Los terraplanistas del coronavirus: la red para contarte “la verdad” está impulsada por conocidos difusores de bulos
El terraplanismo ha sido ampliamente analizado en los últimos años. Diversos estudios se han preguntado por qué gente instruida prefiere renegar de los datos, dejarse atraer por teorías de la conspiración y absorber la desinformación que circula por las redes para ir contra un supuesto pensamiento único. La extrema derecha está intentando utilizar el mismo principio apoyada en el miedo a la pandemia del coronavirus para inocular el discurso de que “nos mienten”: mientras varios miembros de la Organización Mundial de la Salud dan por bueno el trabajo de España para hacer frente a un virus desconocido, existe un movimiento en redes sociales que anima a no creer a las fuentes oficiales, alertan del peligro del comunismo e insinúan que el coronavirus fue creado en un laboratorio.
eldiario.es, con la ayuda de investigadores y expertos independientes en difusión de mensajes, ha investigado los perfiles que están difundiendo estas ideas para contagiar las redes españolas con este tipo de desinformación. Dos de ellos aparecen destacados en varios de esos análisis: el presentador de esRadio, la radio de Libertad Digital, Luis del Pino; y el ex jefe de gabinete de Toni Cantó, Luis Pérez, alias Alvise Pérez. En la caja de resonancia de este movimiento destacan también otras voces más conocidas para la polémica política como la fundadora de UPyD, Rosa Díez.
Uno de los grupos de investigadores que han facilitado datos de sus estudios a este medio es Heurística, formado por investigadores de la Universidad de Barcelona y la Universitat Oberta de Catalunya. Heurística ha detectado que Del Pino, Pérez y Díez son los tres perfiles a los que más está beneficiando la “red de amplificadores” que ha aflorado en un análisis de las conversaciones en Twitter críticas con el Gobierno que se han sucedido en las últimas semanas. Sus mensajes han pasado a ser los más compartidos de toda la conversación política española. Para llevar a cabo el estudio, estos investigadores recogieron cerca de 200.000 tuits y retuits emitidos por más de 60.000 cuentas diferentes.
Los miembros de este grupo de investigación, formado por expertos en redes y sistemas complejos, siguen indagando para comprobar si esa “red de amplificadores” está o no integrada mayoritariamente por perfiles falsos o bots (“aunque existan varios elementos que podrían llevar a identificar las cuentas más activas en estos hashtags como falsas”, explican). Su investigación continúa: el objetivo es determinar si la red esconde una maniobra de intoxicación del debate online o se trata de un malestar real de miles de ciudadanos que han abierto sus cuentas en la red social recientemente. No obstante, lo que sus primeros análisis indican es que hay una serie de perfiles cuyos mensajes se están impulsando de forma anormal.
En la gráfica de las cuentas “amplificadas” preparada por Heurística aparecen otras personas, como el del presidente de Vox Santiago Abascal o el eurodiputado de su partido, Hermann Terstch.
No obstante, los perfiles de Luis del Pino y Alvise Pérez tienen algo en común: no son miembros de Vox, pero están difundiendo soflamas que esconden el argumentario de la formación de extrema derecha. La idea fuerza en todos los casos es que las autoridades mienten.
Hay dos hitos recientes que son relevantes para entender cómo funciona esta estrategia. Una es la cacerolada contra el Gobierno impulsada por la extrema derecha que llamaba a los españoles a protestar desde sus balcones todos los días a las 21.00 horas desde el pasado miércoles. Resultó un estrepitoso fracaso, pero el rastro de cómo se organizó permanece. El segundo es la “manifestación digital” que “están preparando personas que te contaron la verdad cuando ellos te mentían”.
En la cacerolada fallida se animaba a protestar “contra los culpables” de la pandemia, por la falta de material sanitario, “por la muerte de miles de españoles” y “por mentirnos”. Tanto la manifestación digital como la cacerolada blanquean propuestas de Vox e intentan aprovechar la pandemia para hacerlas llegar a la ciudadanía camufladas como iniciativas surgidas desde abajo.
Teorías de la conspiración que ocultan su origen en la extrema derecha
Tanto la “manifestación digital” como la cacerolada transmiten el mismo argumentario que lanzó Vox el lunes 31 de marzo en una rueda de prensa. Aquel día el partido de extrema derecha presentó un paquete de diez medidas para la crisis sanitaria, entre las que figuraban pedir la dimisión de Pedro Sánchez y un “gobierno de emergencia nacional”. Acusó al Gobierno de “mentir” sobre la gravedad del virus empleando como base, un bulo ya desmentido: Santiago Abascal volvió a repetir que el Gobierno sabía de antemano la gravedad del coronavirus porque envió a sus representantes a la manifestación del 8M con guantes. Los guantes de látex morados son un símbolo de reivindicación feminista, las ministras no los usaron durante toda la manifestación y se han visto en otras marchas por la igualdad previas.
Las propuestas de Vox no tuvieron recorrido mediático, algo que la formación de extrema derecha aprovechó para volver a acusar de “censura” a la prensa. Su mismo mensaje ha encontrado otras formas de calar en redes sociales, con propaganda digital y memes que no mencionan a Vox en ningún momento. Pero todos refuerzan la idea de que “nos mienten”.
Mientras, Vox ha vuelto a su estrategia tradicional de generar ruido en las redes para apoyarse en las críticas del resto de usuarios y ganar una visibilidad que sus propuestas no consiguen. Son perfiles secundarios como los de Del Pino y Pérez los que han tomado el relevo para difundir sus consignas. Del Pino es uno de los más activos y fue central en el caso de la primera cacerolada, que hizo pasar por una iniciativa propia. Del Pino, ingeniero de telecomunicaciones, presenta un programa en esRadio, de Libertad Digital, la web de Jiménez Losantos. También fue uno de los mayores promotores de la teoría de la conspiración tras los atentados del 11M de 2004 en Atocha.
Tras los atentados, sin datos y mediante suposiciones no apoyadas por los hechos, Del Pino publicó una serie de artículos bajo el epígrafe “Los enigmas del 11M” en los que, además de alentar la tesis –que descartaron todos los jueces y la propia sentencia de los atentados– de que ETA estaba detrás del ataque, puso incluso en duda hechos como la explosión del piso de Leganés donde se atrincheraron los terroristas que pusieron las bombas en los trenes, y en la que murió un agente de los GEO.
Del Pino también fue uno de los principales exponentes en los medios de la plataforma de los peones negros, que también se encargó de divulgar la teoría de la conspiración del 11M. Descartaban la versión de los tribunales de que fue el terrorismo yihadista y no ETA quien tenía la autoría de la matanza. Los peones negros acusaron al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de ocultar la verdad tras lo ocurrido con ayuda de medios y periodistas de la derecha mediática. Durante algún tiempo los peones negros organizaron concentraciones de protesta los días 11 de cada mes.
Del Pino también ha publicado varios libros sobre el tema y mantiene abierto un blog bajo el mismo nombre, en el que publica sus artículos de opinión. En las últimas semanas lo ha usado para cargar contra el Gobierno por su gestión de la crisis del coronavirus. Como parte de esa estrategia, Del Pino también ha convertido su perfil de Twitter en uno de los más activos de la red de desgaste del Gobierno usando como ariete la gestión del coronavirus. En la organización de la cacerolada pidió ayuda al resto de usuarios, pero con una estrategia clara: que la protesta que escondía las exigencias de Vox se hiciera viral.
Prueba de esta planificación es la petición a una de las cuentas que le suministró uno de los carteles de la protesta para que incluyera el hashtag #cacerolada21h con objetivo de centrar en él los esfuerzos de propaganda. También la recomendación de esperar al momento adecuado para lanzar la campaña, con el objetivo de utilizar el algoritmo de Twitter en su beneficio. Esta táctica también es empleada con asiduidad por la dirección de Vox, que ordena a través de grupos de WhatsApp y Telegram a sus simpatizantes qué mensajes compartir en las redes sociales e incluso a qué hora hacerlo.
En este caso, Vox adoptó un papel secundario e instó a sus simpatizantes a viralizar la cacerolada mediante grupos de WhatsApp y Telegram no oficiales.
“Los que te contaron la verdad” son conocidos difusores de bulos
Tanto el terraplanismo tradicional como el aplicado al coronavirus se basan en el “te mienten” para a continuación presentar a una serie de personas que “te cuentan la verdad”. La “manifestación digital” contra el Gobierno presume de esto mismo: “Súmate a un directo de YouTube que están preparando personas que te dijeron la verdad cuando ellos te mentían”. Según ha podido saber eldiario.es uno de los principales promotores de la acción es Luis Pérez, alias Alvise Pérez, que también está señalado como un habitual difusor de desinformación por los verificadores.
Ex jefe de prensa de Toni Cantó (Ciudadanos), Pérez denomina la protesta como “el primer 15-M digital”. Al igual que en la cacerolada, la propaganda que se está diseñando para viralizarla se basa en las consignas que presentó Vox el 31 de marzo pero ocultando su origen: que el Gobierno dimita.
“Alvise sabe muy bien lo que hace, sabe muy bien cómo difundir una desinformación o cuándo le vamos a poder pillar un bulo”, explica Julio Montes, cofundador de Maldita.es. “Por eso en Facebook o no lo cuenta o lo borra rápidamente en cuanto sacamos un desmentido: Facebook le penaliza por difundir bulos. El mejor ejemplo es su último bulo; el de los respiradores de Manuela Carmena, que en Twitter sigue y en Facebook no encontrarás rastro sobre él”, detalla en conversación con este medio.
Como señala el factchecker, durante el confinamiento Pérez no ha detenido su trayectoria desinformadora y ha intentado difundir bulos de amplio impacto. El que sugería que Manuela Carmena había recibido un respirador personal para tratarse en su casa por el coronavirus, evitando así ir al hospital, ha sido uno de los más sonados. Es un refrito de otro bulo que aseguraba que eran Pablo Iglesias e Irene Montero los que tenían dos ambulancias en la puerta de su casa. En este caso, la mentira de Pérez fue reprobada por la propia exalcaldesa.
Alvise también afirmó sin pruebas que Pablo Iglesias había dado positivo por coronavirus en “un hospital privado de Madrid”. Después borró el tuit y expresó la misma idea pero de manera indirecta y menos comprometida legalmente:
Como contó la redacción de eldiario.es en la Comunidad Valenciana, Pérez ha ganado relevancia disfrazando sus mensajes simplistas en redes de incorrección política. Ha tocado todos los tópicos para atacar a la izquierda, desde Venezuela a 'el oro de Moscú', pasando por el machismo, la transfobia o la islamofobia.
Alvise Pérez dejó voluntariamente el grupo de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana y se trasladó a Madrid a finales de 2019.
eldiario.es se ha puesto en contacto con Luis del Pino y con Alvise Pérez para la elaboración de esta información. Del Pino se ha negado a hacer ninguna declaración. Pérez por su parte ha asegurado que no existe “ninguna planificación” en sus comentarios en redes sociales y que “cualquier relación” con los mensajes de Vox u otro partido de derecha “es casual”.
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