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El PP trata de justificar el respaldo a la moción de Vox de ilegalizar partidos “separatistas” y Ciudadanos se desmarca

Asamblea de Madrid acoge el martes y miércoles el Pleno de investidura que aupará a Díaz Ayuso como presidenta regional

Elena Herrera

Apenas unas horas después de sumarse en la Asamblea de Madrid a una iniciativa de Vox que pide la ilegalización de “los partidos separatistas que atenten contra la unidad de España”, PP y Ciudadanos hacen malabares para explicar una decisión que ha acaparado titulares en el último día de campaña y que evidencia como ambas formaciones han asumido una de las propuestas más polémicas de la extrema derecha en una cuestión clave como es la territorial.

Pedro Sánchez ha anunciado incluso que el Gobierno “estudiará” si impugna esa moción y ha comparado la votación propuesta por y apoyada por PP y Ciudadanos con otras realizadas en el Parlament contra el rey Felipe VI.

La presidenta regional Isabel Díaz Ayuso (PP) ha intentado matizar el sentido de una iniciativa de la que ella misma votó a favor en la Asamblea de Madrid haciendo hincapié en que no se trataba de “ilegalizar nada de partidos separatistas” sino que buscaban instar al Congreso a que estudiase medidas para proteger a la sociedad de “aquellos partidos que están alentando la violencia y que están rompiendo de manera unilateral la unidad del país”.

La presidenta autonómica ha incidido en que si hubiera propuesto ilegalizar un partido por el mero hecho de pensar de una manera, cualquiera podrían ser propuestos para ser “ilegalizados por los demás”. Y ha insistido en que el resto de partidos lo que tienen que hacer es “trabajar juntos defendiendo la unidad del país”. “Por eso no quisimos dejar a Vox solo en esta iniciativa”, ha apostillado.

En el debate de candidatas de este jueves, la representante de Ciudadanos, Inés Arrimadas, evitó contestar cuando fue preguntada por el apoyo de su partido a esta iniciativa y llegó incluso a poner en duda que ese hubiese sido el sentido de la votación. La cabeza de lista de Ciudadanos por Barcelona se limitó a decir que sus propuestas son cortarles la financiación y exigir que los partidos tengan que alcanzar entre un 3 y un 5% de los votos, para evitar que formaciones como el PNV decidan sobre “cuantas infraestructuras van a Almería o a Canarias”.

Este viernes, el secretario general del partido, José Manuel Villegas, sí ha precisado que su formación no propone “ilegalizar los partidos independentistas” como JxCat o ERC y ha asegurado que el texto aprobado “no es lo más exacto” porque, según ha explicado, “no se sabe qué es eso de que atenten contra la unidad de España jurídicamente”. Al igual que Arrimasdas, ha recordado que su propuesta es elevar el porcentaje de votos que tiene que obtener una candidatura para obtener representación parlamentaria.

Guante blanco en el debate del lunes

El voto a favor de PP y Ciudadanos a la citada iniciativa es sólo una muestra más de como ambas formaciones están peleando por escenificar un discurso radical en la recta final hacia unas elecciones en las que la mayoría de encuestas auguran que Vox irrumpirá como tercera fuerza en el Congreso. También los tracking internos de los partidos en estos últimos días en los que ya está prohibido publicar encuestas muestran un ascenso de la formación de extrema derecha.

El jueves comenzó con el Ayuntamiento de Madrid instalando dos grandes enseñas en los barrios de Montecarmelo y Las Tablas, en el distrito Fuencarral-El Pardo, presidido por el PP. Se trata de áreas residenciales ubicadas a las afueras de Madrid, los conocidos como PAU, que votaron mayoritariamente a Ciudadanos en las últimas elecciones. Fuentes municipales negaron que se tratara de una acción electoralista y explicaron que se instalarán más banderas en los próximos meses en ubicaciones similares. La inauguración de las colocadas este jueves se hará en diciembre.

El lunes, los líderes de PP y Ciudadanos también rehuyeron el enfrentamiento con Abascal en el debate televisado. El líder de Vox pudo hablar sin ser prácticamente cuestionado y aunque en un par de ocasiones buscó el cuerpo a cuerpo con Casado en el bloque sobre la cuestión territorial, no encontró respuesta. Con Rivera apenas tuvo un encontronazo cuando le recordó los “chiringuitos políticos” en los que había participado antes de fundar Vox.

Ana Pastor sí se distanció de la estrategia que había seguido el líder de su partido tres días antes en el debate de este jueves. Cargó contra Vox por su falta de experiencia de gestión y aseguró que el Estado de los Autonomías es “lo mejor que le ha pasado a España” en contraposición con el discurso de Vox, que ha hecho del supuesto “despilfarro de las autonomías” uno de los ejes de esta campaña electoral.

Ni PP ni Ciudadanos se han posicionado tampoco sobre otro de los puntales de la estrategia de la crispación de Vox: sus vetos a determinados medios de comunicación. Esta estrategia, que sí ha sido cuestionada por PSOE y Unidas Podemos, ha provocado la reacción de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) que ha pedido en varias ocasiones al partido de Santiago Abascal que “ponga fin” a su campaña de acoso contra periodistas y medios.

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