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El consejero rechaza que haya pruebas “objetivas” de manipulación y no ve motivos para detener la OPE del Servicio Vasco de Salud

Múgica, Darpón e Iruretagoiena, en la sede central de Osakidetza

Iker Rioja Andueza

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“Si alguien tiene alguna prueba, algún dato, que lo ponga encima de la mesa”. Ante la polvareda levantada por las sospechas de manipulación de la OPE de Osakidetza, al menos en los exámenes de plazas de especialistas hospitalarios, el consejero de Salud, Jon Darpón, no da credibilidad a las denuncias llegadas desde partidos políticos, sindicatos y opositores, que inciden en que se filtraron las preguntas para beneficiar a un grupo concreto de opositores, y no ve motivos para detener los exámenes todavía pendientes. “Nervios, ninguno [...]. No hay ninguna prueba objetiva y mientras no se demuestre lo contrario, todos [los miembros de los tribunales] merecen un respeto”, ha afirmado Darpón en una comparecencia extraordinaria ante los medios de comunicación 72 horas después de que este caso saltara a la luz pública y en la que ha estado rodeado por la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, por la responsable del IVAP, Maite Iruretagoiena, y otra media docena de altos cargos de la Sanidad vasca.

Darpón se ha referido específicamente a las actas notariales presentadas en el Parlamento por Elkarrekin Podemos, que 'adivinaron' antes de la celebración del examen de Anestesiología el nombre de los tres mejores aspirantes y el orden de sus notas. “No disponemos de ningún acta notarial”, ha zanjado el consejero que ha conminado a los periodistas a que le entregasen esos documentos. Además de esta formación política, también el sindicato ESK elaboró quinielas que igualmente adelantaban qué facultativos concretos iban a lograr las plazas antes de la celebración de la oposición.

También ha mencionado el titular de Salud -al que Múgica ha pedido calma con un gesto mientras respondía a los informadores con su habitual vehemencia- el informe estadístico elaborado por el sindicato LAB. Este documento muestra que en una decena de categorías hay candidatos con notas muy altas que habitualmente coinciden con el número de plazas ofertadas y, además, muy por encima de los resultados medios del resto de opositores, en su mayoría profesionales con una larga experiencia en esas especialidades. Tras un “no me dedico a hacer un análisis de cada una de las pruebas”, Darpón ha manifestado que la versión oficial es que “después de muchos meses de preparación y dedicación” todos los aspirantes (hasta 96.000 para 3.335 plazas) merecen “respeto”, al igual que los facultativos que integran los tribunales evaluadores, más de 1.300.

En todo caso, Osakidetza -tras una reunión extraordinaria de su Consejo de Administración celebrada este mismo lunes- encargará un “análisis exhaustivo de coherencia” de las notas, “de todas y cada una de las pruebas” para despejar dudas. Hasta que se publique -no se han dado plazos ni quién elaborará esa auditoría- “el resto son elucubraciones”.

Darpón y Múgica se han referido también a los procedimientos concretos de custodia de los exámenes de casos clínicos prácticos, que valen un 35% frente al 65% de los test que elabora el Instituto Vasco de Administración Pública (IVAP). Han indicado que los miembros de los tribunales “firman un contrato de confidencialidad” sujeto a sanciones por su incumplimiento. Precisamente en los exámenes de Angiología uno de los integrantes alertó de resultados anómalos y posibles filtraciones, lo que motivó una primera investigación limitada a ese caso, anunciada el viernes por Osakidetza. No obstante, Salud insiste en que ese tribunal siguió “escrupulosamente” el procedimiento reglamentario. A la pregunta concreta de si se puede garantizar que todos los evaluadores mantuvieron la confidencialidad, el consejero ha insistido en defender la inocencia de todos ellos “mientras no se demuestre lo contrario” aunque “siempre puede haber alguien” que rompa los códigos éticos.

En este escenario, Darpón ha insistido en lanzar “un mensaje de tranquilidad” a los opositores, especialmente a los 86.000 que todavía tienen que realizar las pruebas. “Somos los primeros interesados en que esta situación se analice y se esclarezca cuanto antes, si es que hay alguna duda [...]. Osakidetza no ve motivo objetivo para paralizar la OPE”, ha zanjado el responsable de Salud.

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