Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La aprobación de la amnistía y elecciones europeas, gallegas y vascas: 2024 arranca con otra campaña

Banderas europeas ondean frente a la sede de la Comisión Europea, en Bruselas.

Iñigo Aduriz

31 de diciembre de 2023 19:50 h

18

2024 volverá a ser un año electoral. En el primer trimestre habrá elecciones en Galicia y previsiblemente también en Euskadi. El 18 de febrero serán las gallegas, mientras Iñigo Urkullu sigue sin fijar fechas concretas para la cita vasca con las urnas. La que sí está fijada es la de otros comicios, los europeos, que tendrán lugar el 9 de junio. Estas previsiones se unen a la aprobación definitiva de la ley de amnistía en el Congreso que se producirá en las primeras semanas del año.

Todo ello configura un engorroso escenario en el que los intereses electorales complican los acercamientos entre los dos grandes partidos y alejan las opciones para alcanzar pactos de Estado, aunque también medirán la capacidad de unión de la izquierda sobre todo ante la reciente ruptura entre Podemos y Sumar.

La derecha, por su parte, llega al nuevo año con el sabor agridulce del anterior. Por un lado, tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo, el PP consiguió recuperar el poder que había perdido en los últimos lustros aunque en muchos casos para ello ha necesitado de la ayuda de Vox, la fuerza de la extrema derecha con la que compite por el mismo electorado pero a la que al mismo tiempo necesita para gobernar. Tras lo ocurrido en 2023, las derechas gobiernan ya en 11 comunidades autónomas, han recuperado plazas como Sevilla, Zaragoza y Valencia –en los tres casos, con la ayuda de Vox– y el PP ha logrado mayorías absolutas en la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.

Pero el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, no ha conseguido el objetivo por el que en 2022 abandonó la Presidencia de la Xunta de Galicia para instalarse en Madrid. Contra lo que decían la mayoría de las encuestas, el PP no pudo gobernar tras las generales de julio pese a ser la primera fuerza e intentar una investidura en septiembre. Pedro Sánchez consiguió seguir en la Moncloa aunque para ello tuvo que pactar con Sumar y con todas las fuerzas nacionalistas e independentistas.

Choque entre la política y los jueces

Estos acuerdos propiciaron la que va a ser una de las primeras citas políticas del 2024: la aprobación de la ley de amnistía, pactada por el PSOE con Junts y ERC. El pasado diciembre, en su última reunión del año, la Mesa del Congreso aprobó declarar enero mes hábil para la celebración de plenos con el objetivo de que se pueda tramitar en ese mes la citada normativa. El plazo para que los grupos puedan presentar enmiendas a la totalidad a ese texto termina el 3 de enero. Y el Gobierno también podrá convalidar en esos plenos algunos de los decretos que ha ido aprobando en las últimas semanas y el que ya está negociando con Sumar para renovar el paquete de medidas contra los efectos económicos derivado de la guerra en Ucrania.

La amnistía fue el gran choque de 2023 entre Gobierno y oposición, además del nuevo argumento de PP y Vox para declarar la ilegitimidad del Ejecutivo progresista, pese a que ya lo consideraban ilegítimo desde 2018. Los de Feijóo y los de Abascal planean seguir trasladando esa idea a las calles como hicieron en los últimos meses del año, a pesar de que por el momento no han conseguido torcer el brazo de Sánchez, que reivindica la amnistía para avanzar en la “convivencia” en Catalunya. Las derechas llegaron a protagonizar varias decenas de jornadas de protestas cerca de la sede del PSOE, en la calle de Ferraz de Madrid, donde los seguidores más ultras provocaron disturbios con la Policía mientras se normalizaron los insultos y las proclamas machistas, racistas y homófobas.

Vinculado también a la amnistía, el nuevo año comienza con un escenario de máxima tensión entre la política y parte de la judicatura por las alusiones al 'lawfare' realizadas principalmente desde la izquierda y las fuerzas independentistas. Uno de los grandes retos de 2024 es, precisamente, mejorar esas relaciones entre los poderes legislativo y ejecutivo con el poder judicial. Y encima de la mesa sigue pendiente la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), bloqueado desde 2018 por el PP para mantener la mayoría conservadora caducada.

El encuentro celebrado el 22 de diciembre entre Sánchez y Feijóo supuso un giro de guion a pesar de que el escenario electoral del nuevo año vuelve a complicar el pacto. Pero en esa reunión los dirigentes sí permitieron un avance al acordar que sea la Comisión Europea la que medie durante las negociaciones.

Las elecciones previstas en Galicia el 18 de febrero medirán justamente la fuerza del PP en una de sus principales plazas tras la marcha de Feijóo a Madrid. El candidato de los populares a revalidar la mayoría absoluta –de producirse, sería la quinta consecutiva–, el actual presidente Alfonso Rueda, parte como favorito, aunque hay encuestas que ponen en duda esa hegemonía mientras crecen las expectativas para el BNG de Ana Pontón, actual segunda fuerza. Sánchez ha apostado por José Ramón Gómez Besteiro para tratar de disputar la hegemonía de la izquierda a los nacionalistas y tener opciones de que el PSOE vuelva a la Xunta.

Nuevas caras para el futuro de Euskadi

En Euskadi, en cambio, los principales partidos han optado por presentar a las elecciones a nuevas caras. Por sorpresa, el PNV ha decidido prescindir del lehendakari, Iñigo Urkullu, y en su lugar presentará a los comicios a un dirigente prácticamente desconocido, Imanol Pradales, para enfrentarse en las urnas a EH Bildu que, según varias encuestas, podría desbancar a la formación 'jeltzale' como primera fuerza vasca. Pero la coalición independentista también ha optado por renovar su cartel electoral y presentará como candidato a su actual responsable de programas, Pello Otxandiano, miembro de una generación más joven que su líder, Arnaldo Otegi.

La disputa será principalmente entre esas dos fuerzas políticas aunque el PSE de Eneko Andueza aspira a crecer para mantenerse en el Gobierno Vasco como aliado del PNV. No hay opciones, según los socialistas, de que apoyen un ejecutivo de EH Bildu pese a que la coalición sostiene al Gobierno de Pedro Sánchez y, en diciembre, el PSN respaldó al candidato independentista Joseba Asiron en la moción de censura contra UPN en el Ayuntamiento de Navarra.

A unos pocos meses de que se celebren esas dos citas electorales sigue siendo una incógnita si habrá candidaturas conjuntas de Sumar y Podemos, sobre todo después de que también en diciembre el partido de Ione Belarra decidiera por sorpresa romper con la formación de Yolanda Díaz y que sus cinco diputados pasaran al Grupo Mixto en el Congreso. Las negociaciones no han concluido en Euskadi, donde la pugna de la izquierda será con EH Bildu, aunque en el caso gallego las bases de Podemos aprobaron la pasada semana ir separados de Sumar. Y no parece que vaya a haber acuerdo para las europeas, sobre todo después de que a mediados de diciembre la exministra Irene Montero lanzara su candidatura por Podemos.

Sumar se encuentra, por su parte, buscando a su propio candidato, aunque en el seno del partido coexisten varias familias políticas y está por ver si los eurodiputados del partido de Díaz se integran en el grupo de Los Verdes –al que hasta ahora ha pertenecido el portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun–, donde a la vez existe otro conflicto interno por los posicionamientos sobre la invasión de Gaza, o en el de la Izquierda europea –donde se ha integrado en los últimos años, por ejemplo, la ministra de Juventud, Sira Rego–.

Feijóo, en busca de un respiro en Europa

El PP confía en que las europeas le sirvan como un respiro para Feijóo, al que las encuestas siguen dando ahora como ganador en una hipotética cita electoral. Tras el fiasco de las generales, cuando el expresidente de la Xunta confiaba en llegar a la Moncloa, el PP volvió a despertar el debate sobre el liderazgo interno.

Feijóo, al que hasta su llegada a Madrid se le consideraba un dirigente moderado, ha tenido que contemporizar con la extrema derecha tanto en los gobiernos autonómicos y municipales como en parte de su discurso. A esto se añade la presión que ejerce en su mandato la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que trata de mantener un perfil propio, siempre más a la derecha que Génova 13, y continuamente busca hacer sombra al máximo jefe de su partido. Un mal resultado en las europeas podría volver a poner en cuestión el liderazgo de Feijóo y que sectores del partido empiecen a moverse en busca de un sustituto, sin descartar que sea Ayuso la que le suceda.

El PP, que desde que gobierna la izquierda ha llevado su oposición al Gobierno en Bruselas, llegando a buscar el boicot a las principales medidas económicas del Ejecutivo, no ha decidido aún quién será el cabeza de lista para las europeas.

Tampoco ha elegido candidato el PSOE, aunque en su caso los socialistas confían en que la ciudadanía responda a su favor en las elecciones de junio tras la presidencia española del Consejo de la UE que ha sido valorada de forma muy positiva por las instituciones comunitarias. Como carta de presentación el principal partido del Gobierno cuenta, además, con la recién decidida elección de la vicepresidenta Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Etiquetas
stats