Así son los rebrotes de coronavirus: el 75% están activos, la mayoría son pequeños y se dan en familia, entre temporeros y en el ocio nocturno
Desde que España entró en la 'nueva normalidad' y se reactivó la vida social y económica se han registrado 369 brotes de coronavirus con más de 5.000 casos, según contabiliza Sanidad. Tanto los expertos como las autoridades sanitarias daban por hecho que esto iba a ocurrir y que esta sería una etapa de 'ensayo y error' en la que los alivios tras el desconfinamiento estarían sometidos a prueba constante con posibilidad de ir marcha atrás. Lo estamos viendo en territorios que han vuelto a imponer restricciones, cierres perimetrales o retornos a fases anteriores de la desescalada. Pero, ¿cómo son estos brotes?
El Ministerio ha desglosado el dato por tipología y características en su balance diario del pasado jueves: de todos ellos, aún 281, el 76%, permanecen activos. A estos se asocian un total de 3.260 contagios. Los brotes avanzan prácticamente en todas las comunidades autónomas, las que más preocupan, Catalunya y Aragón, donde hay transmisión comunitaria del virus. Pero también Euskadi o el municipio murciano de Totana, al que el gobierno regional ha devuelto a la fase 1, registran una escalada de positivos. De acuerdo con la información de Sanidad, ahora mismo el mayor ámbito de riesgo es el social (reuniones familiares o de amigos, locales de ocio...), donde se agrupan más de tres de cada diez (un 32% y mas de 900 casos), seguido del laboral, con gran incidencia entre los temporeros, que concentra “alrededor” del 27% de los brotes.
Sanidad define en sus protocolos como brote cualquier agrupación de 3 o más casos con infección activa en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico. Estos son los que las comunidades deben comunicar “en el momento de la detección” al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias. Se considera que permanece activo si tiene algún caso asociado en los últimos 14 días. Por eso, la cifra de que más de siete de cada diez no se hayan dado por cerrados aún desde el fin de la desescalada, el pasado 21 de junio, no sorprende a Fernando Rodríguez Artalejo, director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM): “Es bastante normal, se considera que un brote no está activo cuando en los últimos 14 días no hay ningún caso nuevo. Esto implica que hay que esperar a que el último contacto estrecho identificado no se ponga enfermo. No ha dado tanto tiempo a que se inactiven”.
Muchos de los brotes, explica Pedro Gullón, de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) se han producido “en la última semana o dos” y los que “se han resuelto son los del principio, que eran menos”. En todo caso, el experto incide en que “es una mala noticia” que haya focos descontrolados porque implica que siguen manteniendo la transmisión del virus y son peligrosos. Los brotes han proliferado sobre todo recientemente, especialmente en los casos de Catalunya y Aragón, pero Sanidad no desglosa cuántos de los aún activos son nuevos o cuántos llevan sin control desde el inicio de la 'nueva normalidad', algo que sería preocupante.
Aún así, un dato que revela que “en general hay un buen control”, esgrime Artalejo, es que alrededor del 70% son pequeños, de menos de diez positivos confirmados cada uno. No obstante, llama a no bajar la guardia y a reforzar los rastreos y la realización de PCR y advierte, como indican los datos, que la transmisión está ahora mismo en pleno ascenso. Los brotes de mayor magnitud, algunos con más de 100 casos, están ocurriendo en ámbitos sociales y entre trabajadores en situaciones de vulnerabilidad, añade el Ministerio sin aportar más detalles. Es el caso del reciente brote en una discoteca de Córdoba a la que acudieron cuatro centenares de personas o los de los trabajadores de la industria hortofrutícula, que suelen ser muy numerosos.
Reuniones familiares, fiestas y trabajo
Dentro del ámbito social, en el que hay ahora mismo activos un mayor número de brotes, “en los últimos días han aumentado especialmente los relacionados con reuniones familiares y fiestas particulares”, explica el Ministerio en el documento, con 47 focos y más de 340 casos de los 900 en total de esta categoría. También llama la atención sobre el incremento últimamente de los que están vinculados a locales de ocio: al menos 15 brotes y más de 350 infecciones. Este último ámbito representa un 5,3% del total. El ocio nocturno, tanto formal, en discotecas y bares, como informal, en botellones o fiestas, está en en el foco ante el incremento de los positivos y varias comunidades autónomas han comenzado a imponer medidas restrictivas en el sector.
Según explica Artalejo, estos ámbitos, tanto los del ocio nocturno como las reuniones familiares, propician el contagio porque “se hacen en espacios cerrados, duran muchas horas y suele haber un contacto muy estrecho; la gente se abraza, se besa, comparte la comida....Y, cuando hay alcohol, se tiende a utilizar menos los mecanismos de protección. Es decir, reúnen las condiciones perfectas para que haya brotes”.
Pero, al mismo tiempo, el trabajo agrupa también una gran cantidad de focos: el 27% de los 281 activos. “Estamos focalizando mucho en los jóvenes porque es más sencillo (”no se ponen la mascarilla, no cumplen con las medidas“), en lugar de analizar que, aunque haya parte de cierto en que hay brotes en locales de ocio, se han producido más en centros laborales o en reuniones familiares”, lamenta Gullón. De hecho, las condiciones de inseguridad en las que viven y trabajan los temporeros, algo que España arrastra desde hace años, se ha convertido en un problema de salud pública. En varios territorios de Aragón y Catalunya, el origen de los contagios ha sido precisamente este. Según la contabilización de Sanidad, entre temporeros hay activos 27 brotes con 410 casos, un 9,6%, una cifra ligeramente superior a los registrados ahora mismo en locales de ocio.
Este mismo viernes, el Relator Especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Olivier De Schutter, ha exigido a las autoridades españolas mejorar “las deplorables condiciones” de estos trabajadores migrantes, que trabajan y viven en situaciones que favorecen la transmisión. Al igual que la semana pasada, los ministros de Sanidad, Salvador Illa, y Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se han reunido con las comunidades “para planificar” las futuras campañas y “evitar posibles brotes de COVID-19”, pero aún no hay una solución coordinada sobre la mesa más allá de apelar al trabajo conjunto entre autonomías, ayuntamientos, empresarios agrícolas y organizaciones sectoriales para “disponer de los alojamientos necesarios para acoger a las personas trabajadoras y de transporte con garantías sanitarias”.
Por último, el Ministerio hace referencia en su balance a los brotes “mixtos”, que son aquellos que se trasladan de un ámbito a otro. Según define Sanidad, son los que generan nuevas cadenas de transmisión en diferentes ámbitos, pero en las que “se puede trazar un primer caso índice”. Casi dos de cada diez de los brotes activos actualmente (un 19%) son de este tipo; seguidos de aquellos que ocurren en centros sanitarios y socio-sanitarios –en las residencias de mayores se considera que hay un brote con un solo contagio–, que representan el 12% y el 9% respectivamente.
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