ETA anuncia por carta que disuelve “completamente todas sus estructuras” y cierra “su ciclo histórico y su función”
La organización terrorista ETA ha anunciado en una carta remitida a diversas organizaciones, instituciones y agentes vascos que ha tomado la decisión de disolver “completamente todas sus estructuras” y de cerrar de esta manera y con carácter definitivo “su ciclo histórico y función”. Así está recogido en una misiva con el anagrama y el sello de ETA que lleva fecha del pasado 16 de abril en la que la organización ya desarmada da cuenta de su epitafio definitivo, y a la que ha tenido acceso eldiarionorte.es.
“Euskal Herria está ahora ante una nueva oportunidad para cerrar definitivamente el ciclo de conflicto y construir su futuro entre todos. No repitamos los errores, no dejemos que los problemas se pudran. Eso no sería más que fuente de nuevos problemas”, apunta ETA. Esta carta es posterior a su comunicado del pasado 8 de abril en el que pidió perdón a parte de sus víctimas y reconoció el daño causado.
Fuentes conocedoras del proceso del final de la organización -que incluye la celebración de una Conferencia Internacional el próximo viernes en la localidad vascofrancesa de Cambo- apuntan que la terminología de esta misiva es prácticamente calcada a la que empleará ETA en su comunicado final y en el vídeo grabado que emitirá en las próximas horas a través de un medio de comunicación internacional, previsiblemente la BBC. Una de las condiciones que habían puesto los mediadores del Grupo Internacional de Contacto, que lidera el abogado sudafricano Brian Currin, para colaborar en el final de ETA era que su pronunciamiento fuera claro, inequívoco y no diera pie a interpretaciones.
En todo caso, ETA también quiere aclarar a sus interlocutores de la sociedad vasca que su ciclo ha terminado pero que “el conflicto con España” no, porque “no comenzó con ETA y no termina con el final del recorrido de ETA”, apunta en la misiva.
“Por medio de esta comunicación os queremos dar a conocer la decisión que Euskadi Ta Askatasuna acaba de tomar. ETA ha decido dar por terminados su ciclo histórico y su función, dando fin a su recorrido. Por tanto, ETA ha disuelto completamente todas sus estructuras y ha dado por terminada su iniciativa política”. Así arranca la carta remitida en los últimos días por la organización terrorista ya desarmada a diversas organizaciones y agentes vascos que, de una u otra manera, han participado en los diferentes hitos del final de la violencia en Euskadi: desde la declaración en la Conferencia Internacional de Aiete previa al cese definitivo de la actividad terrorista el 20 de octubre de 2011, al desarme parcial realizado por ETA en Bayona el 8 de abril de 2017.
Precisamente, la carta toma como “referencias fundamentales” en este proceso iniciado en 2010 para la disolución definitiva de la organización terrorista “la Conferencia de Aiete y el fin de la violencia armada que ETA anunció tres días después”. Pese a que en esa conferencia se diseñó una hoja de ruta para que los Gobiernos español y francés dialogaran con la organización sobre lo que ETA ha denominado históricamente “las consecuencias del conflicto” (sus ahora 285 presos, la vuelta de los exiliados y la “desmilitarización de Euskal Herria” [la salida de las Fuerzas de Seguridad del Estado], la misiva admite que eso fue imposible dada la negativa del gobierno español de Mariano Rajoy y de la Administración francesa.
“Por desgracia, la Declaración de Aiete no pudo recorrer su camino, a pesar de coincidir con la voluntad de la mayoría de ciudadanos vascos, los Estados francés y
español lo hicieron imposible desde su mismo inicio“, responsabilizan.
Es precisamente esa negativa, sostiene la organización ya desarmada, la que ha hecho que el final se haya alargado desde su decisión del cese definitivo del terrorismo en octubre de 2011 y lo que ha “multiplicado el sufrimiento” causado. “La falta de voluntad para solucionar el conflicto, y las oportunidades perdidas, entre otras, ha provocado el alargamiento del conflicto y ha multiplicado el sufrimiento de las diferentes partes”. Pese a todo, como ya hiciera en su anterior comunicado en el que pedía perdón por el daño causado aunque haciendo distinciones entre las víctimas, “ETA reconoce el sufrimiento provocado como consecuencia de su lucha”, se apunta en la carta.
“La solución del conflicto os necesita”
Pero lo que los terroristas -y la izquierda abertzale que nunca ha condenado el terrorismo- reitera es que con el cierre definitivo de la persiana del terror de ETA no se acaba el conflicto. Siguen abonados a la idea de que el conflicto continúa está y hunde sus raíces en la historia, idea que sigue vive entre la dirección etarra. “Esta decisión cierra el ciclo histórico de 60 años de ETA. No supera, en cambio, el conflicto que Euskal Herria mantiene con España y con Francia. El conflicto no comenzó con ETA y no termina con el final del recorrido de ETA”, apunta.
“Años de confrontación han dejado heridas profundas y hay que darles la cura adecuada. Algunas todavía están sangrando, porque el sufrimiento no es cosa del pasado. Por medio de esta carta, y con toda humildad, ETA os quiere hacer llegar una última opinión. En su opinión, la solución del conflicto y la construcción de Euskal Herria os necesita a todos vosotros, porque el futuro es responsabilidad de todos”, indica.
Y es en ese punto de la misiva en la que ETA da alguna pista de lo que van a hacer sus activistas, en la actualidad una decena, la mayoría fuera del territorio francés y muy pocos con ascendencia dentro de la organización, salvo el caso de José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, negociador en nombre de ETA con el entonces presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, el emisario del presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Un proceso de paz durante el mandato socialista que saltó por los aires con el bombazo en la T-4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006, en el que murieron los inmigrantes Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. “Los que hemos sido militantes de ETA, por nuestra parte, queremos confirmar nuestro compromiso en embarcarnos totalmente en esa tarea, cada cual desde el lugar que considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre”, avanza.
ETA se refiere en su carta a los diferentes intentos de negociación -aunque no llega a nombrarlos expresamente se refiere a las conversaciones Argel (con el Gobierno del PSOE presidido por Felipe González), la etapa del Pacto de Lizarra (con el Ejecutivo del PP que encabezaba José María Aznar) y las negociaciones de Loyola y en Noruega bajo la presidencia de Zapatero. “A lo largo de los años, se han hecho numerosos esfuerzos para encauzar por vías racionales el conflicto político. Se han puesto en marcha sesiones formales de negociación, se han llevado a cabo conversaciones secretas y se han presentado innumerables propuestas. No hemos sido capaces de llegar a acuerdos, ni entre ETA y el gobierno, ni entre los agentes vascos. Es una responsabilidad compartida y ETA asume la parte que le corresponde”, apunta por primera vez en tono de autocrítica.