Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
Después del Debate del Estado de la Nación, José Fernández-Albertos publicó en este mismo blog un post en el que hablaba de la actuación de Alfredo Pérez Rubalcaba. En tres gráficos mostraba cómo de mal le había ido al líder del PSOE. Al final de su entrada nos daba dos posibles explicaciones. La primera nos decía que la encuesta mostraba lo pésimo del debate de Rubalcaba. La segunda, por la que parecía que se inclinaba, era peor para el PSOE y decía: “Los votantes socialistas han dejado de tener en Rubalcaba a un referente y, a diferencia de los votantes de todos los demás partidos, el hecho de que sea su líder el que emite un determinado mensaje, no hace ese mensaje más atractivo o aceptable. Me temo que ese no es precisamente el tipo de líder que un partido desearía tener.” Por su parte, Marta Romero también ilustraba en Piedras de papel la situación actual del PSOE y su desempeño según las encuestas. Nos mostraba con los datos del CIS que tan sólo un 56% de los votantes del PSOE en 2011 volvería a apoyarlos en las próximas elecciones generales. Esto quiere decir que, a día de hoy, el PSOE obtendría algo más de 3,9 millones de votos cuando en 2008 consiguió 11.289.335. Esta situación, además, coincide con el 'aniversario' del congreso del PSOE de febrero de 2012 que proclamó a Rubalcaba como Secretario General y que es, en definitiva, lo que me ha llevado a escribir este post. Podría ser una improvisada trilogía: el debate, el estado del PSOE y, por último, su candidato y su equipo.
El País realiza una encuesta mensual en la que se repiten varias preguntas sobre la situación social y política de España. Pregunta, entre otras cosas, sobre la valoración de los candidatos y la confianza que estos levantan. El gráfico 1 muestra dos líneas, una en negro y otra en rojo. La primera es la de los españoles que entre aprobar o desaprobar la labor de determinado líder optan por suspender. Como se puede observar, en marzo de 2012 algo más de un 50% desaprobaban a Rubalcaba. Hoy está cerca del 90%. Concretamente, en un año, ha perdido 35 puntos. La segunda línea, en rojo, muestra la suma de poca más ninguna (opciones que se les ofrece a los encuestados junto con mucha y bastante) confianza que despierta el secretario general del PSOE. Hace un año un 75% tenía poca o ninguna confianza. Hoy es un 94%.
¿Están estos datos sesgados? No lo parece. Si tomamos las encuestas del CIS, vemos que la situación es bastante parecida. Aunque no presentemos el gráfico, la desconfianza en Rubalcaba ha pasado del 74% al 88%. También ha empeorado y de forma significativa su valoración entre todos los grupos de votantes (ver gráfico 2), pero especialmente entre los del PSOE: ha pasado del 6,7 en enero de 2012 al 5,1 en enero de 2013 (el CIS dará las nuevas valoraciones de los candidatos en abril).
Rubalcaba y su equipo -Valenciano, López, etc.- deben irse. Plegar, como dicen en mi tierra. No porque lo digan las encuestas -que llevan meses mostrando signos alarmantes- sino porque no han logrado conectar con la sociedad. Hay algo de injusticia en este comentario: al fin y al cabo, Rubalcaba ganó un Congreso -a los puntos- y hay que dejarle un tiempo para trabajar. Puede ser. ¿Cuánto tiempo? ¿Hasta el próximo congreso? Tal vez sea demasiado tiempo.
Rubalcaba configuró su ejecutiva con la intención de tener un “ PSOE fuerte” y, algo más de un año después, no hay signos de mejora. No solo estoy hablando de estos últimos 15 días que no han ayudado. El partido no se ha reformado. Y no estoy hablando tan sólo de las primarias. Por ejemplo, ¿Por qué no celebrar congresos cada dos años? ¿O cada año, como los laboristas ingleses? Parece evidente que una situación como la actual, es posible que sea necesario ajustar ciertos parámetros políticos de un año a otro. Aunque luego uno observa la realidad: ¿cómo va a reformar algo, un equipo que debe su situación de hoy a las reglas establecidas? Se puede argumentar que las conferencias previstas darán algunas respuestas. Sin duda. La pregunta será entonces si se está a tiempo de presentar un proyecto creíble, sólido y convincente.
Pero, ¿por qué Rubalcaba y su equipo tienen muy difícil volver a conectar con la sociedad? Dejando de lado que lleva más de treinta (!) años en política, fíjense, en sus números dos y tres, Elena Valenciano y Óscar López. Son personas que han crecido en el partido y no han hecho nada más fuera de este. ¿Cómo es posible que hoy, en España, un político progresista no haya tenido más experiencia que su vida dentro de este? Comparar este PSOE con el de los ochenta no tiene sentido -porque España ya no es la que era hace treinta años- pero sí parece que entonces habían más proyectos e ideas. Se lo planteo de otra forma: ¿contratarían ustedes a alguno de ellos para su empresa? O, reformulado, ¿cómo, en qué o en quién se va a ver reflejado una joven profesional madre de dos hijos y con miedo a perder su empleo? ¿Qué transmite el equipo de Rubalcaba a un trabajador agrícola? O, de forma más cruda: ¿considera que alguno de los citados es más solvente que usted o algún conocido suyo para ser responsable de lo público? Probablemente muchas de estas preguntas se ajusten a otros partidos políticos de este país... pero España no puede permitirse este PSOE.
Sobre este blog
Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.