Pues nada, ya anduvo aquí Feijóo y, a la primera de cambio, la lío, aunque nadie ha hecho escarnio de sus declaraciones, ni se han rasgado las vestiduras. Han callado como nos tienen habituados, como han hecho siempre sin parar de repetir su eterno mantra.
El PP murciano, tan habituado a las genuflexiones, ni ha abierto la boca con el hecho que su jefe nacional haya decidido no solo quitarnos el poco AVE que nos iba a llegar, sino poner en peligro la continuidad del corredor mediterráneo. Cualquiera diría que el PP nacional nos tiene manía y que no quiere que crezcamos. Eso sí, una vez más, nos dijo que nos daría infraestructuras hídricas que ni siquiera mencionó, lo que viene siendo una costumbre del PP. Mucho te quiero perrico, pero pan poquico.
Tiene su guasa que el que quiera dejarnos como una isla ferroviaria sea el PP de Feijóo. En agua de borrajas se ha quedado el mantra diseñado por Enrique Ujaldón y repetido por los diputados del PP de la isla ferroviaria. Al final quienes nos quieren dejar sin AVE a Cartagena, nuestra joya turística, y a Lorca es el PP. Cosas veredes, que no crederes.
Lo chocante de la propuesta de Feijóo es el silencio atronador de los firmantes del pacto de infraestructuras. Máxime cuando ese pacto lleva la solicitud de una conexión AVE por Albacete. Nadie ha dicho nada, ni tan siquiera la CROEM, esa asociación tan crítica con la izquierda, tan reiterativa pidiendo el AVE y ahora tan sumisa cuando quien les dice que no es la derecha. Tanto pedir el Corredor Mediterráneo y cuando anuncian que si llegan al poder le van a recortar inversiones nadie dice nada. Curioso cuanto menos.
Esta situación no es nueva, nadie levantó la voz cuando Valcárcel abandonó el trayecto por Albacete, nadie dijo nada cuando no solicitó la electrificación de la vía, ni puso los medios para mejorar la línea. El silencio de los corderos. Ahora, después de esa declaración de intenciones, no he visto ni a los espectadores, tan murcianos ellos, ni a nadie levantar la voz. Son las cosas de la vida, son las cosas del querer. Callan para no molestar, para no perder la chamba, para no recordar a quien recorta que cada vez somos peor atendidos en los servicios públicos, excepto si conoces a alguien, mientras nos derivan sin cesar a empresas privadas que se lucran con nuestras enfermedades. Cualquier murciano que se precie no se olvida que fue Feijóo quien rebajó el coste de las transferencias sanitarias para ahorrarle dinero al Estado a cambio de la salud de los murcianos.
No sé cómo llegó esta vez Feijóo a Murcia, en burro, en coche con chofer, en tren por Alicante o lo mismo aterrizó en el pufo económico que es el aeropuerto, cualquier cosa es posible. Lo que sí tengo claro es que no quiere ver la Región mejorar y no es la primera vez. Ya vimos como se anunciaron los híbridos para Murcia y se los llevaron a Galicia, gobernando Mariano Rajoy. Fue este quien decidió dejarnos sin soterramiento, rescató la autopista para volver a sablear a los usuarios y contentar a sus amigos empresarios y ahora Feijóo y nos viene a decir a la cara: voy a hacer lo que me de la gana y vais a tragar como cuando los híbridos que iban para Murcia se fueron a Galicia sin que aquí nadie abriera la boca, como ahora.
Lo peor de toda esta historia es que quienes se llaman tejido empresarial asumen todo lo que la derecha les dicta y así va esta Región, cada día peor, con los indicadores por lo suelos y sin atisbo de levantar el vuelo. En menuda isla nos están metiendo algunos. Ese es el problema.
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