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La Audiencia Nacional sostiene que los tuits sobre Irene Villa afrentan a todas las víctimas
El que Irene Villa no se sienta “inquietada” por los comentarios que circulan sobre ella en internet no implica que el colectivo de víctimas de ETA no sienta “en sus propias carnes la profunda humillación que, objetivamente, comporta tan denigrantes frases”, sostiene la Audiencia Nacional en una sentencia.
Con este argumento, entre otros, la sección cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a una joven valenciana de 25 años, María Lluch Sancho, a dos años de cárcel por un delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a sus víctimas.
Se trata de un caso muy similar al del concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata, quien, después de que el juez Santiago Pedraz archivara este caso, será finalmente juzgado por publicar un tuit en 2011 sobre Irene Villa al entender la sección segunda de la Sala de lo Penal que con ese comentario humilló a todas las víctimas del terrorismo.
Cuando declaró ante el juez, Zapata alegó en su defensa que lo que escribió sobre Irene Villa -“Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”-, era una muestra de humor negro.
Ese mismo argumento fue el que empleó la joven ahora condenada, en su caso también por alabar a ETA y a sus integrantes, para justificar los chistes ofensivos de Irene Villa y Miguel Ángel Blanco, que publicó en su cuenta de Twitter con el alías Madame Guillotine, y que, según ella misma, contaba con 790 seguidores.
Sin embargo, para el tribunal “las expresiones y comparaciones referidas a Miguel Ángel Blanco e Irene Villa presentan niveles de crueldad, vejación, humillación y hasta falta de piedad de proporciones superlativas dirigidas a dos concretas víctimas de actos terrorista que adquirieron gran notoriedad pública, por la generalizada solidaridad que despertaron en la ciudadanía”.
Lo mismo dice la sentencia de los comentarios que hizo sobre el almirante Luis Carrero Blanco, al que le asignó “así y porque sí, el calificativo de 'primer astronauta español'”.
Por ello, los magistrados -Angela Murillo (ponente), Paloma González Pastor y Juan Francisco Martel- consideran que cuando la acusada publicó “frases tan encarnizadas, denigrantes e inhumanas” conocía “la gran afrenta que suponían no solo para Irene Villa y los familiares de Miguel Ángel Blanco, sino también para el colectivo de víctimas del terrorismo afectados por la barbarie protagonizada por ETA”.
En el juicio, la acusada aseguró que ignoraba que esos chistes de humor negro pudieran causar dolor en algunas personas porque de haber sido consciente de ello se habría apresurado a contactar con ellas para pedirles disculpas, lo que la Sala califica de “paradigma de hipocresía, propio, este sí, de un auténtico chiste de humor negro”.
“Va, que sé que os gusta. Reírse es bueno”, escribió en uno de sus primeros tuits al enlazar un vídeo en el que se escuchaban “una gran cantidad de frases dañinas” sobre Irene Villa, “totalmente vejatorios y humillantes para las víctimas y sus familiares”, indica la sentencia.
“El humor negro mola, pero el summum son los de Irene Villa. Son la bomba”, afirmaba en otro tuit de mayo de 2013, año en que también publicó bromas sobre Miguel Ángel Blanco.
Estos chistes los intercalaba con otros mensajes ensalzando a ETA, como una foto de una cristalera de un restaurante que tenía colgado el texto “Gora ETA/Viva ETA”. “Salir a cenar y encontrarte con esta pintada. Estoy como en casa. Gora ETA militarrak/Viva ETA militar”, escribía junto a la imagen.
La acusada también publicó un enlace a un vídeo del grupo musical Kortatu cantando “Soldados vascos”, acompañado de un comentario en el que lanzaba varias proclamas, ensalzando en algunas de ellas a ETA: “Viva ETA militar”, ponía.
Durante su declaración en el juicio, la joven admitió haber difundido esos comentarios ofensivos a través de su cuenta en Twitter, pero se mostró extrañada con que, tratándose de chistes de humor negro que “te pueden hacer gracia o no” o ser “políticamente incorrectos” y que “no me he inventado yo”, te puedan “detener y condenar por ello”.