
No solo los habitantes de la Franja de Gaza sostienen esta perspectiva. En Ramala, Cisjordania, el alivio por la partida de Netanyahu se mezcla con la sensación de que las cosas no cambiarán esencialmente, si es llegan a cambiar algo.
“El Gobierno ha pasado de la extrema derecha a una derecha todavía más extrema”, dice Jamal al-Khatib, de 62 años, profesor de la universidad Al-Quds en Ramala, en referencia a la perspectiva nacionalista de Naftali Bennet, quien será el primero en asumir el puesto de primer ministro en la rotación planificada por la coalición.
“Pero hay alegría de que Netanyahu se vaya del Gobierno, y eso es lo que los palestinos consideran parte de la victoria alcanzada por la resistencia [a la ocupación]”, añade.
“Solo nosotros podemos cambiar la política de Israel con unidad y firmeza. No contamos con los Gobiernos israelíes porque la historia ha demostrado que son dos caras de la misma moneda”.
Abu Assad Mutair, residente de 55 años en el campo de refugiados de Qalandia, coincide y sugiere que la reciente guerra en Gaza, lejos de beneficiar a Netanyahu, ha contribuido a su ruina. “Me hace muy feliz que Netanyahu se vaya, y lo que me hace todavía más feliz es que la guerra en Gaza y la resistencia lo hayan derribado”.
“La ocupación continuará, al igual que la confiscación de nuestras casas y nuestras tierras. Y como la comunidad internacional no ejerce presión sobre el Gobierno de Israel, nada cambiará”, añade.
Traducción de Ignacio Rial-Schies
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