Los presupuestos de Madrid: Almeida confía en Vox, Villacís apela al resto de grupos
Los presupuestos municipales para Madrid que acaban de presentarse evidencian las estrategias opuestas que mantienen el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y su número dos, Begoña Villacís, para buscar su aprobación. Mientras el regidor y portavoz nacional del PP insiste machaconamente en que su prioridad es conseguir que Vox se siente a negociar como “socio preferente”, la dirigente de Ciudadanos se esfuerza para ampliar esa oferta a los demás grupos de la oposición, es decir, PSOE, Más Madrid y ahora el Grupo Mixto, en donde se ubican los cuatro ediles disidentes del grupo de Rita Maestre, que ya se han ofrecido al alcalde como "comodín antiVox".
Tanto los ediles del partido de Errejón como los socialistas creen que esta escenificación de la vicealcaldesa es puro “postureo” para evitar que se la etiquete junto a la extrema derecha. “Hace el paripé de que quiere sentarse a negociar con todos pero la realidad es que cuando presentan las cuentas las tienen prácticamente cerradas de antemano con Vox”, aseguran fuentes de Más Madrid. Sostienen que así pasó cuando presentaron las anteriores, que fueron aprobadas gracias a los votos de Vox. En 2019, la extrema derecha se abstuvo, lo que tampoco impidió que los presupuestos fueran aprobados gracias a una indeseada ausencia en las filas de Más Madrid.
Ajena a esas críticas, Villacís repite el mensaje: “Siempre hemos dicho que estamos abiertos a negociar los presupuestos con todos los partidos. Vamos a negociarlos con todos. Estamos abiertos a todos y lo hemos demostrado aprobando más enmiendas a la oposición de las aprobadas por el Gobierno de Carmena en cuatro años”, dejó dicho el pasado octubre tras participar en el Foro de Diversidad organizado por Madridiario.
Ese afán por marcar perfil propio y distanciarse de Vox ya llevó a Villacís a no querer hacerse la foto con los de Ortega Smith ni cuando el PP cerró con ese partido el pacto de investidura al inicio de la legislatura, ni cuando Almeida selló con el portavoz de extrema derecha el acuerdo presupuestario del año pasado. Entonces, la dirigente de Ciudadanos evitó sentarse junto a Almeida y Ortega Smith durante la firma de ese pacto presupuestario. Pero fue el portavoz de Vox el que forzó al final la foto al acercarse a ella a darle la mano, lo que provocó el irónico aplauso de los ediles socialistas. La vicealcaldesa, molesta, replicó: “A nosotros nos interesa menos la escenificación que lo que se vota. Las fotos nos parecen bastante menos relevantes”. Por su parte, Martínez-Almeida dejó claro que las tres formaciones compartían “las cuestiones esenciales”.
En aquella ocasión el Gobierno municipal tuvo que ceder y pagar peaje por ese apoyo otorgando ayudas directas a entidades religiosas y antiabortistas, dos propuestas matizadas sobre violencia intrafamiliar o una bajada extra de los impuestos para 2021. El grupo municipal de extrema derecha, sin embargo, no logró retirar las subvenciones a los sindicatos ni a otras entidades sociales, salvo a una: la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas de Madrid (AEGAL).
Ciudadanos, cada día más debilitado; Vox, más crecido
Ha transcurrido tan solo un año desde los anteriores presupuestos pero son muchas las cosas que han cambiado. Ciudadanos se encuentra ahora en una situación de suma debilidad tras la fallida moción de censura en la Región de Murcia que les sacó del Gobierno y provocó a su vez la decisión de Isabel Díaz Ayuso de romper el Gobierno de coalición en la Comunidad de Madrid y precipitar unas elecciones autonómicas que llevaron al partido de Arrimadas a perder de una tacada los 26 diputados que tenía en la Asamblea regional.
Vox, por el contrario, está crecido al ver sus dirigentes que son imprescindibles para aprobar las cuentas municipales y regionales en Madrid. Y también en Andalucía, donde el pacto PP-Cs se resquebraja después de la filtración de los audios del vicepresidente de la Junta, Juan Marín, en los que reconocía, durante una reunión interna con sus diputados, que no les interesa que haya presupuestos en un año electoral. Los de Abascal ya han anunciado una enmienda a la totalidad de los presupuestos y exigen la dimisión de Marín asi como la convocatoria inmediata de los comicios andaluces, comunidad en donde las encuestas pronostican otra debacle para los de Arrimadas con la posibilidad de que el PP alcance mayoría absoluta con la formación de extrema derecha, que sería la gran beneficiada de la crisis. También el último CIS da a la formación de extrema derecha una subida de cara a las generales.
Todo ello ha llevado a Vox a elevar el listón de sus exigencias. En el Ayuntamiento madrileño , Ortega Smith ha adelantado que “a priori” no va a apoyar las cuentas de Almeida. Según dijo este miércoles, con estos presupuestos “va a seguir gastándose muchísimo dinero, 400 millones de euros, en Madrid Central” –las restricciones de tráfico en el corazón de la ciudad que ellos querían eliminar–; se sigue manteniendo una fiscalidad elevada “a pesar de que nos dé unas migajas de rebajas gracias a la presión de Vox”. Y añadió que el gobierno municipal “sigue comprando las políticas de la izquierda y de la ideología de género y de los lobbies LGBTI”, añadió, aunque la realidad es que los nuevos presupuestos dejan de nuevo sin ayudas directas a colectivos como COGAM, Arcópoli, FELGTBI+ o la FRAVM.
Recupera Madrid, el “comodín antiVox”
Además, lamentó que esas cuentas vengan “condicionadas por los comunistas”, referencia dirigida a los cuatro ediles de Recupera Madrid escindidos de Más Madrid, que antes de conocer su detalle se mostraron dispuestos a negociarlas con el alcalde para que no tuviera que depender de la extrema derecha. “Estamos dispuestos a ser el comodín 'antiVox'”, le dijo el portavoz adjunto del grupo mixto, José Manuel Calvo, en el Pleno municipal. “La pregunta es si usted está dispuesto a utilizarnos y se va a atrever a prescindir de la ultraderecha de Vox para gobernar Madrid”, añadió, entregándole a Almeida cuatro cartas que simbolizaban los cuatro votos de los concejales de su grupo. Para su sorpresa, el alcalde, lejos de agradecérselo, le replicó en tono despectivo: “Señor Calvo, ustedes cuatro no son solo comodines para mí sino que son, además, tremendamente cómodos, tremendamente cómodos”, a lo que añadió: “Son ustedes el comodín, pero ya elegiré yo cuándo usarlo”.
Las espadas de Vox siguen en alto contra el PP, como demuestra el hecho de que este miércoles presentara un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra la puesta en marcha y aplicación de la Ordenanza de Movilidad bautizada ahora como 'Madrid 360', que Almeida sacó adelante con los votos de Recupera Madrid. Una denuncia que también ha presentado Más Madrid, aunque por motivos diferentes.
Pese a esta actitud de los de Ortega Smith, francamente hostil, el regidor madrileño sigue insistiendo una y otra vez en que Vox es el aliado natural del Gobierno, motivo por el cual ha apelado a “la responsabilidad” del partido de extrema derecha para que se sienten a negociar. “Vox es quien está en mejor disposición de llegar a ese acuerdo”, afirmó, por lo que les ha pedido que no se coloquen ellos mismo “un autocordón sanitario” y usen un “antiojeras”.
Una convivencia no siempre pacífica entre Almeida y Villacís
Lo cierto es que la convivencia entre el regidor madrileño y la vicealcaldesa fue desde el principio una balsa de aceite en contraposición a la relación que mantuvieron los partidos de Díaz Ayuso e Ignacio Aguado. En el Ayuntamiento los choques han sido puntuales, como cuando Ciudadanos amenazó con tumbar el recorte de Madrid Central si el PP no daba marcha atrás en la idea de permitir la entrada de los vehículos C con dos o más ocupantes en la zona de bajas emisiones.
Uno de los últimos roces entre el Almedia y Villacís tuvo lugar hace poco, cuando la dirigente de Ciudadanos adelantó en una entrevista en la Cadena Ser que Madrid iba a optar a los Juegos Olímpicos de 2036. La noticia, pese a ser cierta, como luego se demostró, fue de inmediato desautorizada públicamente por el regidor de Madrid, quien recordó que era una decisión que no se podía avanzar sin tener antes asegurada la unidad y el apoyo de todos los grupos políticos y de otros actores implicados en el tema. Villacís, visiblemente molesta, se ratificó y recordó ante los periodistas que el área de Deportes "la lleva Ciudadanos". Para dejar claro quién marcaba el terreno, poco después Almeida se reunía con el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, en un encuentro que al menos en su agenda no estaba ese día anunciado.
Desde aquel desencuentro Villacís ha hecho todo lo posible por remarcar que en el Gobierno de coalición no hay ni descoordinación ni fisuras, como ha empezado a extenderse por los mentideros políticos de la ciudad. Por este motivo, en casi todas sus últimas comparecencias junto al alcalde y otros miembros del Gobierno municipal pertenecientes al PP, Villacís no solo se deshace en elogios hacia el trabajo realizado por sus compañeros sino que recalca que los proyectos y acuerdos son fruto de un “trabajo conjunto” de todo el equipo municipal. Así, en la presentación de los nuevos presupuestos insistió en que son las cuentas “de un solo Gobierno”. “Este es el Gobierno de los acuerdos, son unos presupuestos trabajados en silencio sin necesidad de que se sepa en qué ha tenido que ceder cada partido”, destacó, en un intento de demostrar que entre ambas formaciones no hay ninguna tensión y las que puedan surgir no se airean y se quedan 'en casa'.
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