El sector de la innovación huye de un Ayuntamiento que, en vez de aliado, lo considera competidor
Dos años hace ya desde que el actual Gobierno municipal comenzó a desmantelar el ecosistema de emprendimiento e innovación, que había contado con un aliado en el Ayuntamiento de Madrid durante los cuatro años anteriores. Hoy, sin embargo, tenemos que lamentar que PP y Cs hayan pasado a considerar a dicho ecosistema un competidor en vez de un socio. Justo ahora, cuando más necesitamos que la Administración local ayude a las personas que en nuestra ciudad apuestan por el emprendimiento y el autoempleo, que sea el motor de la colaboración entre empresas y que canalice los recursos públicos de las demás administraciones. Solo así podremos generar un marco económico resiliente en el marco actual.
Durante el mandato anterior impulsamos La Nave de Villaverde como polo de innovación urbana, apostamos por Medialab Prado como laboratorio cívico, colaboramos con proyectos europeos (Mercado 47 y Proyecto Mares), desarrollamos iniciativas de impacto social, constituimos las semillas de los clústeres de Construcción, Big Data, Ciberseguridad y Economía Circular como catalizadores de proyectos de ciudad e impulsamos el Premio Emprendedoras. Fueron muchas iniciativas, algunas pioneras y otras adoptadas, para fortalecer desde la Administración municipal ese ecosistema privado de innovación, que hoy ha pasado de tener un aliado a que el propio Ayuntamiento lo considere como competencia.
Los datos son claros al respecto: era tal la complicidad con el sector, que conseguimos atraer eventos de envergadura para Madrid, con los que generar oportunidades de negocio, turismo de calidad y posicionarnos entre las grandes ciudades en robótica, transformación digital, videojuegos, talento, transición ecológica, construcción, salud, bienestar… Eventos que hoy huyen de un Madrid que no apuesta por la innovación, la digitalización ni por aportar valor a las tendencias del momento hacia otras ciudades como Málaga, que mantienen una estrategia de posicionamiento año tras año para ser el polo del sur de Europa de la disrupción tecnológica y de talento.
El actual Gobierno municipal se está dedicando a revertir el modelo anterior -desmantelando incluso el de la innovación de impacto social, como el laboratorio ciudadano de Medialab- con una mezcla de escasa ambición y falta de conocimiento.
No se quedan atrás en este retroceso las políticas de estímulo al emprendimiento, que hasta ahora habían contado con una atención individual de acompañamiento desde los primeros pasos hasta la consolidación del proyecto empresarial, gracias a la red de seis viveros de empresa de la ciudad, frente a las más de 150 incubadoras y aceleradoras privadas. Montar un negocio o generar un autoempleo es un paso decisivo por varios motivos, el más importante es la necesidad de contar con sustento hasta materializar la propuesta de valor en ingresos. Y no todas las personas que emprenden tienen ese margen de recursos.
En los últimos meses se ha mezclado el debate sobre las medidas de apoyo a las empresas y las preocupaciones que acucian a los autónomos, puntos ambos indispensables para montar una actividad empresarial en última instancia. Muchos de estos problemas forman parte del plan estratégico del Alto Comisionado España Nación Emprendedora, con retos globales sobre la sostenibilidad, el talento o el género. Sin embargo, en el día a día de las personas que emprenden, especialmente las que se debaten hacia el emprendimiento o el autoempleo, las personas que nos alimentan, las que nos cuidan y las que refuerzan el aprendizaje de nuestros hijos e hijas, la realidad es diferente.
El tejido emprendedor y empresarial nos ha trasladado en varias ocasiones la relevancia de contar con un apoyo público para ganar confianza, canalizado a través de citas concertadas para aclarar dudas o resolver cuestiones administrativas, contrataciones, comercialización, crecimiento, digitalización o internacionalización. Sesiones individuales que, además, se vinculan con sesiones formativas en función de las necesidades de cada espacio y sector empresarial.
Todo esto se pierde con el modelo del actual equipo de Gobierno. Un modelo de producción en masa de hipotéticos emprendedores, sin tener en cuenta el mercado local ni global y, mucho menos, las necesidades que acompañan a las personas que dan el paso motivadas o por necesidad, como las ayudas a la conciliación de descendientes o ascendientes y que afectar mayormente a las mujeres. Un modelo que, sin duda, dejará de atender los modelos empresariales de autoempleo del que viven cerca de 800.000 familias en la región y que prestan servicios profesionales o de proximidad en nuestros barrios, que se quedan sin el apoyo que necesitan.
Un modelo que compite de nuevo con los programas de aceleración e incubación privada, muy orientado a la adquisición temprana de talento y de modelos de negocio por parte de grandes empresas, precisamente el talón de Aquiles de la Administración pública: no contempla la contratación o la colaboración con emprendedores y empresas apoyadas por los servicios municipales, que deben ser orientadores y acompañar y aconsejar a las vecinas y vecinos que apuestan por el emprendimiento y el autoempleo. Es el Ayuntamiento el que debe acercar los recursos públicos de las demás administraciones y generar los foros de colaboración entre empresas para el crecimiento empresarial y, sobre todo, complementar las acciones privadas en materia de emprendimiento e innovación. Solo así podremos generar un marco económico resiliente y aprovechar las oportunidades cambiantes del entorno urbano de nuestra ciudad.
0