Navarra trabaja para movilizar un parque de vivienda vacía que cubriría un 30% de la demanda de alquiler social
El Gobierno de Navarra está trabajando en un parque de viviendas vacías que podrían satisfacer parte de la demanda de alquiler social que hay en la comunidad foral. Es una de las líneas del Plan de Vivienda de Navarra 2018-2028 con el que se pretende que la comunidad foral “disponga de una oferta de vivienda suficiente, asequible, habitable y accesible, garantizando el derecho a la vivienda de la población”.
Según ha señalado el consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos del Gobierno de Navarra, José María Aierdi, el Ejecutivo foral ha detectado más de 3.000 viviendas “con indicios” de que no están siendo habitadas propiedad de particulares. A raíz de un análisis de los consumos de luz, agua y otros parámetros el Departamento de vivienda ha identificado estos inmuebles a cuyos propietarios se está empezando a contactar para conocer la situación real de la vivienda, ya que según explican fuentes de la consejería, si se trata de una vivienda que está en venta o en un proyecto de rehabilitación no se considera vivienda vacía. Para entrar dentro de esta calificación ha de ser una vivienda sin uso residencial “durante más de seis meses consecutivos en el curso de un año desde el último día de efectiva habitación”, por lo que no entraría tampoco las segundas viviendas. Además, también se han identificado otros 600 inmuebles de grandes tenedores de vivienda, en su gran mayoría bancos.
A través de una carta, el Gobierno foral se está poniendo en contacto con estos propietarios de viviendas vacías para animarles a que las incluyan en el parque público de vivienda. A través de la sociedad pública Nasuvinsa, el Ejecutivo foral paga a los propietarios que incluyan su vivienda en el parque público un canon fijo 6 euros al mes por cada metro cuadrado de la vivienda, además de una subvención de 1.500 euros a fondo perdido en el momento de firmar el contrato, que tiene una duración mínima de 7 años. Nasuvinsa también se hace cargo de 50 euros de los gastos de la comunidad, así como del seguro del hogar. También da una garantía de cobro de las mensualidades incluso en el caso de que el inquilino final no cumpliera con los pagos y en el momento de finalizar el contrato “se compromete a entregar la vivienda en las mismas condiciones en las que estaba”.
Con todo, desde el Gobierno consideran el parque de vivienda vacía como “una pequeña parte” de la solución al problema de acceso a la vivienda que hay en la comunidad foral por los elevados precios del alquiler, y es que aunque las 3.000 viviendas que se han identificado como vacías pasaran a formar parte del parque de vivienda pública, tan solo servirían para cubrir un 30% de la demanda de alquiler social. En estos momentos Nasuvinsa tiene inscritos a unos 10.000 demandantes de vivienda. Además, explican que la gran mayoría de la demanda se concentra en el área de Pamplona, cuando gran parte de las viviendas que están deshabitadas se encuentran fuera de la capital navarra.
Por ello los dos grandes ejes del Plan de Vivienda son la promoción pública y las ayudas al mercado libre. José María Aierdi ha explicado que desde 2016 se han puesto en marcha 500 viviendas, de las que la mayoría ya están terminadas, y espera que a final de legislatura haya más de 2.000 inmuebles dentro del plan plan Navarra Social Housing para el alquiler público.
En cuanto a las ayudas para el alquiler en el mercado libre, el Gobierno dispone de dos planes, uno para los jóvenes (Emanzipa) y otro para familias vulnerables (David). Según los últimos datos, 2.560 personas se benefician del programa para alquiler de jóvenes Emanzipa y otras 1.233 familias se han reciben ayudas del programa David.
Con estas líneas de trabajo se espera que en 2028 se haya reducido considerablemente la lista de demandantes de alquiler social, así como conseguir reducir el precio de los alquileres en el mercado libre.
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