El nuevo delegado del Gobierno en Euskadi anuncia un “acercamiento progresivo” de presos de ETA pero avisa: “Mi prioridad serán las víctimas”
Jesús Loza (Vitoria-Gasteiz, 1952) es ya oficialmente nuevo delegado del Gobierno de España en el País Vasco. El veterano socialista, que en 2012 había abandonado la primera línea política para regresar a su plaza de hematólogo en el Hospital Universitario de Álava, ha tomado posesión este lunes, “con honor y responsabilidad”, de la nueva tarea que le ha encomendado el presidente Pedro Sánchez. Loza, rodeado de autoridades políticas, mandos policiales y altos funcionarios del Estado, aunque también de víctimas del terrorismo, no ha rehuido el asunto más espinoso, el de los cambios en la política penitenciaria tras la desaparición de ETA, y ha anunciado un “acercamiento progresivo e individualizado de presos” aunque con dos premisas, dentro de la ley y “en función de los avances individuales” y, segundo, construyendo “un relato veraz y honesto que establezca con claridad que hubo víctimas y verdugos”.
Loza, amigo personal del asesinado Fernando Buesa y que ejerció de comisionado para la Paz en el tramo final del mandato del lehendakari Patxi López, ha destacado que es el primer delegado que toma posesión con ETA como cosa del pasado. De hecho, el acto se ha realizado al aire libre en los exteriores del edificio de la Delegación y muchos de los asistentes han acudido a él andando y sin la sombra de guardaespaldas, circunstancias impensables hace pocos años.
El delegado ha afirmado que “la democracia, el Estado de Derecho y las Fuerzas de Seguridad del Estado han vencido a ETA”. “Nunca podremos agradecer suficientemente su trabajo y su sacrificio”, les ha dicho a policías y guardiaciviles, cuyos mandos, uniformados, han acudido a la toma de posesión de Loza.
Antes de abordar los cambios en materia penitenciaria, Loza ha querido “expresar con claridad” que su “prioridad” serán “las víctimas”. “Quedan aún más de 300 asesinatos sin resolver y, además, hay que luchar contra los intentos de humillación que pudieran sufrir”, ha indicado. Y ha seguido: “Sigue siendo necesario insistir y profundizar en la deslegitimación ética, social y política del terrorismo y en la proclamación de la ilegitimidad del uso de la violencia para conseguir objetivos políticos”. En este sentido, ha lanzado un mensaje a la izquierda abertzale (a Sortu, no a EH Bildu) para criticar que no es lícito “proclamar solemnemente” la ilegitimidad de la violencia “hacia el futuro” sin condenarla “también en pasado”.
Pero, según Loza, “vencido el terrorismo y desaparecida la banda, no tiene sentido mantener [la política penitenciaria] dentro de la política antiterrorista y hay que situarla dentro de las políticas de convivencia”. El Gobierno de España, ha anticipado, se planteará cambios para “ayudar a la convivencia” y ha citado como ejemplo los terroristas “a 1.000 kilómetros y en primer grado”. Hay que “buscar la reinserción” y, dentro de los márgenes de la ley y sin impunidad, poner en marcha “medidas de apoyo y acompañamiento al itinerario de inserción como, por ejemplo, el acercamiento progresivo e individualizado”.
“Es algo que no es una novedad”, ha puntualizado Loza. Según el delegado, el ejemplo a seguir será el de la 'vía Nanclares', impulsada por él mismo en su momento y bloqueada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Merced a ella, presos de ETA -no precisamente los menos sanguinarios- se desmarcaron de la organización y accedieron, entre otros pasos, a mantener encuentros restaurativos con víctimas. A cambio, cumplieron su condena en el centro penitenciario de Álava, en Nanclares de la Oca hasta la apertura del nuevo penal de Zaballa. Como condiciones para este plan ha reclamado “consenso institucional y partidario”, “cumplimiento de la ley”, “individualización” y “discreción”. Algunas asociaciones de víctimas como Covite, en cambio, criticaron que la exigencia de colaboración con la justicia no fueran más elevadas para lograr los traslados.
Así las cosas, Loza se ha comprometido a mantener “informadas” a las víctimas de ETA de todos estos pasos, en línea con el mensaje que les envió la pasada semana el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. “No se puede pretender que las víctimas tiendan puentes sin que los victimarios desanden caminos”, ha recordado. “Debiéramos por un lado apoyar y acompañar a quienes desanden el camino, además de exigirlo a quienes no quieran transitarlo”, ha remachado Loza. Minutos después del acto de toma de posesión, la Delegación ha comunicado que Loza estrenará su agenda institucional con una visita al Memoria del Víctimas que se construye en Vitoria.
Sin la ministra Celaá y con plena sintonía con el PNV
A la toma de posesión de Loza no ha acudido, como se había anunciado, la ministra de Educación y portavoz del Gobierno de Sánchez, Isabel Celaá. “Sus obligaciones la retienen en Madrid”, ha excusado el delegado, que ha recordado que este lunes se celebra un encuentro en La Moncloa entre Pedro Sánchez y el lehendakari, Iñigo Urkullu, el primero del nuevo jefe del Ejecutivo con un líder autonómico.
La nueva etapa arranca en Euskadi con sintonía plena con las instituciones vascas, o lo que es lo mismo, entre los socialistas y el PNV. A la toma de posesión de Loza han acudido dos 'pesos pesados' del gabinete de Urkullu como Josu Erkoreka y Estefanía Beltrán de Heredia, además del consejero del PSE-EE Alfredo Retortillo. También ha participado Ibone Bengoetxea, diputada foral de Bizkaia. Nunca había habido una representación nacionalista tan amplia en la toma de posesión del representante del Gobierno central.
Loza, que ha destacado la labor del hoy lehendakari en la ponencia de víctimas del terrorismo que compartieron años atrás, se ha estrenado apelando a la “coordinación y cooperación” con la Administración autonómica y con el deseo de “evitar al máximo los contenciosos” judiciales. “Sigo en esto a mi predecesor, Javier de Andrés”, ha dicho ante la atenta mirada del delegado saliente, que apenas ha estado un año y medio en el cargo aunque ha dejado su impronta de una institución más abierta y no tan enfocada a la lucha antiterrorista. También Loza desea dar continuidad a esa “visibilidad” del papel del Estado en Euskadi más allá de la Policía Nacional y de la Guardia Civil y ha destacado las inversiones en infraestructuras, el cuidado del medio ambiente o la garantía del pago de las pensiones y la lucha contra la violencia machista .
Sobre el nuevo Gobierno socialista, ha dicho que es un Ejecutivo “sólido” a pesar de ser consciente de que sólo cuenta con 84 de 350 diputados en el Congreso. Brevemente, también se ha referido a la reforma del Estatuto en la que trabaja el Parlamento y en la que PNV y EH Bildu han acordado ya algunos puntos de marcado acento soberanista. Ha señalado que “es muy importante la estabilidad” y que, aunque esos marcos “no son inamovibles”, es necesario respetar la legalidad en los procesos y “buscar consensos similares al original”.