La imbecilidad y el “cuñadismo” de una parte de la sociedad se merecen, pero no mucho, una breve reseña por la siguiente cuestión: aplauden efusivamente cuando alguien pide un préstamo para comprarse un coche de 100.000 euros por ejemplo cuánto hay vehículos desde 10.000, y esta gente de la que escribo felicita a la que se ha endeudado por “el buen gusto, por el cochazo que se ha comprado”, sin embargo si se enteran de que alguien a pedido un préstamo infinitamente más pequeño para irse de vacaciones lo critica con mucho aspaviento y lo acusa de derrochador, como si el valor del coche de alta gama que se han comprado con un crédito porque no tenían para pagarlo fuera un bien imperecedero y su valor actual le fuera a durar por los siglos de los siglos.