España concentra el mayor número de especies amenazadas de Europa
Mientras el Senado blinda los cotos de caza privados en los parques nacionales, España es señalada como responsable del cuidado de la biodiversidad más amenazada de Europa. La nueva Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) recoge que en España sobreviven 552 especies camino de la extinción. Casi dobla a la siguiente en la lista europea: Grecia, con 286 especies. La riqueza natural más delicada se concentra en el sur del continente, ya que Italia es refugio para 276 especies, para 254 en Portugal y 234 en Francia.
La situación representa un pequeño repunte respecto a hace un año, cuando se contabilizaron 548 y prácticamente la mitad (214) son plantas. Para considerar una especie amenazada, debe encontrarse en situación vulnerable, en peligro o en peligro crítico, según el criterio de la UICN. En España tienen un pie en la extinción el lince ibérico (Lynx pardinus), la foca monje (Monachus monachus), el visón europeo (Mustela lutreola) o la pardela balear (Puffinus mauretanicus).
Para hacerse una idea de qué significa “peligro crítico”, puede compararse con uno de los iconos de las aves protegidas, el águila imperial (Aquila adalberti), que para la Lista Roja es una especie vulnerable, el grado más leve de amenaza. Precisamente un lince ibérico del programa de reintroducción de este felino en Ciudad Real (Castilla-La Mancha) fue abatido por un cazador en octubre pasado en una finca de la familia Botín mientras se cazaban zorros.
Algunas otras de las joyas naturales en peligro que albergan los hábitats protegidos españoles son el alimoche, el pato de cabeza blanca, el murciélago de Madeira, el orejudo de Tenerife o la musaraña canaria. Estos tres últimos eran vulnerables en 1996 y han ido desapareciendo hasta el umbral del peligro inminente. Igual que las ballenas españolas. El rorcual, la ballena azul y la franca engrosan la lista de especies en peligro (un paso por delante del estado crítico). Y a eso podrían sumarse las variedades que andan en el filo de la navaja –“cerca de la amenaza”, reza la lista–, entre cuyos representantes más conocidos está la nutria, que vive años de “descenso” en su población.
Al menos el 80% de esta biosiversidad única que atesora España está representada en la Red de Parques Nacionales, cuya regulación legal anda en plena remodelación por parte de las Cortes. Sin ir más lejos, la semana pasada, el Partido Popular en el Senado aprobó una enmienda que permitirá prolongar las cacerías en los cotos privados inscritos en parques como Cabañeros en manos de terratenientes como Alberto Cortina, Alejandro Aznar o Alberto Alcocer.
La voracidad humana esquilma la fauna marina
La UICN ha presentado la actualización de su lista en Sydney (Australia) durante el Congreso Mundial de Parques. En un año se han incorporado 1.125 especies en peligro. En 2013 eran 21.288. En 2014 han llegado a 22.413, un 5,2% más. La lista global contiene más de 76.000 especies.
Hay 11.818 tipos de animales en peligro –entre vertebrados e invertebrados– y 10.584 plantas. Entre los animales, la más amenazada es la fauna marina. La UICN ha analizado que “el apetito mundial” es el que está llevando a algunos peces al mismo borde de la desaparición. Apetito es un término, en esta ocasión, literal, ya que dos de las especies que están evaporándose de los mares son dos éxitos culinarios: el atún rojo del Pacífico y el pez globo de China.
“El valor de marcado del atún rojo sigue subiendo”, ha explicado uno de los expertos de la UICN, Bruce Colette. Así, este pez ha pasado de no tener una preocupación muy acuciante a ser ya vulnerable en un solo año. El mercado de sushi y sashimi no le ha dado un respiro y en 20 años su población se ha desplomado “entre un 19% y un 33%”, informa el estudio internacional. “Muchos de los ejemplares son juveniles y no han podido ni reproducirse”, especifica. Para Colette, “a menos que las pesquerías pongan en marcha medidas de conservación”, no es de esperar que la situación mejore.
Otra de la víctimas de la voracidad humana ha sido el pez globo de China. La UICN calcula que en 40 años han muerto “el 99,99% de los ejemplares”. Se trata de uno de los peces más venenosos del mundo y requiere un experto antes de poder consumirse, pero eso no ha levantado el pie del acelerador a la hora de esquilmar las poblaciones de Takifugu chinensis. Aunque pueda extrañar, es un destino que comparte otro animal con un poder venenoso letal pero que pasa a los platos a espuertas: la cobra de la China (Naja atra). Este reptil es apreciado en Hong Kong, así que se caza en Laos, Taiwán, China o Vietnam. “El creciente mercado de la alimentación está ejerciendo una presión insostenible sobre esta y otras especies”, explica la directora de Biodiversidad de la UICN, Jane Smart.
Las amenazas a la biodiversidad mundial, al menos la conocida, no se detiene y marcha a ritmo sostenido. En los últimos diez años, las especies en peligro han crecido un 44%. La lista de la UICN albergaba en 2004 un total de 15.503 variedades, 6.910 menos que el recuento presentado en Australia.