Cuando Errenteria era la 'Belfast vasca'
Cuando se habla de los 'años de plomo' de ETA (con múltiples asesinatos en la década de los años 80), Errenteria acude inmediatamente a la memoria. La localidad guipuzcoana ha pasado de ser considerada en los ochenta como la 'Belfast vasca', un icono de la violencia de ETA, a convertirse en un motor de la paz. Superar el pasado, convivir y, sobre todo, buscar la reconciliación futura es el objetivo.
El homenaje que ahora brinda a la familia de Antonio Cedillo, un policía nacional asesinado por ETA en 1982 junto a otros tres compañeros, es una más de las iniciativas puestas en marcha por el Ayuntamiento dirigido por Julen Mendoza, de EH Bildu. Errenteria, un municipio del cinturón industrial de San Sebastián de 40.000 habitantes, alberga en su triste historia de violencia en los últimos 50 años 21 asesinatos de ETA, dos de grupos parapoliciales, cinco por disparos policiales en la Transición.....La cuenta se completa con denuncias de torturas y un ristra incontable de actos de 'kale borroka'. Entre ellos, la emboscada a una patrulla de la Ertzaintza con cócteles químicos hace 23 años, que marcó un punto de inflexión en la lucha de la Policía vasca contra la violencia callejera del entorno de ETA. “Querían quemarles vivos”. Así resume aquel ataque salvaje el fiscal que en su día llevó el caso, Luis Navajas.
El informe 'Hacia una memoria compartida' de la asociación pro derechos humanos Argituz, encargado en 2014 por el Ayuntamiento formado por EH Bildu, PSE, PNV, IU y PP, recoge estos episodios.
Julen Mendoza, elegido alcalde de Errenteria en 2011, poco antes de que ETA anunciara el cese definitivo de la violencia, es uno de los protagonistas del camino emprendido por su pueblo hacia la paz. Se acercó a los concejales del PSE y del PP; unió a víctimas de ETA, los GAL y de abusos policiales y el Ayuntamiento encargó el informe Argituz sobre las vulneraciones de derechos humanos.
Después se homenajeó a los dos concejales del PP —José Manuel Caso y Manuel Zamarreño— y al del PSE —Vicente Gajate—, asesinados por ETA. Un homenaje sincero y unánime, impensable años atrás dada la división social y el clima de crispación imperantes en Errenteria. Era la primera vez que un Ayuntamiento gobernado por Bildu reconocía solo a víctimas de ETA. Hoy, Caso da nombre a un edificio municipal y Zamarreño a un mirador a la bahía de Pasaia.
El alcalde de EH Bildu tiene claro que la convivencia y la reconciliación pasan por este tipo de procesos, pero aún hacen falta más 'Errenterias' en Euskadi.
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