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España y Cuba abren un diálogo permanente sobre derechos humanos y presos políticos

Sánchez y Díaz-Canel se reúnen a solas en La Habana

Gonzalo Cortizo

La Habana —

Sin reunión prevista con la disidencia y pocos minutos después de pisar La Habana, Pedro Sánchez ha firmado con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, un convenio de consultas que compromete a ambos gobiernos a reunirse anualmente y analizar, entre otras cuestiones, el cumplimiento de los derechos humanos en sus territorios. 

España ha exigido que el acuerdo incluya “de manera expresa” una referencia a cuestiones humanitarias con la mirada puesta en los 139 presos políticos que Cuba mantiene bajo su custodia, según datos del Observatorio Cubano para los derechos Humanos (un organismo independendiente con sede en Madrid). 

La cuestión de los presos políticos es un tema tradicional en la agenda de los mandatarios españoles durante sus viajes a Cuba. Felipe González, Manuel Fraga y ahora Pedro Sánchez obtuvieron tras sus viajes compromisos de excarcelación por parte de las autoridades de la isla. En Moncloa insinúan que en esta ocasión se repetirá la liturgia y que el paso del presidente español traerá acarreada la puesta en libertad de alguno de las personas encarceladas por su posición contraria al régimen. 

Amnistía internacional puso nombre a uno de esos presos en una misiva remitida al propio Sánchez, en la que se solicitaba su mediación para obtener la liberación de Eduardo Cardet, un médico cubano que se posicionó abiertamente contra la situación política en el país.

Media hora de reunión entre ambos mandatarios ha bastado para perfilar un acuerdo parecido al que Cuba firmó con la Unión Europea, en medio de su camino hacia una apertura que Díaz-Canel pretende culminar con la reforma constitucional de la que ya se habla hasta en los escenarios de música en directo de La Habana. 

El pacto firmado es de doble dirección y permitirá al Gobierno de Díaz-Canel vigilar los cumplimientos en la misma materia en el caso del Gobierno español. Como consecuencia del acuerdo, Cuba y España fijarán una agenda constante de encuentros que tendrán su sede intermitente en La Habana y Madrid. 

La visita del Sánchez a la capital cubana, primera de un mandatario español en 32 años, se presenta como la antesala de un lanzamiento de la isla al panorama internacional en el que España quiere jugar un papel de socio preferente. La presencia del presidente español ha servido para anunciar la que los reyes de España preparan con motivo del 500 aniverario de la fundación de su capital. De cara a esa celebración, España pretende reincorporarse a la colaboración en materia cultural, que el Gobierno de Aznar frenó en seco y que nunca llegó a recuperarse. Para ello, ambos países han firmado otro acuerdo par potenciar la cultura de Cuba en suelo español y viceversa. 

Fuentes de Moncloa aseguran que Sánchez ha obtenido también el compromiso de Díaz-Canel para pagar la deuda que actualmente mantiene con numerosas empresas españolas con intereses en la isla. El papel de los empresarios es una de las claves de un viaje oficial que prevé para este viernes un gran encuentro con más de 200 compañías representadas y que han invertido en empresas de capital mixto. España es el principal socio comercial de Cuba en este tipo de compañías. 

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