Panóptico ciudadano de la pandemia: una visión hispanoamericana
Pocos eran los que antes del inicio de la pandemia de la COVID-19 podían imaginar a la mayor parte de la población mundial confinada durante meses en sus hogares. Aún nos sigue resultando increíble cuando, pasado más de un mes, los escenarios más optimistas nos sitúan a mitad de camino hacia una progresiva vuelta a la normalidad.
Esta situación inédita nos ha llevado a un grupo de investigadores hispanoamericanos a indagar sobre las percepciones ciudadanas en torno a la pandemia y a explorar las principales perspectivas entre países. Un análisis que se ha desarrollado atendiendo tres ejes principales de interés: preocupaciones y actuaciones individuales, percepción de la gestión de la crisis por parte de las autoridades y perspectivas de futuro.
Se adelantan aquí algunos de los principales resultados, obtenidos por medio de un sondeo online que se desarrolló entre el 6 y el 15 de abril, en un momento central de las medidas de confinamiento y de comprensión de la magnitud del drama humano y económico de la pandemia. Los datos resultan particularmente destacados para las ópticas de Colombia, México, Costa Rica, Argentina y España. En todo caso, debe sopesarse el sesgo propio de una encuesta con participación preferente de los estratos poblacionales más económicamente estables y con mayores niveles de formación.
Comenzando por las preocupaciones individuales de los encuestados, frente a las cuestiones de tipo económico, prevalece la inquietud mayoritaria por la salud que, además, se manifiesta conforme a un componente solidario que antepone la de los seres queridos y allegados, así como la de personas mayores y en riesgo de exclusión.
Respecto de las medidas impuestas, tales como los confinamientos, la muestra declara pautas de aceptación superiores al 90%. Esto, conforme a elevados niveles de respaldo al conjunto de actuaciones y de actores implicados. Como era de esperar, se evidencia un amplio apoyo hacia sanitarios, servicios esenciales o fuerzas y cuerpos de seguridad, tan solo desdibujado para el caso de la actuación del sector privado en América Latina y para el de las medidas de tipo económico en Colombia y México (en este último aspecto, los resultados son contradictorios para el caso de Argentina).
A nivel de la gestión gubernamental, la situación difiere entre países. Mientas que los encuestados declaran su apoyo mayoritario a sus respectivos gobiernos/presidentes en Argentina, Costa Rica y España, la situación es de neta oposición en México y de empate técnico en Colombia. Evaluación que difiere también para las fuerzas de la oposición, con una visión favorable en Argentina, Colombia y Costa Rica y negativa en México y España.
Más allá del espacio hispanoamericano, el sondeo rechaza las actuaciones de respuesta a la crisis de Estados Unidos y Brasil, lo mismo que ocurre con las de la UE (especialmente desde España). Por su parte, China es el único actor que recibe una valoración positiva. Algo acorde con la opinión favorable de dos de cada tres encuestados en cuanto a las técnicas de control biométrico como medidas necesarias para el control de la pandemia, incluidas aquellas que pueden suponer limitaciones en su privacidad. Ahora bien, sin dejar de observarse con preocupación mayoritaria el que este tipo de actuaciones puedan perpetuarse en aras de la salud pública.
En perspectiva de futuro, frente a las actuales tendencias nacionalizadoras, más de la mitad de encuestados considera que deben prevalecer las decisiones adoptadas a nivel supranacional por organismos como la OMS o la UE, así como que la toma de decisiones debería contar con la participación de grupos sectoriales o de interés como sindicatos, empresarios o sociedad civil. Desde América Latina, además, se destaca el papel del nivel local de gobierno, en muchos casos, a la vanguardia de la toma de medidas frente a la pandemia, particularmente visible en casos como el de Colombia. En líneas generales, cabe inferir un apoyo mayoritario a la sociedad política cosmopolita en equilibrio con mayores niveles de participación y de interconexión competencial.
En conclusión, el sondeo nos presenta una ciudadanía hispanoamericana socialmente solidarizada, que antepone la salud ajena a la economía propia, satisfecha en cuanto a la actuación del conjunto de autoridades y en cuanto a las medidas adoptadas (excepto por las de tipo económico en Colombia y México). Las mayores diferencias se aprecian en la valoración de los respectivos gobiernos/presidentes (desfavorable en México, contradictoria en Colombia y favorable en Argentina, Costa Rica y España), lo mismo que en cuanto a la de las fuerzas de la oposición (favorable en Argentina, Colombia y Costa Rica y desfavorable en México y España). A nivel internacional, China es percibida como única vencedora en la gestión de la crisis y, aun cuando se vislumbran dificultades políticas inmediatas, se promulga una visión optimista del futuro de un planeta que se desea más interconectado y participativo. Además, una mayoría estimamos será un mundo mejor.
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