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Las dos almas del PNV: Egibar se aferra al pacto soberanista con EH Bildu y Urkullu lo califica de “fracaso estrepitoso”

Joseba Egibar y su compañera Miren Josune Gorospe, solos en la bancada del PNV del Parlamento

Iker Rioja Andueza

Euskadi ha dado por inaugurado un nuevo curso político con la celebración este jueves en el Parlamento Vasco del debate de política general. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha salido del hemiciclo tras más de 10 horas de trabajo consciente de su posición minoritaria en la Cámara de cara a la próxima tramitación de los presupuestos de 2019 tras el confirmado 'agur' del PP de Alfonso Alonso y con un toque de atención de sus socios del PSE-EE por la propuesta “soberanista” del PNV para reformar el Estatuto de la mano de EH Bildu. El entuerto político es tal que el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, ha empleado su tiempo intentando amarrar con la izquierda abertzale las bases en torno al derecho a decidir -e incluso extenderlas a la colaboración en materia económica- mientras Urkullu decía más claro que nunca que el acuerdo estatutario sin los no nacionalistas y el visto bueno del Estado es inviable y tendía indisimuladamente la mano al PP.

Esta bicefalia, observada con atención por el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, desde el palco de invitados, no ha pasado inadvertida para la oposición. “Sus discursos se parecen como una castaña a un huevo”, ha ironizado Lander Martínez (Elkarrekin Podemos). “¡El señor Egibar parece que le está convenciendo a usted [para pactar con EH Bildu] mientras al único que busca el lehendakari es al PP!”, ha interpretado el 'popular' Alonso.

En la apertura de la sesión, por la mañana, Urkullu se ha referido a la reforma estatutaria con una intención deliberada de marcar distancias con Catalunya y recordar la necesidad de acompañar los “acuerdos” en Euskadi con “pactos” con el Estado. También ha planteado en varias ocasiones “ampliar” o “ensanchar” el pacto de PNV y EH Bildu a otras fuerzas políticas.

Ya en las intervenciones de los partidos políticos, el lehendakari ha tenido que escuchar desde su escaño a la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, su socia en el Gobierno de coalición, criticar esas bases para la reforma estatutaria. El PP, más contundente aún, ha aludido a que una apuesta por el reconocimiento nacional vasco y el derecho de autodeterminación era la “encomienda de ETA” en su comunicado de disolución. Elkarrekin Podemos también ha denunciado los “maximalismos” soberanistas. En el plano contrario, Maddalen Iriarte (EH Bildu) ha apoyado ese proceso de “ensanchar” el acuerdo pero sin desvirtuar un texto “bueno” y suficiente por “conectar con la voluntad mayoritaria de este pueblo”. “Queremos decidir aquí para vivir mejor”, ha apostillado.

Desde la bancada del PNV, Joseba Egibar, siempre acompañado de un lazo amarillo, ha intentado desbrozar el panorama. Representante del ala más soberanista del partido de Ortuzar, ha defendido con uñas y dientes el acuerdo con EH Bildu. Incluso ha indicado que no se aleja de formulaciones de borradores del Estatuto vigente, el de 1979. Y ha dejado claro que la mayoría de nacionalistas y abertzales es suficiente y refleja la pluralidad. Ha zanjado que el texto “tiene un fundamento inequívocamente democrático” y que la legalidad hay que respetarla siempre que no suponga coartada la voluntad mayoritaria de la Cámara vasca. No sólo eso, ha pedido a EH Bildu que se “moje” y sume sus votos al Gobierno para sacar adelante los presupuestos de 2019.

Sin embargo, acto seguido ha tomado la palabra Urkullu en su turno de réplica. Y su discurso ha sido sustancialmente diferente al del portavoz de su partido. Sobre la reforma del Estatuto, ha sido muy contundente al ver “formalmente suficiente” pero “exigua” la mayoría emanada del pacto con EH Bildu. La reflexión no ha sido para nada improvisada, porque ha sido una lectura de un texto previamente preparado y que ha introducido cuando el reloj marcaba las 18.23 horas.

“Si configuramos una mayoría más amplia, tendremos mayor legitimidad para exigir que se nos respete allí donde somos minoría. Y también en clave interna de cohesión y convivencia. Hablo de acuerdo y pacto. Acuerdo entre vascos y pacto entre Euskadi y España. Pero partamos del acuerdo entre vascos… Diré como lehendakari nacionalista que un proyecto votado sólo por la ciudadanía nacionalista significaría para muchos de nosotros un fracaso estrepitoso. Nuestra sociedad es plural y diversa como cualquier otra sociedad abierta. El pueblo vasco que ha llegado hasta hoy es así… Nuestro desafío, especialmente de los nacionalistas, a quienes se les presupone un compromiso añadido con su patria, es defender el pluralismo y no soportarlo como una patología a eliminar en un proceso de homogeneización. El acuerdo debe ser necesariamente plural y que reúna a diferentes”.

Y en lo tocante a la negociación presupuestaria, ha mirado al PP: “Las puertas siguen abiertas. Nosotros hemos cumplido todos los compromisos con ustedes. ¿Qué ha cambiado desde el año pasado?”. Alonso, en cambio, ha dejado claro que la decisión del PNV de apoyar la moción de censura contra Mariano Rajoy y de pactar la reforma estatutaria con EH Bildu suponen un punto final a la alianza económica inaugurada en 2016 y continuada en 2017.

La última palabra en el debate, eso sí, la ha tenido Egibar, que ha cerrado la sesión apelando a un pueblo vasco “libre”. “Si luchamos, podemos perder. Si no luchamos, perdemos seguro, por eso estamos aquí”, ha remarcado.

El fantasma de la corrupción

El pleno de política general ha llegado en un momento en el que aún colea la polémica en torno a la presunta manipulación de la OPE de Osakidetza -el Parlamento debatirá una propuesta de la oposición para crear una comisión de investigación- y varios casos que afectan a excargos del PNV se agolpan en los tribunales. EH Bildu y Elkarrekin Podemos han recordado a Urkullu el 'caso De Miguel', Hiriko o las sentencias de Karrantzako Minda y del 'caso Margüello'. El PP, en cambio, no ha hecho referencias a ello a pesar de haber sido beligerante con todos esos temas en el pasado. “Están aflorando cosas muy feas”, ha remarcado Iriarte, que se ha preguntado si estos casos son “la punta del iceberg”. Martínez, por su parte, ha ironizado que “el cesto de las manzanas podridas” del PNV está “a rebosar”.

Urkullu, que en su día indicó en la Cámara que la corrupción era ajena a los “valores” vascos y que gestionó como presidente del PNV la crisis interna derivada del estallido del 'caso De Miguel', ha modificado en esta cuestión su discurso: “Siempre he dicho que Euskadi no es una isla. Las personas podemos caer en actuaciones irregulares y cometer delitos, pero lo diferente es la actitud política que se adopta. Aquí se ha actuado desde el primer momento, no se ha dado ningún tipo de cobertura y se ha puesto a disposición de los tribunales toda la información. El compromiso mío personal es mantener el listón de la exigencia ética en el nivel más alto”.

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