El programa Erasmus sube las ayudas mensuales, sobre todo para universidades de Alemania, Austria o Bélgica
Por primera vez en varios años la UE ha mejorado las condiciones económicas de los estudiantes que se van de Erasmus. Las principales novedades de la convocatoria de 2024 son un aumento en las cuantías mensuales que reciben los beneficiarios del programa, una reordenación de la lista de países de destino en función del coste de vida (que a su vez determina el montante de las ayuda económicas), un complemento extra por el viaje y un intento de hacer el programa más inclusivo, con ayudas diversas para estudiantes con discapacidad, dificultades formativas o problemas económicos, entre otros.
Los más de 50.000 universitarios que cada año salen al extranjero a estudiar un curso (o medio o un trimestre) recibirán ahora al menos 40 euros más al mes que anteriores convocatorias. Serán 250 euros si van a uno de los países catalogados como más baratos para vivir, 300 euros para las naciones intermedias y 350 para las más caras. Estas tres ayudas se complementan con una aportación autonómica que varía en función de la comunidad, un apartado en el que sobresale andaluz Andalucía por cuantías y sobre todo por el modelo, según recoge la Erasmus Student Network (ESN) en su informe anual sobre el programa.
Su presidente, Ángel Pérez Contreras, valora positivamente que suban los mínimos por primera vez desde que él es consciente, pero añade que la cantidad sigue siendo “insuficiente” para vivir fuera de casa. Los datos parecen avalar el sentir de Pérez: solo el 9% de los 12 millones de personas que han disfrutado un Erasmus en los últimos 35 años provenían de familias con “obstáculos económicos” (bajos ingresos, parados de larga duración, etc.), según un informe de impacto elaborado por la UE. Por el contrario, el 73% no refería dificultades de ningún tipo.
Además de aumentar las cuantías, la Comisión Europea ha cambiado algunos países de grupo para ajustar las ayudas que reciben quienes viajan a ellos. Los principales cambios son que Alemania, Austria, Bélgica y Países Bajos suben al Grupo 1 (donde es más caro vivir) y República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia y Letonia cambian al Grupo 2 (nivel intermedio), debido al incremento de la inflación en estos lugares (la lista completa está en la página 6 de este documento).
La convocatoria también incluirá ayudas al desplazamiento, que variarán en función de la distancia entre la universidad de origen y de destino y también según si el método de transporte elegido es más o menos ecológico. El Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), responsable del programa Erasmus en España, informa de que las ayudas oscilan entre 28 y 1.735 euros para los desplazamientos menos sostenibles. Para los más ecológicos el mínimo se duplica hasta 56, el máximo es el mismo. La Universidad Politécnica de Valencia concreta algo más estas ayudas en su web: 285 euros para viajes de hasta 500 kilómetros, y a partir de ahí va subiendo progresivamente.
Además, el programa establece ayudas para estudiantes con dificultades, una categoría que incluye discapacidades (a partir del 33%), problemas socioeconómicos (aplica a los beneficiarios de becas del Estado, del Ingreso Mínimo Vital, pertenecer a familias numerosas o monoparentales), obstáculos geográficos (vivir en Ceuta o Melilla) o problemas de salud (físicos o mentales que requieran ayuda adicional). Si el estudiante entra en alguna de estas categorías recibirá 250 euros extra al mes a sumar a la beca estatal y la autonómica (100 o 150 si la duración del Erasmus es inferior al curso completo).
En el rango bajo de la horquilla
La UE fija cada año una horquilla de ayudas económicas para que, dentro de esos márgenes y respetando el presupuesto disponible en cada país o incluso universidad, los Gobiernos fijen las cuantías mensuales que abonan a sus estudiantes en el extranjero en función del país de destino, ordenados en una lista de tres grupos.
Para este 2024 la Comisión Europea (CE) elevó los mínimos atendiendo al aumento del coste de vida en prácticamente todo el continente. Así, el programa establece que para las naciones encuadradas en el grupo 3 (el más barato) la beca puede ser de entre 225 y 550 euros al mes; para los países con un coste de vida medio serán entre 292 y 606 euros; para los más caros desde 348 euros a 674.
España suele elegir a nivel estatal el mínimo de dichas horquillas, el mismo suelo para todo el país que luego cada comunidad autónoma tiene la posibilidad de complementar con fondos propios. El SEPIE informa de que ha fijado sus márgenes exactamente en el mismo rango que la CE y que corresponde a las universidades fijar las cuantías exactas, con la única condición de que deben ser las mismas para todos los estudiantes que vayan al mismo país.
Pero el portavoz español de la ESN, Ángel Pérez Contreras, explica que de facto España suele aplicar la cuota mínima que permite la UE. En este caso, redondeando ligeramente la horquilla europea, 250, 300 y 350 euros estatales en función de la carestía del país, según se recoge en un documento del propio SEPIE, que en su respuesta incluye la beca máxima a la que pueden optar los estudiantes que tienen complementos extra por discapacidad o problemas financieros. Pero la ayuda estándar es la mínima, unas cantidades que complementan después las comunidades autónomas con ayudas propias, aunque en este caso, lamenta Pérez, muchas de ellas no tienen en cuenta el coste de la vida en el país de destino. Son ayudas lineales.
Aún así, cuenta Pérez, hay casos y casos. El ejemplo a seguir en opinión de la ESN es Andalucía, que sí ajusta su complemento al destino: la Junta da 250 euros más al mes a quien elija un país del grupo 1 (el más caro), 203 a los del grupo 2 y 105 a los del grupo 3. El programa aragonés tiene el punto positivo de que ofrece unos complementos más altos y también lo hace en función del coste de vida en el destino (duplica los estatales con 250, 300 y 350 euros más al mes), pero tiene el negativo de que su presupuesto total son 600.000 euros y además es en concurrencia competitiva, lo cual, explican desde ESN, lo hace muy limitado. Andalucía, a título comparativo, destina 12 millones de euros (tiene siete veces más universitarios, pero su presupuesto es 20 veces mayor).
Asturias añade a la ayuda estatal 200 euros al mes independientemente del país y Baleares 700 anuales (menos de 100 al mes para estancias de todo el curso), siempre según el ESN. Canarias da 900 euros para las estancias de cuatro meses y 1.300 para nueve (con matices según la isla); Cantabria elige la ayuda única de 500 o 1.000 euros según la duración de la estancia, y Castilla y León una cantidad variable en función del presupuesto que dedique la Junta.
Castilla-La Mancha ofrece una ayuda única de 350 euros; Catalunya de 200 euros al mes, pero con un máximo de seis meses. La Comunitat Valenciana adapta sus ayudas al país de destino: 210, 260 y 310 euros extra cada mes en función del coste de vida; lo mismo que Galicia, aunque un poco más bajas (125, 165 y 195 en este caso). Extremadura añade 200 euros cada mes durante un máximo de siete.
Madrid no ofrece ningún complemento autonómico, según ESN; Murcia 50 euros al mes y Navarra justo el doble, 100. Euskadi es de las más generosas con 350 euros extra cada mes durante todo el curso y La Rioja ronda los 500 euros por semestre. Por último, Ceuta no ofrece nada y Melilla, 100 euros mensuales.
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