La invisibilidad de las mujeres con adicciones
En el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, ARAD y la Red de la que es miembro (UNAD, la Red de Atención a las Adicciones), quiere reivindicar la situación de las mujeres con problemas de adicciones en nuestro país.
Desde la red, denuncian la invisibilidad y la doble discriminación a la que se ven sometidas las mujeres: por el hecho de consumir drogas y por ser mujer.
Las mujeres se encuentran con dificultades para acceder a los tratamientos para tratar las adicciones actuales ya que los recursos y los programas están pensados para los hombres. El sistema no entiende ni atiende a las mujeres con problemas de adicciones. Sirva como ejemplo la falta de atención que existe hacia el consumo de psicofármacos en mujeres, una realidad mucho más frecuente en ellas que en ellos.
Coincidiendo con este 26 de junio, ARAD quiere que la sociedad sepa que el 80% de las mujeres con problemas de adicciones ha sufrido o sufre algún tipo de violencia de género. Y esto sin olvidarnos de que su adicción actúa como una limitación para el acceso a los recursos de acogida de la red de violencia de género, lo que pone en clara evidencia la urgente necesidad de coordinación entre la red de atención a las adicciones y la red de violencia de género.
La situación se agrava en los centros penitenciarios, donde las mujeres representan el 8% de la población reclusa. Y entre ellas, las mujeres con problemas de adicción suman un tercer factor de discriminación debido a su condición de privación de libertad en unos centros que tampoco están adaptados a sus necesidades.
Advertimos también que en los contextos de ocio se continúa penalizando el consumo de drogas por parte de la mujer a causa del prejuicio social y del estigma, considerándose este consumo como un atenuante para los hombres y un agravante para las mujeres en los episodios de violencia sexual.
Todas estas realidades continúan siendo consecuencia de un sistema de valores patriarcal. Desde ARAD y desde UNAD pedimos un rediseño de los recursos y programas actuales para que se adapten a las necesidades de las mujeres. Demandamos más profesionales con formación en perspectiva de género para que, desde un primer momento, las mujeres con problemas de adicciones reciban un trato adecuado y respetuoso desde un clima de confianza y en un espacio seguro.
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