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El actor secundario Íñigo Errejón

Mónica García en el mitin de arranque de campaña junto a Iñigo Errejón.

Sofía Pérez Mendoza

1 de mayo de 2021 22:24 h

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El día que Mónica García se puso frente a la cámara para decir que no a una candidatura conjunta con Pablo Iglesias, Íñigo Errejón tenía una rueda de prensa en el Congreso. El vídeo de García era un alegato contra “la testosterona” y el “tutelaje de las mujeres” y estaba difundiéndose a gran velocidad. “El feminismo nos ha enseñado que no siempre tenemos que ser los protagonistas”, tuiteó el diputado de Más País tras cancelar la convocatoria. El partido quería evitar escenificar de nuevo la pelea Iglesias-Errejón que partió Podemos en 2019. Desde entonces, el diputado y líder de Más País se mantiene como actor secundario por primera vez en su vida política y alejado de cualquier confrontación partidista.

Errejón ha participado en la mitad de los mítines centrales junto a García pero está haciendo, en paralelo, una gira propia por municipios y distritos. Una campaña B que saca provecho de su retórica y de su nivel de conocimiento entre los madrileños para empujar la candidatura. El diputado comparte habitualmente vídeos de sus intervenciones mitineras en Twitter, donde habla de los que “no duermen porque les duele una rodilla” y tienen que esperar ocho meses para una prueba en la sanidad pública o de los que “no tienen tiempo para hacer los deberes con tus hijos”. No se sale lo más mínimo del guion: se ciñe exclusivamente a la campaña –pese a su proyección nacional– sin entrar en el cuerpo a cuerpo con otros partidos.

El corazón de la estrategia planteada por Más Madrid para estas elecciones autonómicas son los asuntos sensibles, cotidianos y transversales. El planteamiento no es del todo nuevo. Errejón y García rescatan el discurso de la trasversalidad que el ahora diputado utilizó en su candidatura autonómica en tándem con Manuela Carmena en 2019 y que fue una de las grandes bazas cuando nació Podemos. “Más importante que ser de izquierdas es la justicia social”, dijo en el primer acto junto a la exalcaldesa.

La misma receta está aplicando en el Congreso. Con tres diputados y una nimia capacidad de influencia en votaciones, Más País ha puesto deberes al Gobierno de coalición sin retirarle su apoyo, colocando en la agenda temas como la salud mental o la jornada de las 32 horas con intervenciones ovacionadas por la izquierda del hemiciclo, como la que terminó con un grito de “vete al médico” de un diputado del PP. O la que ponía sobre la mesa, sobre su propia experiencia de “privilegiado”, las discriminaciones que sufre el colectivo LGTBI. El altavoz de Errejón, aseguran desde Más Madrid, “ha servido para centrar la campaña en estos temas”.

Ambos líderes, García y Errejón, exhiben sintonía. Ella –tras dos años de oposición a Ayuso– delante, él detrás. “Nos jugamos tener de presidenta a una buena persona”, dijo el diputado en un acto el pasado fin de semana antes de que se fundieran en un abrazo. En campaña todo han sido buenas palabras. Detrás del escenario también mantienen un tono amistoso, pese a que el grupo parlamentario en la Asamblea había tenido algunos roces con Errejón. Por ejemplo, cuando anunció en el Congreso que Más Madrid había presentado una moción de censura contra Isabel Díaz Ayuso para frenar la convocatoria electoral anticipada. García fue la número 5 de la lista de Errejón en las elecciones generales del 10N. El ahora diputado presentó a la médica con honores ya en 2019.

El ideólogo de la creación de la candidatura en 2019 como una escisión de Podemos no engrosa el núcleo duro de la campaña de García, pero sí formó parte del reducido grupo de personas que se encerró para decidir qué respuesta dar a Pablo Iglesias ante el ofrecimiento de una única lista el 4M. En el cónclave también estaban Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, y Pablo Gómez Perpinyà, voz del partido en el Parlamento autonómico.

La extraña configuración orgánica del partido acerca y aleja, según el momento, a Íñigo Errejón de Más Madrid. La ambición de saltar a la arena nacional –con un muy discreto resultado– tras un número de votos más que aceptable en la Asamblea de Madrid dio lugar a cambios en el registro de la marca. Antes del 10N, Más Madrid pasó a llamarse Más País. Pero el movimiento se replegó en noviembre de 2020 volviendo al nombre original para modificarse de nuevo en febrero de 2021. El objetivo, dijeron entonces, era continuar con la “proyección nacional”.

La formación a nivel madrileño se configuró como plataforma política el verano pasado. Mónica García fue entonces elegida coordinadora autonómica y Rita Maestre, a nivel municipal, anticipando el ticket para las elecciones de 2023. Pero García ha tenido que lanzarse a la carrera electoral antes de lo previsto. De 2019 aprendieron que las cuchilladas entre partidos de izquierda casi siempre restaban, así que la eventual tensión esta vez se resolvió en un día para dejar de hablar de ello cuanto antes. Durante la campaña, Pablo Iglesias y Mónica García han respetado un pacto de no agresión que también incluye a Ángel Gabilondo. Un “anhelo” histórico, creen en Más Madrid, de la izquierda que puede reconectar a algunos votantes desencantados.

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