El padre de la víctima de Gaztelueta: “El Opus Dei sigue intentando blanquear a un delincuente condenado por abusos”
“Esta carta solo aporta más dolor, es inapropiada, lacerante, inhumana y desde luego todos los que la han podido leer, incluso fuera de la familia, se han preguntado si este señor y la orden que representan tienen aparte de una evidente falta de humildad, un mínimo de vergüenza”. Juan Cuatrecasas Asúa, padre de Juan, la víctima de abusos sexuales en el 'caso Gaztelueta', contempla estupefacto la carta del prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, en respuesta al burofax enviado el 29 de marzo en el que exigía que, tras el fallo del Tribunal Supremo, repusiera el buen nombre de su hijo.
Tras recibir la comunicación, Cuatrecasas no duda en calificar como “reprobable, irresponsable y muy posiblemente delictiva” la actitud que, a su juicio, ha tomado la organización. En conversación con elDiario.es, el también diputado socialista en el Congreso considera que esta carta supone “seguir atacando a una víctima y superviviente de abusos sexuales después de una sentencia firme que condena al agresor”. Una vez recibida la contestación, asegura que seguirá luchando, para que se reconozca, también en el Vaticano, la condición de víctima de su hijo. Una tarea para la que, admite, “tengo una confianza indestructible en el Papa Francisco”:
¿Qué sintió al recibir la carta de Ocáriz? ¿La esperaba?
La valoración que hacemos es muy negativa. No hay una sola mención a una petición de perdón a la víctima y superviviente de abusos sexuales continuados a manos de un delincuente numerario del Opus Dei condenado en sentencia firme por el Tribunal Supremo. El recurso de amparo que el pederasta numerario solicitó al Tribunal Constitucional no fue siquiera admitido a trámite, lo cual demuestra la falsedad de sus palabras. El profesor de Gaztelueta gozó de todas las garantías jurídicas preceptivas en este país y decir lo contrario es faltar a la verdad de un modo que puedo calificar de miserable, mezquino y además impropio de alguien que dirige una congregación presuntamente católica.
Mentir no les va a salir gratis. Es del todo imperdonable que aún a día de hoy el Opus Dei siga revictimizando a mi hijo y que lejos de acatar la sentencia, se recrean en causar dolor
Da la impresión de que Ocáriz no cree en el fallo judicial, aunque lo acate..
Debo, además, volver a mostrar mi estupefacción cuando este señor habla de “defectos procesales” en el juicio aunque no lleguen a anularlo. Los defectos procesales que él menciona en su carta deben de existir sólo en su imaginación. Mentir no les va a salir gratis. Es del todo imperdonable que aún a día de hoy el Opus Dei siga revictimizando a mi hijo y que lejos de acatar, como el propio Ocariz dice, la sentencia, se recrean en causar dolor y en no admitir la verdad, sin aportar reconocimiento y reparación. No menciona el perdón y tampoco una actitud positiva de acompañamiento. Pedir perdón significa que se reconoce que se ha cometido una injusticia, una agresión personal e institucional por parte del agresor y sus cómplices. Eso implica el perdón, el reconocimiento del relato de la víctima. Todo lo demás es negación y violencia contra la víctima.
¿Considera que, lejos de una disculpa, hay más ataque?
Esta carta solo aporta más dolor, es inapropiada, lacerante, inhumana... Siguen intentando blanquear a un delincuente. La gente sabe que son unos mentirosos y unos impresentables. Seguir atacando a una víctima y superviviente de abusos sexuales después de una sentencia firme que condena al agresor es una conducta reprobable, irresponsable y muy posiblemente delictiva.
¿Qué pasos planea dar ahora?
El tiempo va a poner a cada cual en su lugar, el que merece. Desde este mismo instante, esta familia empieza a trabajar con sus letrados en dar la respuesta debida en los tribunales y en el Ministerio Fiscal. La falsa cercanía, la empatía y el cariño no se deben expresar nunca mediante palabras escritas en papel mojado. La carta insiste en la conducta encubridora demostrada en este caso terrible para un niño por todo el entorno de Gaztelueta, un colegio que esconde entre sus muros muchas realidades silenciadas.
Lo que Gaztelueta y el Opus Dei están haciendo con Juan Cuatrecasas Cuevas es delictivo, intolerable y demuestra que no son dignos de gozar de privilegios en la Iglesia. No tienen derecho a tratar así a una víctima de abusos sexuales y a su familia.
Por muchos intentos que tengan de blanquear a un delincuente, la gente lo sabe, que son unos mentirosos y unos impresentables
Ademas de escribir al prelado del Opus, también lo hizo al cardenal Ladaria. Entiendo que no ha recibido respuesta…
Confío aún que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, sea o no sea Monseñor Ladaria quien lo haga, emita un comunicado reconociendo sus errores, que los hubo, tal y como confirmó una fuente vaticana en los medios, el 18 de noviembre de 2018, y que rectifique aquel burofax en donde pedían reponer el buen nombre del profesor. Hoy en día el buen nombre a reponer es el de Juan Cuatrecasas Cuevas. Eso ha quedado suficientemente claro y acreditado. Pese a los intentos del Opus Dei de seguir mintiendo y machacando a una víctima de abusos sexuales.
Dado que ni el Opus Dei ni el cardenal Ladaria han pedido perdón… ¿cree que será el Papa Francisco quien lo haga?
Siempre he mostrado una confianza indestructible en el Papa Francisco. Creo que si alguien dentro de la Iglesia ha demostrado cercanía y empatía con las víctimas y supervivientes de abusos y violencia sexual ha sido este Papa, además de religiosos como Hans Zollner, O’Malley o Scicluna.
¿Cómo está Juan? ¿Y la familia?
Juan, al igual que su madre, su hermano y yo, no entiende el comportamiento de estas personas que se autodefinen como virtuosas en principios religiosos y que predican respeto, humanidad y valores, cuando luego son incapaces de pedir perdón. Algo falla en sus mentes y es fruto de su arrogancia. Triste carta, demostración de cobardía y de falta absoluta de principios. Desde hoy y hasta el final, que cada palo aguante su vela. El examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma. Le llamo a reflexionar sobre los actos cometidos y cómo estos pueden afectar al entorno y le recomiendo realizar un examen íntimo de los pensamientos y obras para determinar si se ha actuado de buena o mala fe con el prójimo, con mi hijo y mi familia.
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