Podemos e IU se enfrentan por la composición de las listas y dejan la confluencia pendiente de un hilo
La confluencia de izquierdas en Cantabria parece nuevamente destinada a fracasar. La cabeza de lista ha supuesto un escollo insalvable en las negociaciones entre Podemos e Izquierda Unida y la ruptura, salvo milagro de última hora, se consumará el día en el que finaliza el plazo que IU marcó a la gestora de Podemos para aceptar su propuesta, por lo que el partido morado queda abocado a concurrir en solitario a las elecciones autonómicas.
Según ha podido saber eldiario.es, las negociaciones llevan “más de 15 días encalladas” y todo apunta a que es cuestión de tiempo a que se confirme el fracaso. Así pues, cuando el cronómetro de IU ha llegado a cero, ambos partidos siguen enrocados en sus respectivas posturas, dejando una única salida posible: una candidatura de IU y Equo encabezada presumiblemente por Israel Ruiz Salmón y otra de Podemos, que apunta a la diputada Verónica Ordóñez como número uno, a la espera de la decisión judicial sobre las primarias.
La crisis interna que lleva tiempo asolando a Podemos y que se saldó con la imposición de una gestora desde Madrid enfrió las relaciones con las otras dos formaciones en busca del acuerdo, ya que hasta entonces el partido morado no contaba con un interlocutor claro. Las denuncias de acoso y el enfrentamiento entre la entonces dirección regional y el grupo parlamentario -disuelto posteriormente- provocaron un clima que motivó a IU y Equo a suspender las negociaciones.
A pesar de que a nivel municipal el acuerdo está saliendo adelante, como es el caso de Santander donde concurrirán bajo la marca Unidas por Santander, en Cantabria la confluencia quedó a expensas del plazo marcado por IU a la gestora que concluye este viernes, fecha que coincide con el anuncio de Pedro Sánchez de convocar elecciones generales el 28 de abril.
Y por si las discrepancias por la lista a las autonómicas fueran pocas, este nuevo escenario supone otro frente de negociación por las candidaturas al Congreso y al Senado, que bien puede incrementar la tensión y complicar todavía más esta alianza o, por el contrario, provocar un giro inesperado y al abrir más puestos a repartir facilitar un acuerdo que en estos momentos todos los partidos implicados dan por 'muerto'.