El Papa, sobre las maniobras en su contra: “Rezo para que no haya cismas, pero no tengo miedo”
“Rezo para que no haya, pero no tengo miedo a un cisma”. En mitad de la escalada de críticas desde el interior de la Iglesia a sus reformas, el Papa Francisco ha denunciado a los que “critican sin querer escuchar la respuesta y sin hacer diálogo”. “Esos no aman a la Iglesia, van detrás de una idea fija, cambiar al Papa, o hacer un cisma”, ha contestado Bergoglio durante la entrevista en el vuelo que lo ha traído de vuelta de su viaje a África.
“Los que están en mi contra están en todas partes, incluso en la Curia”, ha resaltado a preguntas de los periodistas, admitiendo la idea del 'complot' lanzada hace unas semanas por el general de los jesuitas. No obstante, el Papa ha querido dejar claro que “la crítica siempre ayuda, siempre me beneficia”.
“Al menos los que te lo dicen tienen la ventaja de la honestidad para decírtelo. No me gusta cuando las críticas están debajo de la mesa: te hacen sonreír mostrando los dientes y luego te meten el puñal por detrás. Eso no es justo, no es humano”, ha añadido.
¿Teme un cisma? “En la Iglesia ha habido muchos cismas”, ha explicado Francisco, quien ha indicado que “el camino del cisma no es cristiano”. “Los cismáticos tienen siempre una cosa en común: se separan del pueblo, de la fe del pueblo de Dios (...). Por eso rezo para que no haya cismas, pero no tengo miedo. Este es un resultado del Vaticano II, no de este o aquel Papa”, ha añadido.
Es más, ha subrayado: “Las cosas sociales que digo son las mismas que las de Juan Pablo II, ¡las mismas! Lo copio. Pero dicen: el Papa es comunista... Las ideologías entran en la doctrina y cuando la doctrina se desliza en las ideologías, existe la posibilidad de un cisma”.
En otro orden de cosas, Francisco ha vuelto a lanzar un dardo contra las políticas que fomentan el racismo y el odio al extranjero. “A veces, en algunos lugares, oigo discursos que se parecen a los de Hitler en '34. Es como si hubiera un pensamiento en Europa”, ha denunciado. Es “la ola del populismo político”.
Del mismo modo, Bergoglio ha afirmado que “la xenofobia es una enfermedad humana, que entra en un país, en un continente, y todos ponemos paredes”. “Los muros dejan en paz a los que los construyen, pero dejan fuera a mucha gente”, ha dicho. “Los que se quedan dentro de las murallas se quedarán solos y al final de la historia serán derrotados por las grandes invasiones”, ha explicado.
Finalmente, y preguntado sobre nuestro país, el Papa ha afirmado que irá a España si “vive”, pero que la prioridad de viajar a Europa “es para los países pequeños, luego para los grandes”.
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