Un correo y una llamada por cada una de las 1.096 sedes: el recuento a mano de las primarias del PP
A las 20:30 horas las urnas debían estar cerradas en las 1.096 sedes donde se vota el líder del centroderecha en España, según el reglamento que ordena la primera experiencia de primarias del Partido Popular. El recuento se realiza por el presidente y los dos vocales que se han encargado de seguir una votación que supervisan interventores de todas las candidaturas.
No hay ningún sistema informático para recopilar los datos. Una vez contadas todas las papeletas, cada una de las sedes enviará un correo electrónico con los resultados a la oficina provincial. Esta, a su vez, enviará otro correo mail a la sede nacional de la calle de Génova en Madrid que centralizará todos los datos. También deberá realizar una llamada para confirmar que los resultados se han recibido correctamente por parte de la Comisión Organizadora del Congreso (COC).
El organismo encargado de organizar las primarias tiene previsto disponer de resultados provisionales con los nombres de los ganadores a partir de las 23.00 horas, pero todo depende de cómo se vaya desarrollando ese rudimentario sistema de votación. Para elegir a su militancia, cada uno de los inscritos ha tenido que introducir una papeleta doblada en la que ha escrito a bolígrafo el nombre del precandidato que quieren que se convierta en presidente: Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado, José Manuel García-Margallo, José Ramón García-Hernández y Elio Cabanes.
Pasarán a la segunda vuelta los dos candidatos más votados, pero si hay uno que logra más del 50% de los votos, resulta ganador en más de la mitad de las provincias y se sitúa 15 puntos porcentuales por encima de su rival más próximo, pasará como único candidato al cónclave y será por tanto elegido presidente por aclamación.
A pesar de que este jueves serán dos los candidatos que previsiblemente pasarán a esa segunda vuelta, es posible que finalmente solo quede uno si las dos candidaturas llegan a un acuerdo para presentar una lista única en el cónclave. Es una petición que hoy mismo han lanzado el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, y el líder del partido en Andalucía, José Manuel Moreno Bonilla, pero que ya habían reivindicado otros dirigentes del partido en las últimas semanas.
Un proceso cuestionado
Las dudas acerca de la legitimidad del proceso han sobrevolado toda la campaña. Las principales críticas por parte de los candidatos surgieron al conocerse que tan solo el 7,6% de los 869.535 supuestos afiliados se había inscrito para poder votar en las primarias. Esto provocó que la mayoría de las candidaturas –todas, excepto las de Sáenz de Santamaría y Cospedal– plantearan ampliar el plazo para poder inscribirse, y que cuestionaran que el censo real del partido fuese tan elevado. Entre las razones para inflar el censo podría estar el hecho de que el peso de cada comunidad autónoma en el congreso del PP esté determinado por el peso de la militancia: cuantos más afiliados, más compromisarios. A lo largo de la jornada se han repetido las impugnaciones y las acusaciones cruzadas de pucherazo entre los interventores de los distintos candidatos.
Este jueves la expresidenta del PP madrileño Esperanza Aguirre subrayaba el “problema” que, a su juicio, tiene el partido con los censos, que no están “depurados” y cree que debe ser lo primero que haga el líder que resulte ganador en este proceso de primarias para presidirlo.
En una jornada histórica, los afiliados del PP inscritos en las primarias han votado este jueves por el compañero de filas que quieren que sustituya a Mariano Rajoy al frente del partido. Es la primera vez que toda la militancia puede elegir directamente con su voto al líder de los populares, si bien la última palabra la tendrán los compromisarios del congreso que tendrá lugar los próximos días 20 y 21. La novedad ha hecho que el sistema de votación y recuento sea improvisado, que se hayan planteado numerosas dudas sobre el censo y que la participación sea mínima, con un 7,6% de inscritos. En el partido de los 900.000 militantes, serán ellos quienes decidan a su nuevo líder.