Ni puta gracia
“Putiferios” en Florida y “putas y varios” en Croacia. Son apuntes contables de la operación Pokémon descubiertos en el ordenador del exvicesecretario de comunicación del Partido Popular asturiano. Con “obsequios” como estos compraban, presuntamente, a cargos populares en los ayuntamientos de Oviedo y Gijón para llevarse contratas del agua. No son casos aislados. Es la puta realidad. “El bigotes” y Correa, alias “Don Vito”, ya lo dejaron escrito en el sumario de la Gürtel, que es como un manual de la caspa y la corrupción de este país: “Hay que buscar chicas, con algún tipo de titulación y, sobre todo, que follen como los ángeles”, decía “Alvarito” Pérez. Correa pedía “chicas altas, rubias y que sean putas para relacionarse con gente muy importante”. Otra trama, la Púnica, celebraba los mangoneos con “un volquete de putas”, según se oye en la investigación.
Sí, es una puta vergüenza. De esta manera tan cutre se ha comprado en España a determinados “altos cargos” para lograr adjudicaciones y saquear el país. Hay un tipo de políticos machitos que han dispuesto del erario público como si fuera su puticlub. Todo se vende, todo se compra, porque todo tiene un precio. Y si además puedes pagarlo con el dinero de todos, sabe mejor. Es la prostitución de la moral de quienes se llevan las manos a la cabeza si la Religión no es obligatoria, pero llevan su mano a nuestra cartera, porque les importa un pito: el suyo.
En el caso Emarsa contrataban jovencitas “traductoras rumanas”, en los ERES de Andalucía se lo gastaban en coca y “bares de copas”, en el fraude de los cursos de formación de Madrid el principal imputado dice: “He tenido que pagar millones en mordidas, putas, regalos y fiestas”. Mientras que, el director financiero de una promotora confesaba así el “modus operandi” de la Púnica: “Se paga con putas, cacerías, viandas... Yo no conozco casi ninguna operación nuestra, ni de otro grupo, que no se haya hecho con esto”.
En el caso de las tarjetas 'black' lo hacían con más “estilo”. Los gastos eran en “masajes filipinos”, como los del exjefe de la Casa del Rey, Spottorno, o en “clubs, salas de fiestas, discotecas, pubs y bares”, donde Rato gastaba de manera compulsiva. Porque van sobrados. Se creen que España es su harén. Y también van de listos, aunque hace falta pensar con la hembra del pollo para irse de putas y dejarlo apuntado en asientos contables o pasar la tarjeta de la empresa. Tan ingenuos como esta conversación entre Correa y “El Bigotes” sobre lo que llamaban “las chicas de la ofi”, prostitutas del club Pigmalión:
Correa: Tío, dice que está enamorada de mí, ¿tú te lo crees?
Bigotes: Todos los demás estaban allí en pelotas, cada uno con una tía.
C: ¿Qué tal era la jaca?
B: La Cleopatra esa, divertidísima, macho. No ha mirado el reloj una sola vez.
Podemos reírnos, pero mientras una parte importante de este país las está pasando putas, estos siguen en la puta calle y sus protectores nos siguen puteando. Así que ni puta gracia.
