Todos los candidatos del PP en Sevilla quieren ser Juanma Moreno, pero lo tienen complicado para ganar como él
Dentro de los grandes titulares que dejó la sonada victoria de Juan Manuel Moreno en las elecciones andaluzas del 19 de junio del año pasado, uno de los más estruendosos fue que los socialistas perdían unos comicios en la provincia de Sevilla por primera vez en la historia. Aquello fue como la guinda al pastel, el refrendo más rotundo a la mayoría absoluta del PP. Y disparó las expectativas, porque a renglón seguido desde las filas populares se lanzó el mensaje de que en los 106 municipios sevillanos iba a haber 106 Juanma Moreno como candidatos, que el 19J era la antesala del 28M. El colofón era que la Diputación provincial, siempre en poder del PSOE, también podía cambiar de manos por primera vez en democracia.
El paso del tiempo aposentó la euforia. Y aunque los populares empezaron la casa por los cimientos, consiguiendo Moreno el control del díscolo PP sevillano (algo que no había logrado desde que asumió el liderazgo del partido en Andalucía en 2014), pronto comprobaron que lo de conseguir 106 Juanma Moreno no iba a ser tarea fácil. Mientras tanto, el PSOE se lamía las heridas y ponía los ojos en este 28M con la convicción de que le iba a servir de bálsamo, que la ola Moreno no iba a conservar la fuerza de un tsunami en Sevilla para las municipales. Como muestra, ponían el botón de que el alcalde socialista de una localidad de tamaño medio en la que el PP ganó de largo encargó una encuesta a los pocos días del triunfo popular en las autonómicas, pese a que el propio partido le sugirió que esperase a que bajase un poco el suflé. El resultado fue que conservaba con comodidad la mayoría absoluta de la que hoy disfruta.
Por eso el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, auguraba en precampaña que el “ejército de alcaldes” socialistas le dirá a Moreno “hasta aquí hemos llegado” el próximo 28M. Lo de ejército no es ninguna hipérbole en Sevilla, donde hoy (tras algunos cambios vía mociones de censura) hay 72 regidores del PSOE frente a los 10 del PP, 11 de coaliciones de izquierda, nueve independientes, dos de Ciudadanos y otros dos andalucistas. No sólo son 72 municipios gobernados por el PSOE, 53 de ellos con mayoría absoluta, sino que hablamos de los principales de la provincia: Sevilla, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Utrera, Mairena del Aljarafe, La Rinconada... En total, más de 1,6 millones de sevillanos tienen un alcalde socialista, el 82,6% de la población.
Fichajes de otros partidos
Con estos mimbres, en el PSOE admiten que se puede perder algún municipio en el que ahora se gobierna, pero en la misma medida que se pueden ganar otros en los que ahora se está en la oposición. En el PP ya no se habla ni de ganar las elecciones en la provincia ni de conquistar la Diputación, simplemente de “mejorar los resultados”. Algo que se da por hecho por la pura inercia vencedora de los populares andaluces... y porque el suelo ahora está bajo. En 2019, el PP cosechó 177.977 votos que le valieron 255 concejales, mientras que en las autonómicas logró 366.389 apoyos y aún así no alcanzó los 376.769 sufragios del PSOE en las municipales de hace cuatro años, con los que logró 720 ediles.
Así las cosas, el PP asumió que era el momento de renovar candidaturas para mejorar sus expectativas, pero se encontró con que no era fácil reunir 106 Juanma Moreno en muchas plazas. A eso se le sumó que los dirigentes históricos del partido en no pocos municipios no quisieron dar un paso al lado, justo ahora que venía una aparente época de vacas algo más gordas gracias al tirón del presidente andaluz. ¿La solución? Incorporar candidatos provenientes de otras formaciones, hasta el punto de fichar directamente alcaldes como el de Almadén de la Plata (Ciudadanos) o Constantina (del partido independiente Constantina en tu Mano, CentuM), mientras que en Dos Hermanas se apostaba por el portavoz de la formación naranja. En Utrera, donde se da la anomalía de que el PP no tiene ni un concejal en la cuarta ciudad de la provincia, se reclutó a Curro Jiménez, un histórico andalucista que ya fue 12 años regidor del municipio y hasta ahora líder de Juntos por Utrera. “Le estamos ofreciendo al PP un partido completo”, reconocía Jiménez.
Los populares se impusieron en junio pasado en bastiones del PSOE como la propia Sevilla, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Utrera o Mairena del Aljarafe, aunque admiten la dificultad de repetir semejante jugada en las municipales. El intento de trasladar polémicas nacionales que salpican al Gobierno central (la ley del sólo sí es sí, la reforma del Código Penal, los pactos con ERC y Bildu...) no ha cuajado de cara al 28M, así que la otra gran baza que se está esgrimiendo es que, con una Junta de Andalucía del PP, la “coincidencia política” va a traer más beneficios a los municipios que tengan un regidor popular. Y si no hay 106 Juanma Moreno, lo que están haciendo los 106 candidatos en Sevilla es al menos cobijarse bajo su sombra.
El referente de 2011 para el PSOE
Pero la política de fichajes del PP ha tenido su cara B, que no ha sido otra que el malestar provocado en militantes de base de la provincia, con dirigentes históricos que se han visto desplazados. “Me han ninguneado y despreciado”, ejemplificaba en este sentido el portavoz del PP en Salteras, lo que plantea la duda de la movilización del electorado en los municipios en los que estos cambios han sido más traumáticos. “Es difícil no mejorar”, admiten voces críticas del partido, que tienen la sensación de que se puede desaprovechar una oportunidad histórica para dar un salto cuantitativo.
En el PSOE, en cambio, consideran que no hay un riesgo real de que se produzca un vuelco en la provincia, y suspiran por que el 28M sirva para enderezar el partido tras el duro varapalo de las elecciones autonómicas. Para armarse de optimismo, encuestas al margen, se recuerda que la tormenta política nacional no tiene nada que ver con la de 2011, con José Luis Rodríguez Zapatero en el ojo del huracán y un PSOE en caída libre que tuvo su máximo exponente en la victoria de Juan Ignacio Zoido en Sevilla con 20 de los 33 concejales en disputa, la mayoría más absoluta de la historia democrática de la capital. Pese a ese contexto, los socialistas sevillanos ganaron aquellas elecciones municipales en la provincia: 351.545 votos frente a los 333.035 del PP, lo que se tradujo en una sustancial diferencia de concejales, 663 frente a 380.
En el PSOE admiten que pueden tener problemas en municipios que ahora son suyos, como San Juan de Aznalfarache o Écija, pero insisten en que el mapa electoral tras el 28 de mayo no diferirá en exceso del actual. Y ahí se incluye la Diputación provincial, en la que siempre han gobernado y en la que hoy disfrutan de mayoría absoluta (18 de 31 diputados) en lo que supone el adiós de su actual presidente, el histórico dirigente Fernando Rodríguez Villalobos, tras casi 19 años en el cargo. Muchos de los movimientos en las listas del PP han sido con vistas a reforzar comarcas en las que puedan arañar más diputados, aunque formalmente en lo que se insiste es en que se ha trabajado por “tener los mejores candidatos” que, si después ayudan a asaltar la corporación provincial, pues miel sobre hojuelas. Un escenario que en este momento no contempla ni en la peor de sus pesadillas el secretario general del PSOE sevillano y alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, al que (en voz baja) todos en su partido sitúan como el próximo presidente de la Diputación.
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