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Los profesores interinos en el extranjero van a la huelga: “1.500 en Londres es un sueldo miserable”

Eva estuvo trabajando en Londres como profesora interina en un centro español

Laura Galaup

Los profesores interinos que trabajan en el extranjero se plantan. Dan clases en liceos, institutos o colegios dependientes de España o simplemente su plaza es pública y convocada por el Estado. Denuncian que vivir con 1.500 euros en un gran capital europea o en ciudades como Nueva York puede llegar a ser una pesadilla. Están hartos de buscar el alojamiento más barato, el supermercado con los mayores descuentos o contar el número de veces que pueden utilizar el transporte público.

Con esta reclamación los cinco sindicatos mayoritarios de la enseñanza han convocado una huelga de tres días, que comienza este martes, en centros educativos gestionados por el Ministerio de Educación y que se encuentran fuera de España. Piden al Gobierno que les paguen un complemento económico por vivir en el exterior, tal y como cobran sus compañeros de plaza que son funcionarios de carrera.

“En Londres vivía mal. Nunca he sido tan pobre en toda mi vida. Con 400 euros al mes era capaz de vivir en mi ciudad [Alicante] mejor que en Londres con 1.500 euros. Es un sueldo absolutamente miserable”, recuerda Eva. A sus 45 años, lleva seis trabajando como docente interina dando clase de Biología y Geología a estudiantes de Secundaria y Bachillerato. Actualmente está en el Liceo Español Cervantes de Roma.

Su primer destino fue la capital británica y recuerda como “inhumana” su estancia allí. Llegar a fin de mes se convirtió en un obstáculo diario. Contaba el número de veces que podía coger el transporte público y desapareció la opción de hacer una compra a la semana. “Iba cada dos días al supermercado a la estantería de los productos que caducaban en el día y eso era lo que comía”, reseña. En cuanto terminó el curso se marchó, estuvo otro año en Bogotá y ya lleva cuatro establecida en la capital italiana.

Un colectivo de 200 profesores

Cinco sindicatos – ANPE, CCOO, CSIF, UGT y STEs – se han unido para reivindicar la “mejora de las condiciones salariales” de este colectivo, que cifran en 200 profesionales, y han convocado una huelga que comenzará este martes y se extenderá hasta el jueves para presionar al Ministerio de Educación. Solicitan al departamento de Méndez de Vigo que les igualen las condiciones con sus compañeros que son funcionarios de carrera.

Según las cifras aportadas por los colectivos convocantes, los docentes de Primaria cobran 1.300 euros al mes netos y los de Secundaria 1.500. Da igual el destino en el que se encuentren. También se tienen que pagar los viajes a España. eldiario.es ha preguntado al departamento de Íñigo Méndez de Vigo por estas reivindicaciones, sin haber recibido respuesta por el momento.

El Real Decreto 6/1995 que regula las retribuciones de los funcionarios destinados en el extranjero contempla que tengan derecho a percibir una indemnización para equiparar su sueldo al poder adquisitivo y a la calidad de vida del país de destino. Actualmente, según critican los sindicatos, esta normativa no se aplica a los interinos.

“Los funcionarios tienen derecho a ese complemento por ser expatriados; los interinos, no. En Andorra y Portugal puede ser el doble del salario y en Suiza, más por el nivel de vida. El módulo se actualiza anualmente. No se tiene solo en cuenta el coste de la vida, también la peligrosidad del país”, cuenta Pedro Corral, secretario general de CCOO en el exterior.

Los sindicatos aseguran que a los interinos no se les aplica esta normativa porque entre los requisitos demandan que los candidatos tengan acreditada su residencia en aquel país “en el momento en el que se le nombre como funcionario interino”. Para este sindicalista este requisito es una “argucia legal”, ya que asegura que los profesores, tanto interinos como funcionarios, vienen de España.

Estos profesores imparten clases en la amplia y variada red de atención educativa en el exterior con la que cuenta España. Estos centros pueden ser de titularidad del Estado español o mixta, compartida con otros países. Las consejerías de Educación de las embajadas también impulsan secciones de español en centros extranjeros, participan en escuelas europeas, en centros privados españoles en el extranjero, así como en programas de doble titulación y programas de apoyo a las enseñanzas de español en el marco de sistemas educativos extranjeros.

Según el último informe del Consejo Escolar del Estado, los docentes españoles están presentes en Marruecos, Portugal, Reino Unido, Colombia, Italia, Andorra, Francia, Brasil, Argentina, Países Bajos, Estados Unidos, Australia... Desde Comisiones Obreras aseguran que algunos candidatos han rechazado las ofertas cuando se han enterado de las condiciones económicas. “Vete a Nueva York a vivir con 1.500 euros y págate el viaje. Salvo casos en los que tengan la vida resuelta, ni siquiera se presentan”, cuenta Corral.

Compartir piso con 40 años

Tras cinco años compartiendo piso, Eva ha conseguido a sus 45 años volver a vivir sola en un pequeño estudio de 20 metros cuadrados que le ha alquilado un amigo en Roma. “Está claro que los que nos vamos al exterior no estamos por el sueldo. Es una experiencia vivir en otro país y aprender el idioma”, cuenta esta alicantina.

Alfredo (nombre ficticio) sigue compartiendo piso. Vive en Ámsterdam. Da clase de español en un instituto holandés y lo compatibiliza con una academia privada. No ha comentado esta doble actividad profesional a la administración española y desconoce si su puesto de trabajo lo permite, por eso ha pedido no revelar su nombre. “El nivel de vida me obliga a buscar dinero de alguna otra forma, un piso compartido cuesta 800 euros”, apunta este profesor de 39 años.

En su colegio ya ha anunciado que va a hacer huelga y sus alumnos de 12 años le han preguntado por qué esta semana tienen menos clases de español. “Los holandeses pueden verlo un poco raro. Aquí no hay huelgas, aquí se discute y se llega a consenso”, incide. Lleva ya cinco años asentado en la capital holandesa. Tras puestos de trabajo precarios decidió marcharse al extranjero y el primer año en los Países Bajos se dedicó al sector servicios, hacía camas en un hotel. “Cobraba lo mismo que gano ahora”, apunta.

Para Ricardo es más sencillo llegar a final de mes. En Rabat el nivel de vida no es tan alto como en las grandes capitales europeas. En su caso se da una paradoja, los profesores que dan clase en las ciudades españoles fronterizas con Marruecos sí que cuentan con un complemento de 800 euros que se suma al salario base en concepto de “indemnización por residencia del personal al servicio público estatal”. Este docente critica que el Ministerio sí que lo contemple para las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que también son su competencia, y no lo proponga en el extranjero.

Sobre este asunto se ha pronunciado el Consejo Escolar del Estado en su último informe. Este organismo recomienda que “se pongan en marcha los mecanismos necesarios” para que se “elimine la diferencia retributiva con el resto de interinos docentes del Ministerio de Educación y con los funcionarios de carrera con destino en el exterior”.

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