El obispo de Alcalá acusa a los homosexuales, sin nombrarlos, de ser más proclives a los abusos
El obispo de Alcalá de Henares (Madrid), Juan Antonio Reig Pla, ha pedido abiertamente la discriminación de homosexuales a la hora de admitir vocaciones en la iglesia católica porque los considera más proclives a abusar de menores. Lo único que el obispo ni siquiera nombra a estas personas y les atribuye un supuesto desorden que denomina AMS: atracción hacia el mismo sexo.
En una pastoral fechada el 11 de marzo y titulada En defensa de la vida: sobre los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables, Reig Pla pide por escrito en su apartado sobre “candidatos al sacerdocio” que “es muy importante impedir, como exige la Iglesia, la ordenación de candidatos con atracción sexual hacia el mismo sexo (AMS)”. La Confederación Española de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGTB) ha contestado que este AMS es “un término inventado por los pseudopsicólogos neohomófobos para no mencionar la homosexualidad”. El concepto que inspira este término es “tener atracción hacia el mismo sexo no te hace homosexual”.
El prelado sustenta la segregación activa de homosexuales del sacerdocio en que, argumenta, “cerca del 60% [de los casos] referido a individuos del mismo sexo y el 30% de carácter heterosexual». Reig Pla se escuda en que ”la Iglesia dice que La ordenación al diaconado o al presbiterado de varones con AMS es absolutamente desaconsejable e imprudente y, desde el punto de vista pastoral, muy arriesgado“.
El obispo de Alcalá no se distingue por la contención. En septiembre del año pasado comparó el tren de la libertad que reivindicaba el derecho al aborto de las mujeres con el “tren de la muerte del holocausto más infame, la muerte directa y deliberada de niños inocentes no-nacidos”. y continuaba su analogía que extendió hasta “los trenes de Auschwitz”. Unos meses antes, en enero de 2014, también apuntó hacia el feminismo al que consideró como “un paso en el proceso de deconstrucción de la persona”.