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El nuevo currículo de Historia llama por primera vez “golpe de Estado” al levantamiento de 1936

Alumnos de Bachillerato del Instituto de Educación Secundaria Jovellanos, en Gijón, asisten a clase en el inicio del curso en Asturias. EFE/ Juan González/Archivo

Daniel Sánchez Caballero

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El nuevo currículo de Historia llama por primera vez “golpe de Estado” al levantamiento militar de 1936. En el borrador del texto con los contenidos que se estudiarán en la asignatura de Historia en Bachillerato que ha preparado el Ministerio de Educación recoge en su competencia 5 que los alumnos deberán conocer “el proceso reformista y democratizador que emprendió la II República, así como las reacciones antidemocráticas que se generaron ante su avance y el golpe de estado que supuso su fin”.

El currículo trata de corregir el déficit histórico que tiene la escuela con el tema de la dictadura y el golpe de Estado, largamente obviado en los centros, y recoge los postulados de la Ley de Memoria Democrática que está tramitando el Gobierno, que en su artículo 45, sobre medidas en materia educativa y de formación del profesorado, dice que “el sistema educativo español incluirá entre sus fines el conocimiento de la historia y de la memoria democrática española y la lucha por los valores y libertades democráticas”, para lo que estipula un cambio de currículos para la ESO y Bachillerato.

Así, el texto recoge en varias ocasiones la necesidad de tener en cuenta la memoria democrática en las enseñanzas a lo largo de sus 14 páginas. En el preámbulo explica que “la libertad constituye el primero de esos ejes vertebradores, que ofrece una perspectiva nada lineal que atraviesa toda la época contemporánea hasta nuestros días, recogiendo la trayectoria de nuestra memoria democrática hasta la Constitución de 1978”.

El texto explica que “resulta necesario que el alumnado forme juicios propios argumentados en fuentes fiables y en trabajos históricos contrastados, que eviten la desinformación y favorezcan el diálogo”. Y añade: “La Guerra Civil y el franquismo dan cuenta del grado de violencia que pueden adquirir los conflictos y las consecuencias del uso dictatorial del poder”.

Más adelante define con un poco de concreción –los currículos no entran a definir con concreción los contenidos específicos que deben enseñarse en las aulas– la especificidad en cuanto a los “saberes básicos” que debe alcanzar el alumnado con esta asignatura. En el apartado de “retos del mundo” hay una entrada que se refiere a la “memoria democrática: reconocimiento de las acciones y movimientos en favor de la libertad en la historia contemporánea en España”; en “compromiso cívico” apela al “reconocimiento, reparación y dignificación a las víctimas de la violencia” y en cuanto a la “conservación y difusión del patrimonio histórico”, se estudiará “el valor patrimonial, social y cultural de la memoria colectiva. Archivos, museos y centros de divulgación histórica”.

El desarrollo concreto de los contenidos y cómo se estudian correrá a cargo del profesorado, que con el nuevo modelo de currículo elaborado por el Ministerio de Educación, basado en las competencias más que en los saberes concretos, dispone de bastante libertad para elegir qué explica en las aulas a partir de las líneas básicas que dibuja el currículo. La asignatura de Historia se imparte de manera obligatoria para todo el alumnado de 2º de Bachillerato.

La enseñanza de este periodo de nuestra historia reciente ha sido siempre muy sesgada, según al menos parte del profesorado. “Seguimos contando la historia de los vencedores”, explica Enrique Javier Díez Gutiérrez, profesor titular de la Facultad de Educación en la Universidad de León y coordinador del estudio La memoria democrática en la escuela. “Las jóvenes generaciones conocen esta parte de la historia desde una visión supuestamente aséptica que encubre grandes silencios y ocultamientos deliberados”, añadía este experto, que partían de los currículos y bajaban hasta los libros de las grandes editoriales.

“Esto supone el reconocimiento de que aquello no fue un levantamiento popular, espontáneo si quieres, sino un golpe organizado y financiado”, explica el profesor de História Sócrates Quintanar, que pone en valor que por primera vez se reconozca esta realidad.

El currículo de la Lomce, por ejemplo, llamaba “sublevación” o “golpe militar” al golpe de Estado y pasaba a referirse a la Guerra Civil. Si incluía la expresión “golpe de Estado”, sin embargo, para el realizado por Primo de Rivera en 1923. Antes de la ley Wert, la LOE de Zapatero tampoco definía así el levantamiento militar de 1936.

“Identidades múltiples” y feminismo

El currículo dedica un apartado entero a lo que define como las “identidades múltiples” que hay en España. Establece la necesidad para el alumnado de “identificar la diversidad identitaria de nuestro país” y “la existencia de identidades múltiples”. “La coexistencia de identidades, especialmente las que tienen que ver con el sentimiento nacional, es una de las que más interés despierta en la actualidad y que más tensión ha provocado en la sociedad española de las últimas décadas”, recoge el texto.

“El texto habla de ”nacionalismo español“ y de los ”nacionalismos y regionalismos subestatales alternativos“, al tiempo que insta a respetar los distintos sentimientos de pertenencia implica trabajar sus diferentes escalas y dimensiones, así como la compatibilidad de identidades múltiples, valorando la riqueza de sus diferentes expresiones y manifestaciones”.

Además, el currículo también introduce la perspectiva de género en el estudio de la historia como “una exigencia ética en las sociedades contemporáneas”. Dice el texto que se deberá “incorporar la perspectiva de género en el análisis de la España actual y de su historia, a través de la contextualización histórica de fuentes literarias y artísticas y la investigación sobre el movimiento feminista, para recuperar su presencia en la historia y promover actitudes en defensa de la igualdad efectiva de mujeres y hombres”, lo que “permite al alumnado situar en un lugar central nuevos conceptos en el estudio de las relaciones sociales, analizando los mecanismos de dominación, control, subordinación y sumisión que se han mantenido a lo largo de la historia. Identificar la ausencia de la mujer, tanto a título individual como colectivo, en la narrativa histórica exige explorar nuevas fuentes”.

Todo esto se traduce en un saber básico que pide que el alumnado conozca “mecanismos de dominación, roles de género, espacios de actividad y escenarios de sociabilidad de las mujeres en la historia de España”. Se destacarán “protagonistas femeninas individuales y colectivas” y “la lucha por la emancipación de la mujer y los movimientos feministas”.

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