UPyD se juega su supervivencia con dos modelos de partido enfrentados
Cuando el 28 de marzo, seis días después de la debacle electoral que UPyD sufrió en Andalucía, Rosa Díez convocó una rueda de prensa, se cruzaron numerosas apuestas. “Va anunciar su dimisión”, especularon muchos periodistas e incluso compañeros de la líder magenta. “Para nada. No la conocéis, Rosa resiste”, aseguraban algunos de los antiguos miembros de la dirección, muy críticos ya por entonces con ella.
La apuesta la ganaron los que la conocen bien. Porque Rosa Díez aguantó. No solo eso, sino que convocó un Consejo Político en el que pidió al partido “un apoyo claro” para poder continuar en la brecha al considerar que UPyD, con ella a la cabeza, “sigue teniendo mucho futuro”. Díez ganó entonces el pulso a los críticos, que no lograron sacar adelante sus propuestas de “cambio” y “renovación” así como de acercamiento a Ciudadanos, el partido de Albert Rivera.
Para calmar las aguas, la líder de UPyD anunció un congreso extraordinario para julio con la vaga esperanza de que los resultados de las elecciones municipales y autonómicas -en ese momento, muy cercanas- no le dieran la puntilla. Pero se la dieron. Y ahí Díez ya no tuvo excusas. Anunció que no se presentaría a una nueva reelección y dejó a su recién nombrado número dos, el abogado Andrés Herzog, el liderazgo de la candidatura que los oficialistas han presentado al cónclave del próximo 11 de julio, que será decisivo para la supervivencia del partido.
Herzog, que llevó hasta los tribunales el caso Bankia o el de los Pujol, será el que cuidará de las esencias de UPyD por decisión de Díez. En su candidatura, bautizada como “Unidos”, figura como número dos el vasco Gorka Mainero, que será el portavoz adjunto. También están en ella la eurodiputada y portavoz en el Parlamento Europeo Maite Pagazaurtundua como responsable de Regeneración Democrática; Humberto Rodríguez como responsable de Universidad; el diputado Julio Lleonart, que será el encargado de Comunicación y el concejal de UPyD en Las Rozas, Cristiano Brown, que estará al frente de Acción Institucional. Todos fieles a Díez.
Sin embargo, en la lista de Herzog no figura, como se esperaba, Carlos Martínez Gorriarán, uno de los dirigentes que más se ha señalado durante la crisis del partido y que ha sido muy beligerante con los díscolos, especialmente con Irene Lozano, con la que sigue compartiendo escaño en el Congreso de los Diputados. “Carlos se va por solidaridad con Rosa. Yo creo que quiere esperar a ver primero qué ocurre en el Congreso para recalar en el futuro”, creen algunos.
Los oficialistas tendrán enfrente a los 'Renovadores UPyD', la candidatura de Lozano, que lleva al actor y exdiputado valenciano Toni Cantó como portavoz adjunto. En ella figuran además varios de los dirigentes que dimitieron de la dirección junto a Lozano, como David Andina, Rodrigo Tena o el exportavoz en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco.
Las otras dos candidaturas son la de Tono Rueda, que la ha presentado como una 'tercera vía' con la esperanza de lograr un consenso entre las diferentes corrientes del partido; y la denominada 'Rema' (Refundación y Manifiesto) que es heredera de la corriente liderada por el exeurodiputado Enrique Calvet, expulsado de UPyD por su “constante desprestigio del partido, de sus afiliados y cargos públicos”.
Todos los candidatos asumen que el partido afronta este congreso en pésimas condiciones, tanto políticas como económicas. A la crisis política, que ha partido en dos a la formación, se ha sumado además la precaria situación económica, consecuencia de la pérdida de cargos sufrida en las sucesivas elecciones: andaluzas, municipales y autonómicas. Los malos resultados obtenidos les han privado de las correspondientes subvenciones y han dejado las arcas temblando. Incluso la dirección del partido ha tenido que cerrar numerosas sedes en toda España y ha despedido al 75% de la plantilla de sus trabajadores.
La falta de dinero ha llevado también a que algunos candidatos hayan decidido poner en marcha una campaña de apoyo interno para poder sufragar los gastos que conlleva explicar su proyecto a la militancia, muy mermada después de la crisis interna y las numerosas fugas hacía Ciudadanos. Según datos de la formación, en la actualidad hay menos de 6.000 afiliados que votarán el mismo día 11 en urnas desde sus sedes provinciales. Las quejas por la tardanza -para algunos, más bien “resistencia”- de la dirección en repartir el censo actualizado tampoco han faltado.
Lo cierto es que los prolegómenos del cónclave no presagian que este vaya a desarrollarse en un clima sereno. La tensión empezó hace unas semanas, cuando la dirección de UPyD abrió una investigación a Lozano para saber si había enviado una serie de mensajes a díscolos, como el asturiano Ignacio Prendes (en la actualidad en Ciudadanos) en los que supuestamente planeaban “crear otro partido”.
“Una fiesta de despedida a Rosa Díez”
Pero el hecho de que la actual dirección haya decidido ofrecer un homenaje de despedida a Díez el mismo día de las votaciones y en el mismo lugar donde se ha programado el acto central del congreso, el Círculo de Bellas Artes, ha colmado el vaso y soliviantado más aún a los “renovadores”. En un duro comunicado, la diputada y contrincante de Herzog, acusa a la cúpula de la formación magenta de “hacer trampas”.
“Pedimos que el congreso extraordinario no se convierta en una fiesta de despedida de Rosa Díez, sino en un acto riguroso en el que UPyD se juega su supervivencia”, señalaba en su escrito Lozano.
En este acto está prevista la participación de varios invitados y personas próximas al partido. Díez tomará la palabra. Sin embargo, no habrá un turno para los candidatos a sucederla, algo que, en opinión de Lozano, “tiene que estar garantizado para los cabezas de lista”.
Así las cosas, en UPyD nadie sabe con certeza que ocurrirá el 11 de julio en el congreso extraordinario, aunque como apuntaba a eldiario.es un dirigente experimentado, “las listas oficialistas siempre juegan con ventaja”. Y una de las preguntas que muchos se hacen es “si se va de verdad Rosa Díez”. En el seno de UPyD algunos creen que, si Herzog gana, la líder magenta seguirá en la sombra tutelando al partido que ella fundó con un grupo de dirigentes en 2007 y que siempre ha sentido como “suyo”.