Así es el curso en perspectiva de género que han solicitado 1.000 jueces para desterrar estereotipos machistas
Uno de cada cinco jueces ha solicitado la formación en perspectiva de género que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha diseñado para aquellos que quieren acceder a alguna especialidad. Se trata de un curso online de 50 horas puesto en marcha tras la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) aprobada el pasado diciembre. A partir de ahora, los magistrados que quieran acceder a un juzgado penal, civil, mercantil, contencioso-administrativo, menores y social deberán superar este curso. Según datos del propio organismo, lo han pedido 1.134 jueces de los 5.419 que componen la carrera judicial.
De los solicitantes, 649 son mujeres –ellas ya representan el 54% del total de jueces– y 485 son hombres, sin embargo, no es posible saber cuántos se han apuntado porque pretenden ser especialistas y deben cumplir con el nuevo requisito y cuántos de forma voluntaria. La duración del curso será de dos meses y los contenidos están estructurados en dos módulos: uno general y otro específico en función de la especialidad, siendo necesario superar el primero para poder pasar al segundo. Ahora mismo se están realizando los de social, contencioso y civil-mercantil, puesto que son las especialidades que se convocarán próximamente.
Reforzar la formación de los magistrados es la intención de la reforma que impulsó la puesta en marcha de estos cursos, que pretenden cumplir con las medidas incluidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. La intención es transversalizar lo máximo posible la perspectiva de género para que esté presente en todos los órdenes jurisdiccionales y “proporcionar a los jueces una formación específica sobre la interpretación y aplicación de las normas de modo que queden al margen los estereotipos machistas que aún siguen vigentes en nuestra sociedad”, señala Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ.
De la brecha salarial a las custodias
Cada uno de los módulos del curso desgrana a través de diferentes temas los asuntos principales que ve cada tipo de juzgado y cómo abordarlos para no caer en prejuicios discriminatorios. Así, el módulo común consta de cuatro capítulos: el primero se aproxima a la legislación nacional e internacional en la materia y a conceptos básicos como el principio de igualdad o la prohibición de la discriminación. En los siguientes se ven contenidos como la discriminación indirecta y múltiple, el enjuiciamiento con perspectiva de género o la violencia machista “como expresión de la desigualdad estructural (patriarcado)”.
Una vez que los magistrados superen con éxito esta parte, podrán acceder a la específica para cada orden jurisdiccional. Entre los tres que ya están desarrollados se encuentra el de lo social, que se encarga del Derecho laboral y de la Seguridad Social y cuyas materias hacen referencia a la discriminación en estos ámbitos con especial hincapié en la maternidad, en la conciliación y la brecha económica entre hombres y mujeres. En este apartado se aborda la brecha salarial y la discriminación indirecta, los estereotipos en la promoción profesional o la feminización de algunos sectores y el valor que se le da al trabajo en ellos.
El módulo de la jurisdicción civil, donde se encuentran los Juzgados de lo Mercantil, incluye todo lo relacionado con el ámbito empresarial (igualdad en los consejos de administración, en las entidades financieras o la prohibición de discriminación en la protección del consumidor). El último tema se reserva para los Juzgados de Familia, que determinan y modifican custodias y regímenes de visitas en procesos de divorcio. También intervienen en algunos casos de violencia de género que ya están sentenciados en un juzgado especializado, pero en los que la madre solicita la anulación de las visitas paternas, por ejemplo.
Por último, el temario referido a lo contencioso-administrativo, que resuelve las reclamaciones de ciudadanos frente a las administraciones públicas, comunidades autónomas y ayuntamientos, trata cuestiones como la igualdad en las Fuerzas Armadas, en la educación, en el empleo público o en la elaboración y aplicación de las normas referidas a impuestos y al sistema tributario. Además, aborda la discriminación múltiple que sufren las mujeres migrantes, la perspectiva de género en el ámbito de la extranjería y la trata.
“La formación les dará herramientas para identificar esos estereotipos, algo que no siempre resulta tan sencillo, pues vienen heredados histórica y culturalmente”, señala Carmona. La presidenta del Observatorio parte de la premisa de que “una resolución judicial es el resultado de aplicar el Derecho a unos hechos objetivos” para explicar la importancia de señalar y eliminar los estereotipos: “Cuando una resolución está atravesada por un prejuicio de género, el enjuiciamiento se ve condicionado por un elemento extraño, que no es ni hecho ni derecho”.
La violencia de género, una especialidad
La misma reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que prevé el desarrollo de este curso prevé convertir la violencia de género en una especialidad jurídica al estilo de las anteriores. Esto significa que los magistrados que quieran acceder a este tipo de juzgados tendrán que superar un examen selectivo que ya está diseñando el Consejo General del Poder Judicial a través de un grupo de trabajo creado ad hoc para este fin. El organismo prevé que en 2020 ya exista esta bolsa de magistrados especialistas.
Actualmente, estos jueces solo reciben un curso online de 16 horas, una estancia de ocho días en un juzgado con competencia en Violencia sobre la Mujer y una visita de dos días a diferentes recursos asistenciales para víctimas de violencia de género, por ejemplo, casas de acogida.