Haití convive con la violencia y el cólera
La desesperación fruto de la lucha contra el cólera,
una epidemia que parece estar atacando sin piedad a la población haitiana, sumada a los constantes esfuerzos por reconstruir el país tras el devastador terremoto del 12 de enero , han provocado que la violencia se apodere de Haití.
Los enfrentamientos entre los ciudadanos y las fuerzas de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) han dejado una balance de tres muertos y varios heridos.
La última muerte se ha producido en la ciudad de Cabo Haitiano (centro). Al parecer, un grupo de vecinos de la colonia de Ciudad Chauvel atacó con piedras y botellas rotas un vehículo blindado de los cascos azules que abrieron fuego para defenderse, acabando con la vida de uno de los manifestantes e hiriendo a otros cuatro, según informó Radio Metropole.
Tras este incidente, la población inició una marcha que derivó en la toma de la sede de la MINUSTAH en la ciudad, aunque finalmente las fuerzas locales lograron reprimir la protesta y devolver el control del edificio a los militares de Naciones Unidas.
Esta muerte elevaría a tres la cifra de fallecidos en el marco de las protestas que comenzaron el pasado lunes en Hinche y Cabo Haitiano contra los cascos azules, a quienes los haitianos acusan de introducir en el país el brote de cólera que ha provocado más de un millar de muertes y 15.000 contagios, según los últimos balances.
Por su parte, el presidente del país, René Préval, ha pedido a la población que “rechace la violencia” y ha asegurado que las personas que han protagonizado disturbios en las localidades de Cabo Haitiano y Hinche “se sirven de la epidemia de cólera para crear problemas”.
A juicio del mandatario, estos manifestantes “quieren sembrar división entre las autoridades y la población, así como entre ellos y la MINUSTAH”. Préval advirtió de que “ningún Estado responsable puede aceptar” este tipo de disturbios, según declaraciones recogidas por el portal Alterpresse.
“Los lanzamientos de piedras, las barricadas o los fuegos no combaten la bacteria del cólera”, añadió Préval, quien apuntó que esta violencia, en cambio, perjudica la asistencia a las miles de personas contagiadas y la recuperación de los cadáveres de los fallecidos. El presidente abogó por crear una “cadena de solidaridad” para combatir la epidemia.
El cólera fuera de Haití
La alarma internacional se ha disparado con los dos casos registrados fuera de las fronteras haitianas. El primero de los afectados se detectó en la vecina República Dominicana y recientemente se ha conocido un caso en Estados Unidos, en Florida.
Allí, una mujer estadounidense recién llegada de Haití se ha convertido en el primer caso detectado en Estados Unidos del cólera, según informaron las autoridades sanitarias del estado.
La enferma había regresado a Estados Unidos la semana pasada tras visitar a su familia en el departamento haitiano de Artibonite, el más afectado por la epidemia. “Se encuentra bastante bien”, informó el doctor Tomas Torok, miembro de la Oficina de Epidemiología del Departamento de Sanidad de Florida.
Las autoridades investigan más posibles contagios “en varios condados”,
tras el detectado en el de Collier, informó el diario The Miami Herald.
Torok no reveló la identidad de la paciente y tan sólo dijo de ella que tiene un trabajo en el que está en continuo contacto con otras personas, al igual que tampoco dio información de los casos sospechosos detectados.
La semana pasada, las autoridades sanitarias de Florida difundieron un aviso a médicos y hospitales del estado para que permanezcan alerta ante posibles casos de cólera.
Mientras República Dominicana reforzó las medidas de control sanitario para prevenir el cólera en la zona, después de que fuera detectado el primer caso de la enfermedad en una zona cercana al principal centro turístico del país, Punta Cana.
El ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, dijo a Reuters que el caso del ciudadano haitiano Wilmo Louwef, de 32 años, está bajo control y no cree que por el momento el país esté ante la inminencia del surgimiento de un brote de la enfermedad, que aqueja a la vecina Haití.
“La población no debe preocuparse por este primer caso, pero sí debe mantener las medidas de higiene que hemos estado recomendando”, recomendó el ministro.
Louwef, residente de República Dominicana, viajó a Haití de vacaciones en octubre y regresó el 12 de noviembre con síntomas de la enfermedad, por lo que fue ingresado a un centro sanitario donde le detectaron la enfermedad del cólera.
“Hemos dispuesto todos los controles necesarios, se ubicó y se desinfectó el autobús en que ese ciudadano fue transportado y estamos procediendo a reforzar los que son los controles migratorios en la frontera con Haití”, agregó Rojas Gómez antes de una reunión convocada en el palacio de gobierno por el presidente, Leonel Fernández, para evaluar la situación.
Por temor a contagio, las autoridades decidieron restringir los mercados binacionales que se celebran semanalmente en poblaciones de la frontera donde comerciantes y compradores haitianos y dominicanos intercambian productos.
Miguel Catalino, director de la escuela de salud pública de la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo, recomendó un cierre “estratégico” de la frontera en vista de su gran vulnerabilidad y el tráfico permanente de haitianos indocumentados, sin un control efectivo de las autoridades.
Sin embargo, una fuente de la Dirección General de Migración dijo que “aún no se ha contemplado un cierre de la frontera, pero estaremos evaluando todas las medidas que serán necesarias para evitar que se presenten más casos en el país”, anunció el director.
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