Victoria liberal, con un solo escaño de ventaja
Países Bajos ha vivido una de las jornadas electorales más reñidas de su historia. Las elecciones generales que se celebraron ayer tuvieron como ganador al Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), quien ha conseguido una ventaja de tan solo un escaño sobre el Partido Laborista Holandés, su principal rival en las urnas, según los datos oficiales publicados este jueves por las autoridades electorales.
Los resultados han confirmado el esperado giro a la derecha del electorado holandés y han supuesto la renuncia del primer ministro saliente, Jan Peter Balkenende, como líder de los Cristiano Demócratas tras los “decepcionantes” resultados obtenidos por su formación.
El VVD ha obtenido en total el respaldo del 20,06% de los votantes,
lo que se traducirá en 31 escaños parlamentarios. Mientras, el Partido Laborista se ha quedado en 30 parlamentarios tras recibir el 20% de los apoyos, según los datos ofrecidos por las autoridades con el 97% del voto escrutado.
Para alcanzar la mayoría parlamentaria de 76 diputados necesaria, ambos partidos tendrán que alcanzar acuerdos con al menos otras dos formaciones para poder gobernar en coalición, por lo que se prevé un retraso en la formación del nuevo Ejecutivo. Se espera que los resultados oficiales se conozcan en los próximos dos días.
Los sondeos previos a las elecciones pronosticaban una victoria más amplia de los liberales,
que habían preconizado un plan de austeridad de 39.000 millones de euros para corregir la situación de la deuda pública. Los laboristas habían propuesto un aumento de los impuestos a las personas de mayores ingresos y un recorte público menor.
El líder del VDD, Mark Rutte, celebró a primera hora de este jueves la victoria de su formación ante sus seguidores: “Qué noche tan especial y emocionante. Es la primera vez en la historia que el VDD se convierte en el mayor partido de Países Bajos”, dijo aliviado.
Por otro lado, los resultados electorales han dejado como grandes derrotados a los Cristiano Demócratas de Balkenende, que contarán con 21 escaños en el Parlamento (20 diputados menos que durante la anterior legislatura) y han sido relegados a la cuarta plaza, por detrás del Partido por la Libertad (PVV).
“Tengo que asumir la responsabilidad”,
indicó entre lágrimas Balkenende, quien calificó de “muy, muy decepcionantes” los resultados obtenidos. “Los electores han hablado y los resultados son claros. En las elecciones hay ganadores y perdedores, así es como funciona la democracia”, indicó el primer ministro saliente, que también renunció a su escaño, en declaraciones recogidas por los medios locales. El número dos en la lista de los Cristiano Demócratas, Ank Bijleveld, es el principal favorito a asumir el liderazgo del partido.
Sin embargo, otra realidad muy distinta es la del ultraderechista y xenófobo declarado Geert Wilders, candidato del PPV, formación que contaba hasta ahora con nueve parlamentarios y que pasará a tener 24 asientos en la nueva Cámara.
Wilders celebró anoche ante sus seguidores los resultados obtenidos
y defendió el rápido ascenso de su plataforma (que ha recibido el apoyo de más de medio millón de holandeses) como el triunfo de su discurso de “mayor seguridad, menos delito, menos inmigración y menos Islam”.
“Lo imposible se ha convertido en realidad.
Es un día glorioso para todo el país“, indicó Wilders tras expresar su voluntad por formar parte del nuevo Gobierno de coalición. ”Espero que podamos gobernar. Nos pueden tener cerca o dejarnos al margen“, añadió.
Incertidumbre sobre el próximo gobierno
Mientras las cúpulas del DVV y del Partido Laborista se reunirán a lo largo del día de hoy para trazar sus estrategias y estudiar las posibles alianzas con otras formaciones para alcanzar la mayoría de 76 escaños necesaria para poder gobernar en una coalición en la que el PPV podría tener opciones de entrar debido a sus sólidos resultados.
Sin embargo, esto no sucederá con los laboristas, cuyo líder y ex alcalde de Amsterdam, Job Chohen, aseguró esta madrugada que haría todo lo posible por garantizar que Países Bajos “continúe siendo un país social y decente”.
Los liberales también habían expresado su rechazo a negociar con Wilders pero en las últimas semanas Rutte señaló que su partido no descartaba ninguna posibilidad y que lo más importante era contar con una coalición en condiciones de asumir el Gobierno a partir del 1 de julio.
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