El Gobierno de Navarra se reunirá la semana que viene con Navarra Suma y EH Bildu para comenzar la negociación de los presupuestos
El Gobierno de Navarra, presidido por la socialista María Chivite, ha dado el pistoletazo de salida a la negociación del presupuesto del 2021, unas cuentas que, como ha señalado la propia jefa del Ejecutivo foral, cobran especial importancia este año por ser la herramienta económica fundamental en un contexto de crisis económica repentina generada por el coronavirus. Tal es así, que el Gobierno foral, el mismo día que ha acordado en su sesión de Gobierno el techo de gasto para las cuentas del año que viene, ha emplazado a los dos partidos de la oposición, Navarra Suma y EH Bildu, a sendas reuniones la semana que viene para comenzar con la negociación con el objetivo de que no se alargue tanto como la del 2020. El plan del Departamento de Economía e Hacienda es llevar los presupuestos al Parlamento el 11 de noviembre para comenzar con su tramitación y que puedan estar aprobados antes del 1 de enero.
Tal y como confirman a elDiario.es fuentes del Gobierno y de los dos partidos de la oposición, el Ejecutivo foral ha convocado a Navarra Suma y a EH Bildu a una reunión la semana que viene para comenzar a acercar posturas. El Ejecutivo de María Chivite, que está en minoría parlamentaria, necesita para sacar las cuentas el apoyo de al menos una de las dos fuerzas de la oposición. Por el momento, desde el Ejecutivo se limitan a decir que tienden la mano a los partidos y descartan que EH Bildu sea socio preferente por haber acordado los presupuestos del curso pasado, los primeros de la legislatura.
Así las cosas, parece más probable que se reedite un acuerdo con la formación abertzale que el que se logre con la colación de UPN, PP y Ciudadanos. Uno de los principales motivos es que un pacto con el partido de Javier Esparza podría provocar reticencias en los socios de Gobierno, Geroa Bai (la marca navarra del PNV), Podemos e Izquierda-Ezkerra (IU), que apoya al Gobierno desde fuera. Además, las relaciones del Ejecutivo foral con Navarra Suma no atraviesan su mejor momento. Tras unos primeros meses de pandemia en los que la coalición de derechas mostró su apoyo al Ejecutivo votando a favor todos los decretos forales con medidas de urgencia para paliar la crisis sanitaria y económica, en las últimas semanas Navarra Suma ha cambiado de discurso lanzando críticas feroces al Gobierno por la gestión de la segunda ola (llegando a pedir la dimisión de la consejera de Salud) e incluso votando en contra del último decreto en el que se incluían las nuevas sanciones por el incumplimiento de las medidas COVID. El año pasado se llegaron a sentar para intentar lograr un acuerdo, pero la negociación se limitó a una sola reunión. Navarra Suma presentó en el Parlamento una enmienda a la totalidad a los presupuestos, y el Gobierno achacó al partido de Esparza la culpa del fracaso en la negociación por “no haber presentado ni una sola propuesta”.
La opción de que termine pactando de nuevo con EH Bildu se antoja por el momento más factible. Ambas acordaron las cuentas del 2020 y en materia económica es más cercano el entendimiento con la coalición abertzale. El año pasado se logró el acuerdo después de que el Ejecutivo cediera a una de las pretensiones de EH Bildu, subir el techo de gasto para reforzar servicios públicos como un complemento a las pensiones a través de la Renta Garantizada. Este año las cuentas contarán con un techo de gasto superior en 208 millones de euros al fijado el curso anterior, lo que de primeras ha gustado en EH Bildu, que ha emitido un comunicado a las pocas horas de que se anunciara mostrando su satisfacción y anunciando su “predisposición a negociar para seguir la senda del año pasado”. Si bien, EH Bildu ha señalado que “deberán concretarse más tanto los capítulos de ingresos como la determinación concreta de las partidas en gastos sociales”.
La formación abertzale apuesta por una reforma fiscal con subida de impuestos, algo que según ha señalado la consejera de Economía y Hacienda, Elma Saiz, “se descarta”. El Gobierno ha fijado el techo de gasto teniendo en cuenta factores como el acuerdo al que se llegó la semana pasada con el Gobierno de España para situar la tasa de referencia en materia de déficit en el 2’2% del PIB para 2021 o la estimación del Gobierno central de que el próximo año la economía crezca un 7,2%. Adolfo Araiz, de EH Bildu ha apuntado que “la deuda es un recurso válido más, pero no podemos confiar toda la financiación extra que va a hacer falta al endeudamiento, ya que supondrá endeudar a generaciones futuras” apostando por “activar nuevas fuentes de ingresos propias”.
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