Ordenan la liberación de los internos del CIE de Sangonera la Verde por la crisis del coronavirus
El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), localizado en la pedanía murciana de Sangonera La Verde, tendrá que poner en libertad de forma “paulatina” a todos los migrantes que acoge. Así lo ha resuelto el Juzgado de Instrucción nº 9 de Murcia tras la orden emitida desde el Ministerio Fiscal, tras recibir un escrito de la ONG Convivir Sin Racismo, en el que exigían la liberación de todas las personas internadas.
La petición de la ONG, enviada el 25 de marzo, se debía a “la situación extraordinaria ocasionada por la crisis del COVID-19” y a la imposibilidad de ser expulsadas del territorio nacional debido al cierre de fronteras para contener el contagio de coronavirus, haciendo que la medida de aislamiento perdiera su fin. A este respecto, la ley estipula que la estancia de un extranjero en un CIE debe durar el “tiempo imprescindible”, sin poder exceder los 60 días, a la espera de que se tramite su expediente sancionador y su expulsión.
Es por ello que el juez instructor del caso ha ordenado la liberación progresiva de los migrantes del CIE en Sangonera La Verde. Otra de las peticiones de Convivir Sin Racismo era que se garantizara el desplazamiento a un domicilio propio o de familiares, o a lugares habilitados para pasar la cuarentena en “condiciones dignas”. El juzgado recoge esta medida y estipula que los migrantes que vayan saliendo del centro de internamiento sean “derivados a diferentes centros de acogida”.
Convivir Sin Racismo señala que en el miércoles 1 de abril, dos días después de la resolución del Juzgado, once personas internas en el CIE fueron puestas en libertad para poder regresar a sus domicilios. Además, se realizaron gestiones con distintas ONG para que en la tarde del miércoles pudieran salir otras 14 personas más, quedando en torno a unas 25 personas.
Desde la ONG señalan que la decisión del juzgado supone “una conquista de todas aquellas personas y entidades solidarias”, y agradecen su apoyo y el de los internos que dentro del CIE “siguieron enviando información para denunciar las condiciones precarias y la ausencia de medidas de protección en las que se encuentran”.
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