El padre de la víctima de abusos en el colegio de Vizcaya: “El Opus no se preocupó, miró para otro lado”
Eduardo (nombre ficticio) es el padre del niño abusado por un profesor numerario del Colegio Gaztelueta, que el Opus Dei tiene en Vizcaya. Tras la publicación de la carta que el Papa Francisco envió esta Navidad a la familia, asegurando que abriría una investigación canónica, denuncia que el Opus “no se preocupó por nuestro hijo y miró para otro lado”. En una entrevista en Religión Digital, el padre de la víctima, quien sufrió los abusos con 12 años y acaba de denunciar, una vez cumplidos los 18, ofrece un testimonio desgarrador, apuntando “ver a un hijo viviendo sin vivir, roto y destrozado, es una experiencia vital que no recomiendo ni al peor de mis enemigos”.
El chico está saliendo poco a poco adelante, “pero hace falta tiempo y ayuda, una ayuda que por cierto mucha gente y algunas instituciones que ahora dicen habernos facilitado, nunca nos prestaron”, asegura Eduardo, en clara referencia al Opus Dei y al Obispado de Bilbao. Por contra, “la carta del Papa Francisco supuso para nosotros una inmensa felicidad, un rayo de luz dentro de tanta oscuridad”.
En cuanto a la actitud de la diócesis, el padre de la víctima denuncia que “monseñor Iceta no nos ha llamado ni una sola vez en todo este tiempo”, por lo que “es falso que haya colaborado con la familia”, como aseguró el prelado el viernes en una nota. “Hasta la llegada de Francisco al Vaticano, nadie en la Iglesia española se preocupó por el estado y salud de mi hijo, ni por nosotros”, recuerda. Cabe resaltar que los abusos comenzaron a producirse en 2008.
En cuanto a la reacción del Opus Dei, Eduardo subraya que “no he tenido ninguna noticia directa ó indirecta de la Obra como institución. De hecho tampoco del colegio. Es falso que ellos se preocuparan de nuestro hijo y de este caso, más bien miraron para otro lado”. El padre de la víctima es especialmente duro con el anterior director del Gaztelueta, Iñaki Cires, y el actual, Imanol Goyarrola, a quienes acusa de “falta absoluta de diligencia”. “Observamos una absoluta falta de interés en esclarecer unos hechos que ellos mismos reconocieron en un primer momento en conversación privada mantenida en sede del chalet de Gaztelueta”.
Nadie imagina hasta que no lo vive en primera persona, todo lo que ello acarrea y conlleva. Esta lucha que estamos llevando es ante todo por nuestro hijo, porque la sociedad en general, y sobre todo los educadores, autoridades, y padres, cuando se encuentran directamente con un caso como este tienen que dejar su espacio de confort, dejando de mirar para otro lado y actuar. Ello redundará en beneficio de todos“, resalta el padre de la víctima, quien se declara ”incapaz de perdonar ni al agresor ni a quienes le han amparado e incluso animado con doctrinas carentes de rigor religioso y humano a cometer hechos como los descritos por mi hijo“.