No sin Ministerio de Medio Ambiente
La protección del medio ambiente es una de las principales responsabilidades que debe asumir todo partido y todo líder que aspire a gobernar. Nadie en su sano juicio (político) puede afirmar que el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, la gestión ambientalmente responsable de nuestros residuos, la lucha contra el cambio climático, la mejora de la calidad del aire o la custodia de nuestro patrimonio natural son temas secundarios en la acción de gobierno.
La política ambiental debe adquirir el rango administrativo que exige el tiempo que nos toca vivir. Nunca más un gobierno que la ningunee relegándola a una secretaría dependiente del Ministerio de Agricultura. Nunca más una ministra responsable del área que renuncie a serlo, que luzca su desdén por la ecología hasta el punto de ser capaz de afirmar en un programa de radio de máxima audiencia que el atropello de linces es una buena señal porque “eso significa que cada vez hay más”.
Nunca más un gobierno que retire competencias a los agentes medioambientales y forestales para quitárselos del medio y de en medio, que reconvierta los parques nacionales en fincas privadas de caza o que acuda a Bruselas a promover la matanza de lobos en lugar de proteger a la especie.
Nunca más un gobierno al que el Tribunal Constitucional le tenga que parar los pies por aprobar una ley contra las costas y a favor de la especulación urbanística, que le ponga un impuesto al sol o que castigue con la inseguridad jurídica a quienes, animados por el propio Estado, decidieron aportar todos sus ahorros al desarrollo de las energías renovables. Nunca más un gobierno que pase del medio ambiente y se jacte de ello.
En este tiempo de pactos y negociaciones para alcanzar una mayoría de gobierno uno de los principales acuerdos debe ser la recuperación del Ministerio de Medio Ambiente. Una cartera fuerte, influyente y vinculante que sea temida y respetada por todo el Consejo de Ministros. Trazado de carreteras: no sin la aprobación de medio ambiente. Política pesquera: siempre con la supervisión de medio ambiente. Modelo energético: háblenlo primero con los responsables de medio ambiente.
Defensa, economía, industria, comercio, educación, fomento, turismo: toda acción del ejecutivo, venga de donde venga, debe ser coherente con la política ambiental del gobierno. Una política seria y responsable, cumplidora de los mandatos de la Unión Europea y los compromisos adquiridos por España en la lucha contra el cambio climático. Basta ya de esquivar normativas y desatender responsabilidades en materia de medio ambiente. Basta ya de creer que esto no va con sostros.
Cualquier pacto político que no exija un mayor compromiso en materia de medio ambiente será un pacto contra natura. Una burla a la sociedad, a las generaciones futuras y hacia el planeta. Por todo ello: pactad lo que sea preciso, pero no sin Ministerio de Medio Ambiente.