Cristina Cifuentes busca papel con Woody Allen
Ayer fue un día especial para la cultura en la Comunidad de Madrid. Ayer, a la una de la tarde, mientras los cuatro grupos políticos representados en la Asamblea de Madrid veíamos con el colectivo Queremos entrar y la asociación La Noche en Vivo la redacción definitiva de su propuesta para que los menores puedan asistir a actuaciones en vivo en locales, en ese preciso momento en que trabajábamos sobre la redacción de una Proposición de Ley de los cuatro grupos políticos, uno de los jóvenes presentes nos mostró en el móvil un titular con un sujeto: Cifuentes y un predicado: lo que estábamos redactando como si estuviera cerrado y fuera idea propia. La noticia nos dejó como cuando vimos a Benigni responder qué había desayunado esa mañana en la película A Roma con amor, del genio Woody Allen.
Cifuentes se saltaba así ayer los acuerdos de todos los grupos políticos que habíamos quedado en llevar una Proposición de Ley muy sencilla para que los menores de 16 años puedan asistir a actuaciones en directo acompañados de sus padres o tutores y los de 16 a 18 años, puedan asistir solos siempre que no consuman alcohol y el tiempo de duración de las actuaciones. Cifuentes se atribuyó algo tan sencillo que su partido político no ha hecho en veinte años, ni siquiera cuando ella estaba en el área de Cultura. Porque hasta que se apruebe la Proposición de Ley, la entrada de menores está prohibida en esta comunidad y no en otras, que ya lo han regulado para facilitarles iniciarse en la música y otras artes escénicas.
Hasta ahí entraba dentro de lo previsible en las carreras en las que se agota Cifuentes, que se desvive por un titular. Algo que no me llama mucho la atención tras haber escuchado a un director general de esta área afirmar, en serio, lo que hace muchos años leí en un chiste de El Perich: “es noticia porque sale en los periódicos, no sale en los periódicos porque sea noticia”. La presidenta de la Comunidad de Madrid nos tiene ya acostumbrados en este mandato a anunciar nuestras propuestas tan pronto como las registramos, a asumir nuestro programa, aunque sea contrario al suyo, tal vez porque en cultura no tiene ninguna política y funciona a golpe de selfie.
La noticia no precisaba la modificación de la ley, ni los plazos de aplicación, tampoco mencionaba a los colectivos que llevan años luchando por conseguir que los jóvenes tengan acceso a la cultura en nuestra región. Y la portavoz del PP, presente en el encuentro, no supo o no quiso tampoco explicar la propuesta que la presidenta acababa de anunciar ni dio más explicación para saltarse el acuerdo que una mentira. Dijo a todos los presentes que el Gobierno lo haría por la Ley de Acompañamiento, junto a los presupuestos (utilizando una herramienta creada para lo que supone gasto de presupuestos públicos, no para algo así) y que sería más rápido.
Dado que se trata de una mentira, porque una Proposición de Ley por tramitación urgente y lectura única (sin enmiendas, dado que hay acuerdo previo), los otros tres grupos políticos (Podemos, Ciudadanos y PSOE), decidimos mantener nuestro acuerdo y registrar la Proposición de Ley con un texto pactado y revisado, fruto del acuerdo con los colectivos que lo reivindican.
Es la palabra de Cristina Cifuentes la que está en entredicho, otra vez. Es Cristina Cifuentes quien ha convertido el Parlamento autonómico en pistas de atletismo en las que sólo ella y su grupo saben cuándo ha dado la orden de disparar al aire para iniciar sus pasos antes de que los demás se coloquen en la línea de salida. Cifuentes desembarcó ayer, otra vez en la cultura, a su manera, la de su partido, la de siempre del PP: sin razones, sin argumentos, con el único fin de ganar un día más a un titular.
Le recomiendo que vuelva a ver al cantante de ópera que Woody Allen hace célebre con duchas en los escenarios en A Roma con amor, que vaya al cine y se vea en pantalla; tal vez así entienda y se imagine su propia soledad, la del titular frío, que te abandona a la intemperie, desnudo y mojado sobre un escenario. Así es hoy la política en la Comunidad de Madrid, no nos engañemos más. Juega mejor quien conoce el arte de los trileros y las puertas de atrás, para salir y entrar de una reunión con las propuestas que se están tratando en forma de titulares. Una vez más, de nada.